Aseguran que a partir de solicitar conocer el estatuto para el funcionamiento de la cooperadora escolar y que el dinero se deposite en una cuenta bancaria, tal como reza la normativa, haciéndolo conocer a la Inspección de Zona, sufrieron maltrato y todo tipo de persecuciones por parte de la docente y directora. Acusaciones cruzadas y hasta una cocinera del programa Paicor que pidió el traslado son apenas algunas de las derivaciones de 11 meses de este capítulo de la historia de la Escuela Rural Rosario Navarro de Campo Chacras, a 11 kilómetros de la localidad de Tío Pujio.
“Si no te gusta... hay un montón de escuelas”, sostiene una mamá que le dijo la directora Patricia Ponce después de que ésta le negara aportar dinero para hacer cortar los yuyos altos del predio. Ponce fue retirada del cargo el 20 de septiembre con una licencia de oficio y retornó el 18 de febrero, tras el receso escolar, confiaron fuentes allegadas a la institución.
El comienzo
Diversos testimonios recogidos por un cronista de EL DIARIO abundan en que cuando los padres pidieron hace un año atrás conocer en detalle el estatuto para comenzar a normalizar el funcionamiento de la cooperadora, “ya que se renovaban autoridades pero a dedo y el dinero lo manejaba la directora y su marido”, en lugar de depositarse en una cuenta bancaria como manda la norma, Ponce reaccionó “con acusaciones, maltrato y ahora sigue labrando actas”. Esa especie de constancia surge de los cruces que mantiene a diario con algunos progenitores, pero se desconoce fehacientemente el destino de los mismos. “Los amontona, los junta para alguna causa, quizás para los juicios que tiene”. aportó otra mamá.
Los litigios que mencionan se refieren a los iniciados por la excocinera del establecimiento, Silvana Bernardi. La mujer se excusó de brindar declaraciones, ya que fue trasladada a la escuela primaria Remedios de Escalada, en la zona urbana de Tío Pujio. Sin embargo, fuentes consultadas confirmaron que Bernardi inició acciones legales en lo laboral y en lo civil, porque entendió que las acusaciones de la directora del establecimiento educativo Navarro “perjudicaron y perjudican su imagen y no tienen fundamentos”.
“A la cocinera la acusaron por un faltante de leche de 800 gramos en cuatro meses a través de una nota que habría hecho el marido de la directora (Alberto Ferrero) y que firmaron algunos padres tras una reunión que se hizo en su casa”, indicó una madre.
Cabe consignar que años atrás, Ferrero aparece en un acto como vecino de la escuela, donando 10 notebooks para los chicos. Parte de esa tecnología también formó parte del cruce entre padres y la docente Ponce, porque aparentemente guardaba en su domicilio parte de las mismas “hasta que se rompan las que están usando”, sostuvo que habría justificado la directora. “Fuimos a la Inspección y logramos que hoy por hoy los chicos aprovechen esas computadoras”, señaló otro de los testimonios.
Si bien se mostraron apoyados en buena parte por lo actuado desde la Inspección de la III Región a cargo de Raúl Padilla y la inspectora Patricia Accastello, indicaron que desde febrero, tras la licencia de Ponce, les manifestaron que no hay impedimento legal para que la directora retorne al cargo y se someten “a voluntad suya”. “No hay soluciones definitivas”, algunos padres dejaron de colaborar por esas actitudes de la directora y el marido, que hasta llegó a hacerse pasar por tutor de algunos chicos para continuar entrometiéndose en la escuela”, concluyeron los padres preocupados.