Bastante singular lo del sábado pasado, tres eventos relacionados con la música nativa se llevaron a cabo, y un cuarto que se cayó, el de Aldo Monges en la “Peña del Guli”.
También lo notorio es que si bien lo de Abel Pintos llegó al número de público de cinco mil -se esperaban ocho mil-, es una cifra para nada despreciable, podríamos recordar a Los Piojos en su despedida en el Anfiteatro con cuatro mil o Calamaro en su gira con igual cifra, también podríamos acotar que “Abelito” ha rondado por la provincia y la zona con numerosos shows, vale acordarse del festival de Bell Ville. El “Popclore” de Pintos atrajo gente de otras provincias como el caso de los chicos (foto) de la Pampa -Santa Rosa, General Pico y Cané- que trajeron hasta un doble del sur del país.
Se va la segunda
Ya cercana la medianoche, cuadras y cuadras de automóviles se agolpaban a la altura de Vélez Sarsfield al 2680, para ver y escuchar al “cantor enamorado”. Daniel Altamirano cerca a la una de la mañana comenzó con sus versos, que se entrelazaban con el locro, las empanadas y el buen vino en la peña “La Cantina”, agolpados sus seguidores con un silencio sepulcral. Esperaban “la” canción y “Los amantes de Córdoba” no se hicieron esperar, con su prólogo del café “La Madrileña” para seguir preguntándose quién fue la chica seducida por el cantante ex-Los de siempre y siguió luego “Zamba de Anta” y “Recuerdos de Puerto Deseado”, con un sinnúmero de pedidos, pero el más especial fue “La Oma”. Dos horas de show sirvieron para que el latir de los corazones bajara las pulsaciones.
Se va la tercera
Con locros y empanadas agotadas, pero con el vinito y fernecito fresquito, la tercera peña de Cuerda y Cuero convocó a 800 personas, llenando el salón del Club Rivadavia sobre la calle 25 de Mayo.
Cabe destacar el fenómeno de este grupo, que en su tercer peña suma adeptos. Una familia de Oliva nos decía que vinieron exclusivamente a ver este grupo. Anteriormente habían actuado Daniel Pedrini, la Fragua, Artesanos, pareja de tango, el ballet de La Agrupación Folklórica Villa María, Chañares de James Craik y Ballet de Villa Nueva. Cierta explicación podemos aportar a la aceptación de este grupo, como que realizan cuecas, zambas chacareras con un intenso ritmo, que las acompañan con violín, batería, quena, bajo, guitarra y dos voces agudas, son jóvenes, aunque hay un grupo de gente mayor que lo acompaña y es notable cómo el público presente baila todos sus temas.
Fotografías: 1) Los pampeanos hasta vinieron con un fanático de Pintos, muy parecido. Casi un clon
2 y 3) Ya son una revelación como captadores de público. La peña de Cuerda y Cuero colmó el Rivadavia e hizo bailar hasta las piedras. Abajo: La Cantina, también llena para oír y bailar con Altamirano