No siempre sucede que un espectáculo de teatro comercial, galardonado en una temporada veraniega, conforme a propios y extraños con una propuesta que se desvía de la típica comedia de enredos, donde gana más el nombre de una figura mediática (o en algunos casos sus pronunciadas curvas) que la trama o la puesta en sí.
En este caso, exceptuando la carrera medianamente conocida de Diego Reinhold (en especial, luego de su incursión en “ShowMatch” el año pasado), “Bulebu in concert” terminó por demostrar que no se sustenta en los neones de la marquesina, sino en una aceitada maquinaria estética y musical que se resuelve de algún modo como apuesta original.
La alocada creación de Reinhold dispone en escena de una suerte de revival de aquellas radios imponentes de mediados del Siglo XX, donde se difundía y motorizaba la cultura popular provista de orquestas en vivo, publicidades de época, revistas de actualidad, noticias al estilo de “Sucesos argentinos” y hasta de una radionovela -en esta ocasión-con disparatados efectos sonoros.
Junto a los talentosos y jóvenes artistas Deborah Turza y Federico Salles, se cristalizó una puesta dinámica, atractiva desde lo sonoro y visual (con proyecciones audiovisuales como escenografía), donde se pasearon por diferentes estilos de “moda” (swing, rocanrol, tap), abordaron el humor de distintos ángulos (monólogos, asociaciones de palabras, gags), interactuaron con el público entre las butacas y hasta experimentaron con instrumentos como el theremin, dispositivo electrónico creado en los años 20. Una fiesta de la nostalgia bien celebrada.
Juan Ramón Seia