Hablar de los bulevares, la Catedral, la costanera, Amadeo Sabattini, la arbolada de calle Mendoza, plaza Centenario, “de EL DIARIO”, es hablar de esencia, identidad, es expresar en lo más hondo lo que expresa esta Villa María.
“EL DIARIO”, hace 25 años, retoño injertado en el tronco de la vida diaria de los villamarienses, logró poco a poco pasar a ser identidad, expresión, comunicación, resumido en las frases de: "¿Tenés El Diario?,” dame El Diario”, como que todos, con sólo nombrarlo, sabemos de lo que estamos hablando.
Pero no quedó en forma mezquina y egoísta sólo para los villamarienses, sino que poco a poco, localidad por localidad lo fueron adoptando como propio. La zona lo adoptó.
Es casi imposible que, ante alguna duda diaria o necesidad no recurramos a El Diario, y si no está en sus páginas nos surge la extraña sensación de dudar de que haya sucedido.
Este “diario” es también ejemplo de cómo hay que defender lo nuestro, y basta con recordar y ver en el día a día, aun en los momentos muy difíciles. Los que hacen el diario, “de atrás”, no tuvieron rubor al arremangarse y lucharla, para que esto que es bien nuestro, no desapareciera. Y no tuvieron mejor forma de demostrarlo que formando una cooperativa, con todo lo que ello expresa de pararse en el hoy con una forma distinta de expresar el trabajo, el “trabajo solidario”.
La tapa que más quedó grabada en mi memoria fue en el día de la muerte de Juan Pablo II, una foto del Papa acariciada por el pasar de los años, y una frase que sobresalía: “A Dios”, frase que expresaba despedida, y la que en algunos momentos significa tristeza como así también, este “adiós”, da la sensación de tranquilidad donde va a descansar este hombre de Dios, en Dios mismo.

David Ruiz,
ex director de Cáritas