Escribe Juan Quiñones

 

La condena

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de San Martín condenó a cuatro años y tres meses de prisión a Daniel López, conductor del tren chapa 1 de la línea Sarmiento, que el 13/06/2013 chocó contra la formación chapa 19 estacionada en la estación Castelar causando la muerte de Ezequiel Vargas (19), Cristina Núñez (32) y María Laura Del Zompo (38) y 357 heridos. El tribunal autorizó también se investigue a los dirigentes gremiales de La Fraternidad, Daniel Alejandro Garbarino, Juan Alberto Eberbach y Marcos Sebastián Ianni, entre otros.

En este fallo se destacan dos cuestiones claves: descarta totalmente las fallas de los frenos y con esto las responsabilidades que los principales medios de comunicación corporativos le imputaban al Gobierno y abre una nueva línea de investigación sobre la dirigencia de los gremios ferroviarios que no estaba incluida como posibles responsables de estos siniestros. 

 

La querella

A pocos días del siniestro López le dio una entrevista a la CNN en la que afirmó que “los frenos del tren habían fallado”, pero esta mentira no pudo sostenerse por mucho tiempo porque la formación que conducía estaba recién reparada, el perito oficial Ricardo Díaz demostró que la misma estaba en óptimas condiciones y el video muestra que él no acciona ningún dispositivo, incluso anula el freno de emergencia poniendo la palanca de marcha en neutro, dejando que su formación choque contra el tren estacionado en Castelar. Con estas pruebas el juez federal Jorge Rodríguez, encargado de la investigación, procesó sólo a López como único responsable del siniestro. 

El video muestra también cuando el tren va pasando las señales, la primera que pasa le indica precaución porque las próximas están a peligro y debe detener la marcha, pese a lo cual, no sólo no reduce la velocidad, sino que la aumenta pasando las dos señales a peligro que protegían al tren estacionado en la estación Castelar, abandonando la cabina de conducción antes de la colisión para escapar del lugar del hecho en un vehículo de apoyo conducido por delegados del gremio “la Fraternidad”. 

La querella a cargo del Dr. Gregorio Dalbon consigue que el tribunal autorice que se investigue a la dirigencia gremial, sobre la intencionalidad muy clara que tuvo López en producir el siniestro que podría ser parte de un plan concebido para boicotear a la empresa con fines inconfesables y que involucrarían a los Directivos de La Fraternidad.

La Fraternidad, por su parte, a su vez criticó el fallo condenatorio de López cuestionando la rapidez con la que falló la Justicia “que sólo sirve a los intereses de los poderosos” y volvieron a insistir sobre “la responsabilidad del estado por la falta de mantenimiento de los trenes”, pese a que dicha imputación nunca se probó, ni en el choque de Once, ni el de Castelar.

 

La conexión gremial de los atentados

El asesinato de Mariano Ferreyra, por los matones de la Unión Ferroviaria de Pedraza, pone al descubierto la íntima relación que existía entre la dirigencia de los gremios ferroviarios y los concesionarios privados de la empresa, que puestos ahora del lado de la patronal crearon cooperativas truchas para tercerizar tareas dentro de la empresa, con personal que no podía afiliarse al gremio ni cobrar un sueldo equivalente al personal de planta y esto dejaba ganancias importantes. Otro ingreso significativo lo producía el alquiler de locales comerciales en las estaciones, incluso de terrenos y viviendas que quedaron abandonados con la privatización de los ferrocarriles, la venta de materiales de rezago, incluso el robo de durmientes y rieles hizo ricos a muchos dirigentes gremiales, hay ramales completos de vías que desaparecieron como por arte de magia. Es claro, entonces, que estos intereses entraron en colisión con las nuevas políticas del Gobierno para recuperar los ferrocarriles y por eso nos encontramos con esta resistencia a los cambios y esto no sólo explica el choque de trenes en Castelar, podría explicar también el choque de Once, la quema de una formación completa en la línea Sarmiento que nunca se pudo esclarecer o los desmanes en la estación Constitución o el descarrilamiento de un coche chino, justo en el lugar donde estaba trabajando una cuadrilla de vías y obras de la línea Sarmiento, en fin hay indicios suficientes para que la Justicia investigue en esta dirección y que los crímenes cometidos contra la vida de las personas y los bienes del Estado no queden impunes.