En nuestra edición de ayer brindamos al lector todos los detalles del gran día que se vivió en el nuevo edificio del Hospital Regional Pasteur, como lo hicieron todos los medios: caras de felicidad, brillo, un ministro, el primer parto, el nacimiento de Thiago... Los vecinos de Villa María y la región tenían mucho para festejar, después de tanto luchar por un nuevo edificio para el casi centenario centro de salud.
A unas 30 cuadras de allí, un fotógrafo de EL DIARIO recorría los pasillos vacíos de ese lugar donde todos éramos iguales. Allí nacieron niños que poblaron las calles de todos nuestros barrios, adentro y afuera de los cuatro bulevares, porque la urgencia no tiene clase social. Allí murió no hace mucho un intendente y allí habrá nacido un dirigente. Allí atendieron de igual manera a los familiares del Papa Francisco que a vos, o a mí, cuando llegamos desesperados con nuestros hijos en brazos y el corazón en la boca. Allí todos jugamos el silencioso ajedrez con final incierto de la espera sobre los baldosones negros y blancos de los pisos.
Y en ese tablero de piezas humanas, como si hiciera falta una muestra más del don de gente de los trabajadores, un grupo de médicos, enfermeros y empleados, pusieron manos a la obra porque un enfermo demandaba una intervención urgente y posiblemente no resistiría un traslado al nuevo edificio.
No lo dudaron. Ingresaron a un viejo quirófano e hicieron lo que tenían que hacer.
Afuera, se cargaban las últimas cajas, las sillas de rueda eran carretillas y alguien se preguntaba qué vamos a hacer con la vieja y querida ambulancia de la lucha contra la Fiebre Hemorrágica Argentina, “la ambulancia de la Pirucha”.
Afuera del quirófano, la mudanza. Adentro, la vida.
A todos los trabajadores del Pasteur, a todos, muchas gracias. Por su defensa irrestricta de la salud pública, por los cortes de calle para denunciar la falta de insumos, por la caricia en la frente antes de la aspirina.
Que el brillo actual no opaque la identidad histórica. Que los nuevos sepan qué clase de guardapolvo llevan puesto. En fin, que queremos mucho a nuestro Hospital. Que se sepa.
Sergio Vaudagnotto