La exmujer de Paulo Altamirano, el cartonero de Oliva que se hizo conocido por haber encontrado una fortuna y luego obligado a restituirla, pidió el lunes que devuelvan sus bienes.

Se trata de María Inés Bustamante (foto), quien se encadenó la antevíspera frente al edificio de Tribunales de esta ciudad, para formular su reclamo. 

“Estoy pidiendo a la gente que me quieren ayudar con ropa y mercadería, una cocina y algunos muebles. Yo no estoy pidiendo plata. Solo una ayuda. Tengo un remate en mi casa y no lo puedo pagar. Pido una ayuda del Gobierno. Si no tengo una respuesta antes del viernes voy a traer a mis hijos” reza un papel manuscrito que la mujer pegó en una pared del Palacio de Justicia local.

 

Una caja de “facturas”

Cabe recordar que Altamirano, encontró en 2003 una caja que llevaba como rótulo “Facturas 1996″ y en su interior una suma de 50 mil dólares y joyas.

Con aquel dinero, el cartonero compró una casa, dos autos, bicicletas para sus hijos y varios electrodomésticos. Sin embargo, la dueña de las joyas y los dólares, María Emilia Bascoy de Aguirre, quien en la actualidad tiene 83 años, denunció al hombre por el supuesto robo de sus pertenencias.

Bustamante relató que, tras conocerse el caso de su exmarido, Bascoy acudió a la casa de la familia Altamirano a pedir que devolvieran todo. Aclara que ellos no le dieron a la mujer demasiadas explicaciones. Después, la Policía allanó el domicilio de los Altamirano y se llevó todo: aparadores, televisores, heladeras, por nombrar sólo algunas cosas.

María Inés y Paulo tienen siete hijos, entre 5 y 28 años. Cinco son menores de edad, y por eso lo único que pudieron conservar fue la vivienda que habían comprado con los 50 mil dólares. 

Claro que para evitar el desalojo de la casa, deben abonar sus impuestos al día, cuestión que les resulta difícil porque la mujer contó que “en Oliva nadie nos da trabajo”.

La mujer alegó además que esto se debe al hecho que involucró a su marido, pero aseguró que “nosotros no hemos robado nada. Nunca me ensuciaría las manos con algo que no es mío, y a eso siempre se los digo a mis hijos”.