Elida Gladys Bessonart, hermana de Mariela Bessonart, mujer desaparecida en septiembre de 2005, hizo llegar a la Redacción de EL DIARIO durante la tarde de ayer, a través de su representante legal, el abogado Juan Manuel Tovo, el siguiente comunicado con pedido de publicación:
“Señoras y señores:
Atento a los dichos vertidos en el matutino de fecha viernes 24 del corriente mes y año en el periódico ‘El Diario del centro del País’, efectuados por los hijos de mi hermana Mariela Bessonart, me veo obligada a manifestar:
Que es realmente muy triste que Gisela Delpino (hija menor de mi hermana Mariela) salga públicamente a agraviarme -injustamente- sindicándome que tendría ‘…un interés directo…’ por el campo de mi madre, es decir, un afán meramente económico por el referido inmueble; el que generó, un pleito civil ya hoy con sentencia en primera instancia, lo cual aclaro que en el año 2007 fue su abuela Teresa Ramírez de Bessonart quien lo inició, en pleno ejercicio de un derecho propio; y quien suscribe nunca fue parte esta causa, ya que yo sólo represento a mi madre en la causa penal.
Además, duele que ese injusto daño provenga de una persona que recibió -y recibe- todo tipo de contención y ayuda de la persona que firma el presente comunicado; desde un hombro para llorar, hasta el punto más antagónico que es el apoyo económico. Realmente duele…
Pero lamentablemente, no debería sorprenderme, porque este modo de actuar de permanente agresión hacia mi persona, ha sido una constante en mis sobrinos desde el trágico suceso que afectó a nuestra familia.
Debe recordarse que en el mes de mayo de 2007 recibí una feroz golpiza por parte de Franco Delpino (hijo de mi hermana); motivada por la detención de su padre y de la cual aún tengo cicatrices en mi rostro.
Debe conocerse también que Marcos Delpino (hijo mayor de mi hermana Mariela), en su primer acto procesal en la causa penal que trata de descubrir la verdad real sobre la desaparición de su madre; es decir, en el proceso que busca saber qué le paso a Mariela Bessonart, haya pretendido -en el mes de junio del año 2007- apartar a las dos querellas que ya participaban en la referida causa. Uno de esos acusadores privados era precisamente su abuela Teresa Ramírez (madre de Mariela Bessonart); y la otra quien suscribe -Gladys Bessonart- (hermana de Mariela Bessonart). Para que se entienda, mi sobrino, en su primer acto quiso, claramente, sacarnos de la investigación.
Señores, ¿no es mejor que haya varias partes sumando fuerzas o tirando de la misma cuerda para saber qué le pasó a una persona como en el caso de mi hermana? Nunca entenderé dicho proceder.
Debo señalar que, tanto la defensa de Delpino; el representante de la Fiscalía de Cámara; la querella de los hijos de Mariela Bessonart y la Cámara del Crimen de la ciudad de Villa María coincidieron en que mi madre era un sujeto ilegítimo y extraño en el proceso penal, logrando de este modo la exclusión temporal en este juicio. Cuestión que el Máximo Tribunal de esta provincia, echó por tierra dicha resolución, permitiendo a mi madre seguir luchando… y luchando por el afán de justicia.
Que me llama altamente la atención que haya hijos que no se preocupen por la desaparición de una madre y traten de destruir a quien incansablemente lucha por ella. No se entiende el desinterés de buscar qué fue lo que le pasó realmente a su madre; tal vez algún día, cuando sean padres razonen dicho proceder. Sinceramente, espero que éste sea sólo otro mero acto más de obediencia debida y que Dios bendiga a mis sobrinos.
No obstante, aprovecho la oportunidad para hacerle saber a toda la comunidad que la causa de Mariela hace aproximadamente cinco años que se encuentra radicada en la Cámara del Crimen de la ciudad de Villa María, a la espera de un juicio oral y público y que en el mes de septiembre del corriente año se cumplen 10 años de su desaparición. Entonces, me pregunto: ¿es razonable este plazo para obtener justicia en un país democrático y social de derecho?
Además, la sociedad debería saber que, si mi madre llegara a fallecer, la causa penal se quedaría sin la querella la cual represento. Situación que es de público conocimiento, que es ésta la parte que empuja… y empuja… para alcanzar la verdad real del hecho que se investiga. Vale decir: que empuja… y empuja para saber qué sucedió con mi hermana. Como lo es también de público conocimiento que los hijos de la víctima nunca lo hicieron. ¿Tal vez sea ésta una respuesta a algunos de mis interrogantes?
Señores, no es justo que soporte todos estos acontecimientos, por el sólo hecho de luchar y de velar por los intereses de mi hermana Mariela Bessonart; y por el derecho que tiene mi madre -quien tiene 84 años-, de saber qué fue lo que realmente le sucedió a su hija.
Sólo busco juicio y castigo. Por el hecho de mi hermana. En representación de mi madre. Y hago saber que, en esta lucha, no estoy sola: hay familiares, amigos y terceras personas que me acompañaron esta década de una incesante y dura búsqueda. Espero que hechos como este no vuelvan a suceder nunca más.
A todos los miembros de la sociedad les ruego enérgicamente que me acompañen en mi petición incansable: simplemente ¡Justicia por Mariela Bessonart!”.
Elida Gladys Bessonart
DNI 10.622.998