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Miembros de VACAP, ayer, frente a la Comisaría de Distrito |
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En la jornada de ayer, la madre de un joven de 19 años que fue detenido por segunda vez en una semana por “negativa a identificarse”, convocó a VACAP (Vecinos Autoconvocados contra los Abusos Policiales) para pedir ayuda por la situación que atraviesa su hijo.
“Si se hubiera negado a identificarse, no podrían saber su nombre. Sin embargo, cuando llamo a la Policía como último recurso para saber si estaba allí, me dicen que sí, dándome el nombre y apellido. Directamente que avisen que hay toque de queda así nadie sale después de las 10 de la noche”, indicó la atribulada mujer.
“Recurrí a VACAP porque quiero hacer una denuncia. No puede ser que los jóvenes que no le caen bien a la Policía, tengan que pasar por todo esto”, agregó. En la jornada de hoy se presentará en Tribunales para formalizar el reclamo junto a los vecinos autoconvocados.
Desde la CTA Villa María, Jesús Chirino, quien acompañó a la mujer en el momento de la liberación de su hijo, señaló que ayer, había alrededor de 30 detenidos en las mismas condiciones. “Sabemos, porque lo dijo la misma Justicia, que esas celdas son inhumanas y sin embargo, siguen amontonando chicos ahí”, afirmó.
“No puedo dejar de hacer un paralelo con los militares, que eran muy valientes para torturar a personas debilitadas y maniatadas, pero cuando fueron a Malvinas se rindieron muertos de pánico. Parece ser que a un sector de la Policía, le es más fácil detener a chicos antes que enfrentarse contra delincuentes”, agregó.
“Alguien les tendría que recordar que su función es bajar el índice delictivo y no apresar a alguien por portación de cara”, dijo Chirino. Finalmente, dijo que “la Policía parece actuar por modas, como dijo el comisario Abel García en la nota de EL DIARIO -aludió a la moda de cerrar los prostíbulos- y ahora, la moda es hacer número con adolescentes”, concluyó.
Cigarrillos... para la fuerza
Un hecho llamativo que relató la madre del joven ocurrió ayer, cuando fue con una amiga a averiguar qué necesitaba su hijo. El policía ingresó a las celdas y volvió diciéndole que sólo necesitaba una frazada.
Además del abrigo y alimentos, la madre le dejó una etiqueta de cigarrillos empezada, que el agente recibió sin dudar. Ayer a la tarde, cuando fue liberado el joven, la madre le preguntó si había recibido esos cigarrillos. “No, nadie me llevó nada más que la frazada y la comida”, afirmó el joven.
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