Familiares, amigos, autoridades y vecinos que quisieron homenajearlo a un año de su fallecimiento se reunieron ayer en el cementerio La Piedad para recordar al exintendente Miguel Angel Veglia.
Con sendas cartas leídas antes de comenzar el acto, la líder del GEN, Margarita Stolbizer, y el dirigente radical Conrado Storani se disculparon por no poder estar presentes en el homenaje.
Como se había anunciado, el acto se inició con la colocación de ofrendas florales en nombre del Concejo Deliberante y de su grupo de amigos, que fueron los organizadores de la ceremonia recordatoria.
Inmediatamente después del descubrimiento de una placa, Graciela Pérez de Céliz abrió la ronda de oradores que dejaron sentidas palabras recordando a quien fuera tres veces intendente de la ciudad.
“Podría hablar de Miguel como político, pero dos cosas me unían a él: una profunda amistad y una misma fe. Desde esa amistad voy a recordarlo, voy a hablar desde el corazón y no tengo intenciones de ser políticamente correcta”, advirtió Pérez de Céliz al pronunciar sus primeras palabras.
“Miguel era un hombre de carácter fuerte, sabía lo que quería para esta ciudad y lo que podía aportarle. Era exigente, trabajador, incansable, era difícil seguir su ritmo. Era consciente de que el poder que le otorgaron las urnas era para servir a la gente y no para servirse él”, describió.
“Era fácil confrontar y acordar con él. Cuando un problema afectaba a la ciudadanía no entraba en discusiones sobre si eso era competencia municipal, provincial o nacional. Era un político en extinción, nunca usó un vehículo oficial para su familia, era austero y lo exigía porque decía que el dinero era de los contribuyentes. No tuvo la publicidad mediática como la que hay en estos tiempos y cuando dejó la función pública no tenía nada”, señaló.
“A medida que los recuerdos pasan por mi mente, su imagen se agranda y termino recordando a mi amigo con la frase que él repetía: las urnas dan poder para servir a la gente”, dijo con la voz quebrada.
Como amigo
Augusto Parola, quien le siguió, aclaró que había sido invitado a hablar por el Colegio de Abogados, pero que lo hacía como amigo.
“Era una excelente persona, gran político, de una impresionante calidad humana. Nos sentimos muy honrados de tener su amistad, se lo extraña mucho a Miguel en el trabajo, en las rondas de mates y en las charlas políticas”, expresó.
“Es una característica de los grandes hombres producir una impresión duradera en todas aquellas personas que trataron con él y dejar el sello de su personalidad, y Miguel lo ha sido. Soñaba sueños posibles. Recordándolo a veces se me desprende una lágrima y a veces una sonrisa”, concluyó.
En nombre propio
“Creí que no me iba a traicionar en este acto, pero estoy muy emocionada y voy a tomar el guante de lo que nos dejó Graciela (Pérez de Céliz)”, confesó a su turno la jueza Cecilia Fernández, quien resaltó la humildad con la que Veglia volvió “a transitar los pasillos de Tribunales” después de haber ejercido una “función tan importante como la de ser intendente”.
“No hablo en nombre de los jueces, hablo en nombre propio, como alguien que compartió parte de su vida y algo que quiero rescatar de este hombre es que fue el mismo Miguel que conocí siendo estudiante, al que encontré después, cuando volvió a la Justicia”, destacó.
“Y quiero decirle a sus hijos que se sientan orgullosos de que se padre fue un hombre transparente, fiel a sus principios y convicciones”, finalizó.
Recordar su huella
“Con Miguel compartíamos la misma pasión por la política y por Dios. Ya se ha pintado su figura y su genio, era un hombre a veces polémico, pero por encima de todas las cosas sabíamos que teníamos que poner el bien común. Tuvo la mejor despedida en la Catedral, nosotros necesitamos actos como éste para recordar su huella y por la necesidad de que esa huella continúe”, afirmó por su parte el dirigente radical Miguel “Chicharra” Abella.
“Salió pobre de la función pública, pero la ética requiere de otras cosas, él entregó su vida por el otro, trabajaba todo el día. Querido Miguel, hoy vivimos horas dramáticas en la moral de la República, en la religión cívica de nuestro partido y quiero que me ayudes desde el Cielo a que no me muera sin volver a recrear el conjunto de valores y principios de la UCR”, manifestó con énfasis.
Para finalizar, en nombre de los amigos, José Peralta dirigió unas palabras directamente a los familiares presentes a quienes les agradeció por permitirles realizar el acto.
“Dijimos que íbamos a hacer un homenaje porque él se lo merece, esto y mucho más”, pronunció visiblemente emocionado y volvió a agradecer.
La ceremonia concluyó con saludos y abrazos con los familiares presentes, que tampoco pudieron ocultar sus lágrimas ante las sentidas palabras que se le dedicaron al fallecido exintendente radical.
Más tarde, a las 19, la familia invitó a la comunidad a compartir una misa en la Parroquia La Santísima Trinidad.