Uno de los momentos claves del Congreso “A todo trigo” fue el referido a los desafíos del comercio de dicho cereal en el Mercosur. Allí, un panel integrado por Leandro Pierbattisti, de la Federación de Acopiadores, y Edson Csipai, de la Asociación Brasileña de Industrias del Trigo (Abitrigo), entre otros, expusieron las visiones sobre la realidad y las perspectivas de cada país.
“Nos enfrentamos al desafío de recuperar la condición de proveedor confiable, ajustándonos a los requerimientos de calidad que tienen los mercados”, dijo Pierbattisti, y recordó que las restricciones cuantitativas a las exportaciones que comenzaron en 2006/07 y que aún se mantienen vigentes han provocado una fuerte erosión de ventas de trigo hacia Brasil y la casi desaparición del trigo argentino en el resto de los mercados a partir de la campaña 2012/13.
Hasta el ciclo comercial 2006/07, entre el 80% y el 90% de las importaciones brasileñas de trigo eran de origen argentino, mientras que en la campaña 2013/14 cayeron al 19%.
La calidad de los granos es el otro gran elemento de peso en las decisiones del mercado internacional triguero. Históricamente el trigo argentino fue considerado capaz de aportarles tenacidad a las harinas, por lo que siempre se lo utilizó como corrector en las mezclas de diferentes orígenes que realizan los molinos de otros países. Debido a esto, los mercados externos mantienen exigencias elevadas para los trigos argentinos.
Es lo que también ocurre con Brasil, que posee una producción propia que no alcanza a satisfacer las exigencias de calidad de los molinos brasileños y, por lo tanto, requieren ser corregidos con trigos “de fuerza” para satisfacer los requerimientos de panificación.
El brasileño Edson Csipai comentó que el mayor desafío de Brasil para el sector del trigo es aumentar el consumo. Para eso Abitrigo trabaja en una campaña promoviendo el consumo, mejorando la calificación profesional para pan y en una que sostiene que el trigo es salud (para contrarrestar aquella que hace foco en las dietas y la reducción en el consumo de gluten).
A raíz de la falta de provisión de trigo por parte de la Argentina, los productores brasileños comenzaron a aprovechar la ventana, con entradas de nuevos varietales, mejor estructura logística y mayor lobby para obtener ayuda del Gobierno, informó el representante de ese país.