Hay partidos que vuelven a la memoria por diferentes motivos.
Quizás para los que estuvieron presentes en Plaza Ocampo el lunes 26 de noviembre de 2012 el recuerdo viene por aquella final del Provincial Sub-17 entre la Liga Cordobesa y la Villamariense que terminó en escándalo.
Un penal para los cordobeses nunca se llegó a patear, producto de las escaramuzas que se registraron entre los jugadores.
A pesar de los disturbios, el combinado cordobés se coronó bicampeón por haber ganado 2-0 un encuentro que ya estaba definido.
En ese sentido, antes de la gresca, hubo buen fútbol y hay quienes recuerdan claramente la figura de un jugador distinto, que preocupó a toda la defensa villamariense, provocó un gol e hizo otro. Y ese jugador, producto de Talleres, nativo de Anisacate, fue nada menos que Cristian Pavón, el pibe que el domingo saltó a la mayor consideración nacional con la camiseta de Boca, tras marcarle un gol inolvidable a River en el Superclásico.
Veloz, explosivo, hábil, Pavón dejó un sello en esa noche de la “Placita”, donde hubo pocos asistentes a la gran final de seleccionados de liga, en el torneo que año tras año organiza la Federación Cordobesa de fútbol.
“En el primer gol, Pavón -la figura- llegó hasta el fondo y definió sutilmente ante la estirada de Mayco Becco (actual arquero de Argentino), la pelota dio en el palo y, en el rebote apareció Facundo Ponzio”, publicó EL DIARIO en aquel entonces.
Sobre el final, Pavón cerró el partido con un gol propio y dejó en claro su influencia en el equipo campeón, a pesar de sus cortos 16 años.
En el equipo villamariense, quien más lo sufrió fue el lateral de Alumni, Federico Segura, ya que la actual joya de Boca actuó de “wing derecho” y lo enfrentó constantemente.
En el conjunto local, dirigido por la dupla Zucotti-Negrete, la formación fue la siguiente: Becco; Moreno, Petraglia, Layús y Segura; Morellato, Sartoris, González y Kranevitter; Novillo y Pettiti. Luego ingresaron: Martínez, Gómez y Fonseca.