Once de la mañana del martes. Bulevar Sarmiento y Antonio Sobral. Arriban tres patrulleros de la Policía de la Provincia de Córdoba y se detienen frente a dos malabaristas que se encontraban, como a diario, en la esquina entre numerosos perros que viven en la calle.
La escena finaliza con uno de los jóvenes en el interior de un patrullero rumbo a la Departamental San Martín.
El hecho fue confirmado a EL DIARIO por varios vecinos. No se reflejó en el parte de prensa habitual.
¿Qué pasó? Ayer, ante nuestra consulta, desde la Comisaría de General Paz y San Juan aseguraron a este matutino que en la mañana del martes se recibió un llamado “de vecinos” que se quejaron porque una persona se encontraba borracha y molestaba a los ocasionales transeúntes. “Ya fue liberado”, indicó el portavoz de la Policía.
El pasado sábado 28 de marzo, personal de la Patrulla Motorizada procedió en el sector del Teatrino a la aprehensión de hombres y mujeres que van desde los 16 a los 30 años aplicándoles un polémico artículo del Código de Faltas que sanciona la mendicidad y la vagancia.
“Estas personas son oriundas de Mendoza, Santiago del Estero, Bell Ville, Córdoba capital, Bahía Blanca, Villa Nueva e incluso dos de ellos no tenían domicilio fijo y fueron traslados por infracción al artículo N° 47 del Código de Faltas Vigente”, comunicó en esa ocasión el parte de prensa oficial.
Dicho artículo establece arresto de hasta cinco días a quienes “siendo capaces de trabajar o teniendo medios de subsistencia, se entregaren profesionalmente a la mendicidad o la vagancia, salvo que carecieren de medios de subsistencia por causas independientes de su voluntad”.
Este grupo detenido en marzo también se dedicaba al arte callejero. ¿Qué pasa entonces en la ciudad con quienes se suelen denominar “viajeros”?
Ayer había dos de ellos en Sobral y Sarmiento, pero no quisieron hacer declaraciones periodísticas. Otros de sus pares coincidieron en que cuando son “dos o tres” en la vía pública “la Policía jamás nos molesta”, pero la cosa se pone difícil cuando conforman un grupo grande.
Uno de los contactados por este diario dijo haber sido parte del grupo que fue detenido en el Teatrino horas después de la presentación de Manu Chao en el Anfiteatro. “Estaba durmiendo en el Teatrino y me desperté con todos los policías levantándonos”. Contó que uno de sus compañeros tenía un vino y marihuana, lo que desencadenó las masivas aprehensiones “por mendicidad y vagancia” según la letra oficial. Al ser liberados, “a los pocos días la mayoría se fue de Villa María”.
Pero hay muchos más, algunos hace años que eligieron esta localidad. Así, los pibes ya pertenecen a las esquinas de Sarmiento y 25 de Mayo, Sabattini y San Juan, Catamarca y Alem, Yrigoyen y Mendoza, Vélez Sarsfield e Italia o Cárcano y Corrientes. Solían también apostarse en Sarmiento y ruta pesada, la que abandonaron cuando se inició la obra de la rotonda.
Para uno de los que ayer habló con este medio, en la esquina de Cárcano y Corrientes es donde se recepta “la mejor onda” por parte de la gente.
Qué dicen los vecinos
Un matrimonio que reside en bulevar Sarmiento al 900 aseguró que los malabaristas (aunque otros son músicos o realizan artesanías) “no molestan a nadie”, aunque contaron que generan suspicacias al dueño de la casa de Sarmiento y Sobral porque suelen pasar horas en su vereda.
En la tradicional panadería del sector coincidieron en que “no molestan para nada” y “son respetuosos”. No obstante, cuando este cronista le preguntaba al cajero y a la empleada, un cliente rezongó: “Que vayan a laburar, trabajo hay, que agarren una pala esos vagos”.
En la farmacia su dueña aseguró “no tener idea” de la situación, mientras en un Rapipago una joven que atiende remarcó que “no molestan nunca” y que no ha escuchado quejas de la gente. Por su lado, en un local de alimentos para perros los defendieron. “Empezaron a venir en el verano y se quedaron. Suelen venir a comprar. Son buenos”, expresó quien nos atendió.
Finalmente en una verdulería aclararon que “si bien no molestan, algunos vecinos no están de acuerdo con su presencia porque piden muchas cosas”. “He recibido varios comentarios de personas que están cansadas porque les piden cosas. Además no son cuidadosos con la limpieza”, manifestó una mujer.
En tanto, una docente que habita en el barrio los defendió, en especial a Joel, quien fue detenido el martes: “Es respetuoso y limpio. Conversaba siempre con él por los perritos, un día le di 100 pesos para que le curara la pata a uno y vino a rendirme cuentas de lo que había gastado y a darme el vuelto, le dije que se lo dejara y con eso les compró comida”.
Diego Bengoa
Foto: Victoria Araujo