Nacidas en 2013 y 2015, respectivamente, Piache y Wam dan cuenta de la actividad cultural y social villamariense. Mientras la primera se define “de actualidad e interés general”, la segunda se enmarca dentro de la “cultura joven” priorizando el rock. De tirada mensual y distribución gratuita, ambas publicaciones están ampliando el campo de batalla en el periodismo gráfico de la ciudad
Hasta no hace mucho (cuatro o cinco años por lo menos) no había revistas culturales en Villa María de tirada masiva y gratuita. Para tener alguna referencia al respecto, hay que remontarse a 2011 con Nativa de Daniel Bacci, Compartiendo de Alejandro López o La Miró de Alejandra Alesso, que más que una revista era una agenda cultural. Más allá de estas publicaciones, un artista nunca era “tapa de revista” en las márgenes del Ctalamochita. Pero eso empezó a cambiar a partir de dos publicaciones. Primero, en diciembre de 2013 con la aparición de Piache, un magazine mensual de distribución gratuita. El emprendimiento periodístico de Faustino Rizzi y Gastón Boc-Ho empezó a mostrar en tapas a todo color y tamaño tabloide a rockeros, “top models” y bailarinas locales. Trece meses después aparecía Wam, una revista en tamaño carta y fabulosa calidad gráfica. Y en sus cinco números hasta ahora publicados aparecieron en portada el músico Federico Lattanzi, la banda musical El Ayudante Walpen, el artista gráfico Nicolás Schuck, el actor Ramiro Chanquía (“El Chumy”) y los conductores del programa radial “Ruta 9”. Demasiados nombres, disciplinas y abanico abierto.
En lo que va de este año y medio, estas revistas y sus respectivas propuestas editoriales no han hecho otra cosa que dar cuenta de dos fenómenos florecientes. Por un lado, el crecimiento exponencial de la movida artística en la ciudad; por el otro, su correlato comunicacional plasmado en la evolución del periodismo gráfico.
Hete aquí los principales protagonistas de una transformación que nos enriquece a todos.
Wam o los Inrockuptibles de la Villa
Rodrigo Alvarez y Vanesa Ardiles tienen 26 años cada uno y parecieran complementarse perfectamente no sólo en el amor, sino en toda actividad que emprenden. Ambos son fanáticos del rock, ambos estudiaron fotografía en la escuela F5 y ambos cursan dos carreras casi hermanas (o por lo menos primas): Rodrigo, la Licenciatura en Comunicación Social en la UNVM; Vanesa, Diseño Gráfico en la Escuela de Bellas Artes Emiliano Gómez Clara. ¿Qué podía salir de tal maridaje sino una fabulosa revista de cultura joven?
Pero mejor que ellos cuenten la génesis de un emprendimiento feliz como una boda.
“Wam nació a fines del año pasado gracias a un programa de radio que hacíamos con Vanesa en la Tecnoteca. Se llamaba ‘Días de radio’ y era sobre música local independiente. Salíamos todos los jueves al aire e invitábamos a músicos a tocar en vivo. Cuando se terminó el ciclo, la revista quiso ser una extensión gráfica de aquel programa, al que le fuimos incorporando las otras disciplinas”.
-¿La de ustedes es una revista de “cultura joven”?
-Vanesa: Sí, puede ser. No lo pensamos así, pero al estar enfocados en la música rock obviamente que nos estamos dirigiendo a un público esencialmente joven. Ellos son los que más se están moviendo y haciendo cosas en la ciudad.
-¿Cómo compaginan semejante calidad gráfica con una distribución gratuita?
-Rodrigo: La idea era que Wam llegara a todos lados, por eso la hicimos gratuita y disponible (se la puede buscar en bares y comercios, Medioteca, Tecnoteca, Centro Leonardo Favio y museos). Estamos tirando 1.500 ejemplares por mes y necesitaríamos hacer más. En cuanto a la gráfica, como ambos estudiamos fotografía no queríamos que la calidad de nuestro trabajo se viera perjudicada por un soporte barato. Así que resignamos plata y apostamos a la calidad.
-¿Por qué se llama Wam?
-Vanesa: No tiene un significado especial. Queríamos un nombre corto, que se pudiera recordar fácil, que sonara bien y que no fuera descriptivo.
-¿Hacía falta una revista de cultura joven en la ciudad?
-Rodrigo: Yo pienso que sí y también otros nos lo han dicho. Acá están pasando muchísimas cosas a nivel artístico, pero no había quién las contara y las cubriera.
-Vanesa: Hay mucha gente que ha empezado a coleccionar la revista y que nos escribe diciéndonos “me falta la número dos” o “me falta la uno”... Es algo que nos pone muy contentos...
-¿Cómo es cada número?
-Vanesa: Siempre hay una entrevista de tapa que sale al medio de la revista, una agenda cultural del mes y páginas donde se comentan discos y libros de autores locales.
-Rodrigo: A la revista la escribimos íntegramente entre los dos, excepto la página de los libros, que la hace Darío Falconi (El Mensú Ediciones). El es nuestro único colaborador junto con Silvina, la hermana de Vanesa, que nos ayuda con la corrección. A las fotos y a las coberturas las hacemos nosotros también.
-¿Tuvieron un modelo de revista a la hora de pensar Wam?
