“Hay una grave situación de deterioro ambiental en toda la provincia, sobre todo en la zona serrana, relacionada con la pérdida de cobertura del suelo y el avance desordenado de las fronteras urbanas y agropecuarias sin contemplar la dinámica hídrica de las cuencas”, expresó ayer Alicia Barchuk en el marco de la charla-debate “Inundaciones en la provincia de Córdoba. Causas, consecuencias y soluciones” que se concretó en la UNVM.
La doctora en Ciencias Agropecuarias e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), trazó un panorama ambiental sumamente crítico que tuvo como gran exponente a las inundaciones que se produjeron durante el mes de febrero en las Sierras Chicas y en otros puntos del territorio cordobés.
Cabe consignar que en la propuesta organizada desde el Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas, la reconocida investigadora abordó el tema “Evaluación posterior al desastre: impacto de las inundaciones ocurridas el 15 de febrero de 2015 en la cuenca del Río Ceballos-Saldán”, acompañada por el ingeniero Alberto Daghero y el arquitecto Víctor Díaz.
Por su parte, el doctor Jorge Anunziata, que se desempeña como director del CIT Villa María, habló sobre el “Rol y desafíos en nuestra UNVM”.
“En otros años donde hubo mayores precipitaciones por efecto del evento climático conocido como ‘El Niño’, no se generaron tantos daños como los que están ocurriendo en estos momentos”, manifestó la también directora del proyecto de evaluación del estado de las cuencas hídricas de la provincia de Córdoba.
“En las zonas bajas del centro, norte y este de la provincia, tras las lluvias de febrero y marzo, se anegaron más de 700 mil hectáreas de territorio”, indicó Barchuk.
“Una parte de la masa líquida que llega a las zonas bajas proviene del agua de lluvia, pero un gran porcentaje se genera por el escurrimiento en las zonas altas de las cuencas”, sostuvo.
Según la referente del Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA), por la pérdida de bosques y el incremento de la zona urbana, se profundizó el efecto de las pendientes, el caudal de agua caída y ha repercutido en severos daños materiales e incluso la pérdida de vidas humanas.
En el Ctalamochita
Aunque el eje de la charla estuvo centrado en la inundación ocurrida en la cuenca de los ríos de las ciudades serranas de Villa Allende y Saldán, la especialista se refirió al río Ctalamochita.
“La idea de la iniciativa impulsada en el marco de la Secretaría de Ciencia y Técnica (SECYT) que funciona en la Universidad Nacional de Córdoba, es evaluar a más de un millón de hectáreas, entre ellas las que corresponden a la cuenca del río Ctalamochita”, remarcó.
La frecuencia de inundaciones sufridas y el creciente deterioro de la cobertura vegetal son factores que motivan el interés de los investigadores por conocer más del curso de agua que nace en el Valle de Calamuchita y atraviesa a Villa María y Villa Nueva.
“Tenemos datos e informes hechos por organismos nacionales donde se puede observar cómo la producción agropecuaria y tambera ha afectado los terrenos”, advirtió.
“Esta información hay que relacionarla con lo que está pasando en la cuenca alta del Ctalamochita”, indicó la investigadora en referencia a la elevada frecuencia de precipitaciones y el deterioro del ecosistema en la zona donde surge el exrío Tercero.
Panorama sombrío
“Todos los datos y eventos nos demuestran que estamos cerca de un umbral de no retorno en cuestiones ambientales. Hemos perdido grandes ecosistemas, suelo y agua”, puntualizó Barchuk.
“Son alertas fundamentales a tener en cuenta en este momento y nos advierten que la proyección a futuro es tal vez quedarnos en situaciones de muy baja productividad, alta pérdida de suelos y otros recursos”, acotó.
En función de lo que se viene, la también docente de la UNC consideró que se deben trazar estrategias para la recuperación de vegetación.
“La tendencia en general es decreciente. En la provincia de Córdoba estamos en un momento ambientalmente clave, en donde si no tomamos atención todos juntos estamos cerca a un punto de no retorno”, señaló.
“Es urgente que comencemos a plantear soluciones integrales. En este instante de actualidad política deberíamos estar discutiendo un camino de ordenamiento territorial participativo donde decidamos cómo queremos tener a nuestra provincia”, redondeó para cerrar.
Ocuparse y remediar
Como primera medida para comenzar a remediar lo que sucede, Barchuk opinó que “hay que reconocer el estado de deterioro en el que se encuentran las cuencas hídricas provinciales”.
Por otra parte consideró como clave el “analizar claramente cuáles son las consecuencias de los cambios en la tierra que se han producido”.
También marcó como relevante el “analizar las tendencias y anticiparse a que ocurran más daños”.
En virtud de esta idea, el objetivo es mitigar lo que ya haya sido deteriorado y prevenir con acciones de conservación de suelo y vegetación”.
“Sobre todo, tenemos que tener una mirada integral, no sólo al momento de analizar el comportamiento hídrico de las cuencas, la urbanización y el uso de la tierra, sino también lo que respecta a los actores que están en esos espacios afectados y que son habitantes normales que deben participar activamente de un ordenamiento territorial comunitario junto con los organismos de gestión municipal, provincial y nacional”, consideró.
En aras de evitar problemáticas, Barchuk sostuvo que se deben respetar los límites previstos en la legislación a nivel nacional y que nunca se han trasladado a nivel provincial, subrayó la disertante apuntando a las leyes ambientales.
“Son supuestos mínimos que se definen sobre conservación y uso de suelos que en territorio cordobés no se respetan y se generan legislaciones no apropiadas y dejan la ventana abierta para que se haga lo que quieran”, esbozó.
“Hay un desorden muy grande donde los que tienen más poder económico o ejercen más influencia por su posición, trabajan para sus propios intereses”, opinó también.
“Considero que hay que revertir las políticas y cuidar mucho más nosotros mismos nuestro ambiente”, enfatizó.
“Nosotros debemos reconocernos como seres políticos que podemos generar acciones que ayuden a cuidar y proteger el hábitat. Además debemos colaborar integradamente con los que nosotros elegimos para la gestión pública, tratando que participen plenamente a favor de políticas adecuadas para proteger el bien común. Esta debería ser la esencia”, resaltó.
“Si esto no se da, va a suceder siempre que queden sectores fuertemente vulnerables frente a los desastres ambientales y otros que se enriquecen aprovechándose de los recursos naturales”, manifestó la doctora en Ciencias Agropecuarias.
“Los desastres nos afectan a todos por igual y por ello todos deberíamos ocuparnos por recuperar nuestro ambiente, mitigar los daños y promocionar ordenamientos a futuro”, reflexionó para concluir.
Las fotos
1) La doctora Alicia Barchuk habló sobre la realidad ambiental de la provincia y las definiciones que se deberían adoptar para modificar un porvenir complejo (fotos gentileza Prensa UNVM)
2) En el Campus de la UNVM se llevó a cabo el evento impulsado por el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas
