Adrián Fonfrías (36), su esposa y sus dos hijas de 16 años estaban reunidos en su casa de calle Estados Unidos, probablemente pensando en la cena -eran alrededor de las 21 del martes- cuando llamaron a la puerta.
Desde la vereda, una voz masculina preguntó, en amable tono, por el señor Fonfrías.
El dueño de casa abrió la puerta. Pero en lugar de una amigable sonrisa, se encontró con el frío y hostil cañón de un arma. Era un asalto.
El hombre no tuvo más remedio que dejar pasar a los delincuentes que poco antes le habían hecho abrir la puerta mediante un engaño.
No los ataron ni les pegaron. No les hizo falta a los ladrones más violencia que la que trae implícita la presencia intimidatoria de un arma de fuego en el contexto de una mesa familiar. Ni más ni menos.
Lo demás fue, con variación de detalles, prácticamente igual a todos los asaltos que se vienen registrando en la ciudad.
Se llevaron "una suma no precisada de dinero en efectivo, un televisor plasma de 42 pulgadas, un reproductor de DVD y joyas varias", dice, textualmente, el parte de prensa emitido anoche por la Departamental San Martín de Policía.
Después se fueron.
En la mesa familiar quedó el sabor amargo del traumático momento vivido, esa sensación que es un cóctel de rabia, impotencia, miedo, angustia. Y la inquietud de cómo se recuperará lo perdido; aquello que tiene valor material y aquello que tiene un valor afectivo.
Nadie pensó más en la cena.
Es de presumir que los delincuentes huyeron en un vehículo que los aguardaba en las cercanías, disimulado en la penumbra nocturna.

Una suma importante

Aunque, como ya se dijo, la información oficial indicó que se robaron "una suma no precisada de dinero en efectivo", algunos trascendidos dieron cuenta de que podría tratarse de una suma que oscilaba entre los 6.000 y 7.000 pesos y unos 4.000 dólares.
Sin embargo, desde la Jefatura policial no fue confirmado el dato.
La División Investigaciones tomó cartas en el asunto y agregó el caso a la lista de los que trata de resolver.