-Vanesa: Cuando diseñaba el primer número pensé en qué revista me gustaba a mí desde lo gráfico. Y automáticamente me vino a la cabeza Los Inrockuptibles. Pero ahora veo que no nos parecemos mucho...
-En cinco meses de vida, ¿están pudiendo vivir del periodismo?
-Rodrigo: ¡Para nada! (risas). ¡Pero ojo, tampoco estamos perdiendo plata! De momento, nuestro objetivo es mostrar lo que otros hacen y también lo que hacemos nosotros.
-Vanesa: Hay muchísimo trabajo todo el tiempo. Y cuando nos llega un nuevo número impreso ya estamos escribiendo el siguiente, llenando las 16 páginas (cuatro pliegos) en blanco. Es un círculo interminable y fascinante.
-Además del formato papel, la revista se puede leer por Internet...
-Vanesa: Sí, por Facebook en “revistawam”. Pero la lectura en papel es incomparable.
Piache: una revista para dos ciudades
Aunque según su director, Faustino Rizzi, “la Piache no pretende ser una revista cultural, sino de actualidad e interés general”, es una de las publicaciones que más actividad artística ha reflejado en los últimos años. En el número ocho, por ejemplo, vemos una excelente foto de la bailarina Andrea Valfré con sus zapatillas de danza; o en el número 10, una investigación sobre las bandas de rock villamarienses con Rayos Láser, De la Rivera y Tefy Parsi y La Parsifónica.
Sobre el origen de Piache (castellanización del italiano me piace, es decir, “me gusta”), Rizzi comenta que “la revista nació en San Francisco en 2011. Como hacíamos un periódico semanal y muchos temas nos quedaban afuera, los empezamos a meter en esa publicación, que originalmente era de moda, tendencias y sociales. Piache San Francisco se vendía en kioscos y la tirábamos en papel ilustración. En Villa María la hacemos desde diciembre de 2013 con 40 a 48 páginas (de 10 a 12 pliegos) y la pensamos diferente, con papel común y buscando de entrada que fuese gratuita y masiva”.
-Sin embargo, en los últimos números Piache es de “Villa María + San Francisco”...
-Se debe a que hace dos meses fusionamos las ediciones de ambas ciudades en una sola revista regional de siete mil ejemplares de tirada. Por eso es que pasamos de la número 10 de diciembre de 2014 en Villa María, a la 43 en enero de 2015. Sumamos los 10 números de acá con los 33 de allá.
-¿En qué modelo te inspiraste para la revista?
-En ninguno puntual. Con Gastón Boc-Ho, que me acompaña en San Francisco, nos pusimos a pensar qué revista nos gustaría leer a nosotros, que fuese interesante y a la vez masiva, gratuita y de lectura rápida. Sin olvidar que fuera rentable.
-¿Lo consiguieron?
-Lo conseguimos metiéndole muchas horas de laburo. Si tu proyecto está bien pensado, tiene que ser rentable sí o sí. Y creo que hay empresas e instituciones de sobra para hacer publicidad. Por suerte tenemos a varias que quieren salir en nuestras páginas. Igual, haciendo una revista no te vas a comprar la Ferrari a fin de año. Como mucho vas a pagar tu propio laburo y poco más. Te tiene que gustar hacerla.
-En el staff se ve que hay muchos colaboradores periodísticos...
-Es que hacerla solo sería imposible, además de aburridísimo. Hay colaboradores muy buenos como Diego Bengoa, Juan Seia y Bruno Schiavi que escriben casi todos los meses. Edgar Maggi se ocupa de la publicidad y Geraldine Ponso me ayudó varios meses con la fotografía, que ahora hace mi amigo Damián Frossasco. En San Francisco está Juan Pablo Genero en diseño y otros colaboradores más.
-¿Pensás que hacen falta más revistas en la ciudad?
-A mí me gustaría que haya otras propuestas, pero sé que no es fácil. Menos que sean sustentables en el tiempo, a menos que te banque un organismo oficial. Yo no soy un gestor cultural, soy un periodista y simplemente trato de reflejar los temas que me parecen interesantes y mostrar la gente que está haciendo cosas.
-Describíme un número de Piache...
-Tratamos que haya siempre entrevistas en profundidad sin que sean largas y aburridas. También hablamos de temas que nos parecen interesantes presentándolos de una forma original. Y esto va desde grupos de gente que hace cultivos respetuosos con la naturaleza hasta casos policiales o muertes de tránsito, que es una locura de todos los días. También tenemos sesiones de fotos, artículos sobre series de televisión, tecnología, moda y gourmet. La idea es que te resulte interesante llevarte la revista a tu casa de cualquier bar o negocio del centro que te la entrega. También la podés leer por Internet clickeando “El Periódico de San Francisco Piache Villa María”.
-¿Cómo es tu vida periodística entre dos ciudades?
-Voy y vengo permanentemente de Villa María a San Francisco. Allá trabajo en El Periódico, donde soy jefe de Redacción. Es un semanario de distribución gratuita con una tirada muy grande. De ahí tomamos el modelo comercial para hacer Piache. Ahora la vamos a replicar en España, donde viví varios años.
-¿O sea que además de vivir en dos ciudades vas a vivir también en dos países?
- Sí, estamos trabajando para lanzarla en agosto, en pleno el verano europeo. Va a ser un quilombo, pero igual me gusta.
Iván Wielikosielek