Hablaron músicos, un artista plástico, una gestora cultural, los funcionarios del Ejecutivo y faltaban los actores.
Con algunas demandas al municipio y también con ciertas autocríticas al movimiento artístico, Juan Pablo Amante, Rocío Orozco y Maximiliano Sánchez dialogaron -por separado- con EL DIARIO sobre la política cultural en Villa María.
Amante consideró que el tema debe estar en la agenda pública, más en un año electoral, y que las distintas áreas del Estado local deben unificar criterios, “si no, la responsable de Finanzas sólo quiere cobrar, la de Habilitaciones hacer su tarea” y demás.
Recordó que en los tres meses que estuvo en el área de Cultura de la Municipalidad se decía que el Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio “iba a ser el lugar donde los artistas podríamos hacer todo”, pero “hoy te cobran por usarlo medio día o un día completo, cuando todos deberíamos apropiarnos de ese centro”.
“Ese cobro no debería existir, es una desprolijidad”, sentenció.
Por otro lado, evaluó que desde el sector del arte “también le erramos” y “no nos aprovechamos de los espacios”.
“Entiendo que la autogestión le sale a algunos y a otros no, levantar publicidades es un embole, pero es la única manera de hacer cosas. Hay que arremangarse y transpirar; yo puedo compartir una nota periodística sobre el tema en las redes sociales, pero no tiene que quedar ahí, debe darse algo más serio, nos juntemos y accionemos o critiquemos, pero proyectemos. Estamos en democracia, entonces utilicemos las herramientas, vayamos al Concejo Deliberante, no nos quedemos esperando que el otro nos solucione y que la Municipalidad nos deje todo divino porque no lo va a hacer”, opinó.
“Hacer fiestas en casas es más de lo mismo, está bueno para un cumpleaños, pero no está bueno si quiero vivir de eso. Si nos queremos acercar a una industria cultural, tenemos que pagar entradas, incluso entre los artistas no se da eso, no vas a ver una obra porque sale 50 pesos, pero te gastas 200 en cervezas”, comparó.
El creador de Bau-Haus recalcó que “tenemos que hacernos cargo de que la ‘hippeamos’ mucho y desde ese lado, no creo que ganemos demasiado”.
Además, Amante advirtió que “seguimos hablando de una política que está dentro de los cuatro bulevares y no hablo de Villa Nueva, porque debería darse en una nota paralela porque no hay nada y ni siquiera las universidades, que son estatales, se preocupan para que algo llegue”.
En todo este marco, el actor no dejó pasar por alto que “recién desde el año pasado hay un Ministerio de Cultura en la Nación, antes era una Secretaría y un tema algo ninguneado, lo que evidencia que venimos atrasados en el debate”.
Maximiliano Sánchez, por su parte, consideró que el municipio “no forma parte del desarrollo de identidades culturales de Villa María” y “no promociona la cultura, que es lo que debe hacer”.
No obstante, hizo un ‘mea culpa’ sobre cómo reacciona la comunidad artística ante esto y, en consonancia con Amante, estimó que “tenemos que juntarnos todos, elaborar propuestas para alcanzar una solución, accionar”.
El actor apreció que “estamos viviendo las consecuencias de un neoliberalismo que se inició en los 70 y que derivó en 40 años de destrucción de las identidades culturales, del ciudadano, de las instituciones” y por eso hoy se escuchan frases como “no me interesa la cultura, lo nacional no sirve”. “Lo veo en los jóvenes, que somos hijos del neoliberalismo”, advirtió.
“Contra eso tenemos que luchar. Los artistas queremos lo opuesto: el desarrollo de potencialidades artísticas, restablecer los valores, la idea de instituciones, volver a encontrar ídolos en quien creer, recuperar la confianza en el otro. ¿Pero cómo lo voy a trabajar, si no confío en mis colegas, si no participo en las actividades que brinda el otro?”, se planteó. En ese sentido, dijo que ahí “falla la comunidad artística”, que, por ejemplo, debe empezar a asistir a las obras que encaran otros.
“El colectivo de artistas no trabaja en conjunto, lo cual nos hace débiles, nos separa. Si nos juntáramos, no podrían hacer oídos sordos a nuestros reclamos”, destacó. Advirtió, además, que “el teatro nace como un fenómeno de grupo, siempre necesito del otro y al otro lo tengo que conocer, confiar en él. A esa identidad de grupo hay que trasladarla a la comunidad de artistas y luego a la comunidad toda”.
Más allá de todo esto, interpretó que “el municipio no hace lo que tiene que hacer. Es más, compite con el artista porque trae talleres gratuitos a dos cuadras de los nuestros y no están dirigidos para personas de sectores carenciados porque están ubicados en el centro, no en un barrio”.
Así como Amante criticó que la política local en la temática se centra dentro de los cuatro bulevares, Sánchez llamó al Gobierno a promover el desarrollo cultural en los barrios y, en ese aspecto, elogió a Los Dragones, de Los Olmos, “que generan algo fantástico, son pibes que están entregados a ese proyecto, lo disfrutan y están muy unidos”. “Imaginate si, además, apareciera un taller de pintura, de teatro; de repente, formás un centro cultural en Los Olmos”, aventuró.
Sobre el final, el actor se interrogó: “¿Por qué el municipio te da 7.500 pesos para producir un proyecto de todo un año y, por otro lado, destina cientos de miles de dólares a una noche de Chayanne en el Anfiteatro, que no genera el desarrollo cultural de la identidad local, sino lo contrario?”.
“La clandestinidad es también un lugar que crece”
"Somos artistas con un fuego adentro capaz de encender cualquier leña húmeda. Es imprescindible escuchar las necesidades culturales de una ciudad ascendente en artistas, de esos con mayúscula. Es importante mantenernos activos, sea cual fuere la propuesta a nivel municipal. Apunto a la idea de resolver con lo que hay, con toda esta materia prima que somos, sin dejar de luchar, nunca, por lo que corresponde.
Frente a las normativas poco actualizadas a nivel cultural, no ponerse en contra, pero no dormirse plácidamente.
En el idilio artístico, apuntamos a un Estado municipal, provincial y nacional que dé apoyo a sus artistas, no sólo los grandes que venden, si no también a los pequeños e independientes, que somos muchos y estamos hambrientos. Un Estado que no sólo apoye, sino que no ponga trabas.
Hoy nuestra realidad parece estar alejada de eso, pero, por suerte, corre sangre caliente en nuestras venas abiertas.
Con un presupuesto en cultura muy desactualizado, con dificultades para abrir y sostener espacios independientes donde habitar como artistas, o bien se llega a un acuerdo o se hace una contrapropuesta.
La clandestinidad es también un lugar que crece porque es difícil simplemente sentarse a esperar.
Hay que moverse. Ser parte. Estamos acá.
El arte es una manifestación poderosa y es un arma con la que luchar.
Nos hacemos escuchar cantando, escribiendo, actuando, bailando, pintando y, por supuesto, educándonos y educando.
Es tiempo de elecciones, tenemos que ser muy conscientes de eso, leer, informarse, cuestionarse y votar. Votar con consciencia, para saber que todos somos responsables.
El arte es el Dios de hoy. Hagámonos religiosos y practicantes”.
La actriz Rocío “Pocha” Orozco escribió estas líneas cuando, ayer, EL DIARIO le solicitó una opinión.