Entre sollozos, Nora Lilián Abelleira (57) aseguró que ella y su concubino, el asesinado comerciante villanovense Enrique José “Kike” Espósito (52), tenían “una sociedad de vida, no de dinero” y dejó entrever que serían otras las personas involucradas en el hecho, aunque no las nombró.

“Eramos una sociedad de vida, una sociedad marital, de amor, de trabajo… no de dinero”, dijo la mujer que está acusada de haber contratado a un sicario para dar muerte a Espósito y, de ese modo, quedarse con una fortuna de varios millones de pesos.

Por su parte, el parapsicólogo José Alberto Deheza (50), alias “Calladito”, sospechado de ser el autor material del crimen, negó de manera enfática que tenga cualquier vinculación con el homicidio perpetrado la noche del 17 de junio de 2011 en la vivienda que la pareja ocupaba en Villa Gesell 170, en barrio Costa de Oro de Villa Nueva.

“No tengo nada que ver con esta causa. Que soy un sinvergüenza, no lo discuto; que me digan que soy un charlatán porque tiro las cartas, puede ser… pero no sería capaz de hacer una cosa así”, declaró Deheza con la voz entrecortada por la emoción sobre el final de una larga jornada de deliberaciones.

De ese modo, Deheza aludió a los antecedentes penales que registra su prontuario, ya que a mediados de los 90 se le impuso una condena de 14 años de prisión por un homicidio perpetrado en Villa Nueva y en 2008 fue juzgado y sentenciado por hechos de “coacción” y “circulación de moneda falsa”.

 

Primeros testigos

La primera jornada del juicio que se les sigue por la violenta muerte de Espósito, quien recibió dos balazos en la cabeza cuando se encontraba solo en su casa, comenzó a las 10 y concluyó pasadas las 15.30 sin que prestaran declaración los cuatro testigos que habían sido citados.

Se trata de los hermanos de la víctima, Jorge, Mauricio y Gustavo Espósito, y de Jorge Cabana, un porteño vinculado a los Espósito que tendría a su nombre bienes de la familia, quienes comparecerán hoy junto a otros cinco testigos, entre los que se encuentran Nilda Bustamante, la amiga de Abelleira que estuvo con ella la noche del crimen, y Lida Verónica Volpe, hija de la acusada con una pareja anterior. También están citados para declarar un funcionario policial, un albañil y el esposo de Bustamante, quien además era amigo de Espósito.

Como son 75 los testigos citados por la Fiscalía, la Querella y las Defensas, el tribunal dispuso que el juicio se realice a lo largo de dos semanas y, en principio, podría concluir el viernes 29.

De todos modos, habrá que ver cómo se desarrollan las audiencias y si las partes deciden escuchar todos los testimonios, o si algunos son renunciados y sus declaraciones se incorporan al debate por lectura.

 

Abogados en pugna

Cabe recordar que la parte acusadora está integrada por el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el abogado José Luis Bertoldi, representante legal de los hermanos Espósito, quienes se constituyeron en la causa como querellantes particulares.

En tanto, los letrados Tomás Gait Puga (de Córdoba) y Gastón Nicola ejercen la defensa de Abelleira, mientras que Eduardo Luis Rodríguez hace lo propio con Deheza.

 

La acusación

A poco de comenzado el juicio y tras el juramento de rigor por parte de los jurados populares, el secretario Guillermo Picco dio lectura a la acusación formulada por el fiscal que instruyó la causa, Gustavo Atienza, quien sostiene que Abelleira contrató a Deheza para dar muerte a su concubino con el fin de disponer de una importante suma de dinero, además de bienes que pertenecían a Espósito.

Según la acusación, entre marzo y mayo de 2011, el comerciante recibió de la Municipalidad de Arroyo Algodón una suma de 1.160.000 pesos por la venta de un campo que era propiedad de la familia Espósito.

Siempre de acuerdo con la descripción de los hechos realizada por Atienza, el 13 de marzo de 2011, es decir tres meses antes del crimen, Abelleira ingresó a la cárcel de Villa María de manera irregular (habría utilizado un nombre falso), junto a Claudia Andrea Farinone,  oportunidad en la que conoció a Deheza, quien estaba purgando su última condena.

Fue allí cuando habría contratado al presidiario para que asesinara a su pareja a cambio de una suma de dinero nunca precisada.

José Deheza recuperó la libertad el 3 de mayo de ese mismo año y, según el instructor de la causa, la noche del 17 de junio, alrededor de las 22.50, ingresó a la casa de Espósito utilizando una llave que le facilitó Abelleira, mientras ella se encontraba con una amiga, con la que cenó en el Café Argentino, ante la vista de numerosas personas.

El comerciante villanovense murió instantáneamente al recibir dos impactos de bala calibre 38 en la cabeza y su cuerpo fue hallado alrededor de la 1 de la madrugada del día siguiente, cuando su mujer regresó a la vivienda de barrio Costa de Oro.

 

Hurto y amenazas

El fiscal Atienza también acusa a Abelleira de haber sustraído 11 cheques al portador, por un monto total de 827 mil pesos (de poco más de 75 mil pesos cada uno), emitidos por la Municipalidad de Arroyo Algodón por la compra del campo de la familia Espósito.

La mujer también está sospechada de haber amenazado de muerte a Franco Damián Irigoitía, un empleado de su concubino que fue clave en la investigación del fiscal Atienza, ya que aportó datos que llevaron a la detención de Abelleira y de Deheza, lo que se concretó recién un año y medio después del crimen, ya que la causa estuvo virtualmente paralizada durante más de un año.

En efecto, desde un comienzo la investigación estuvo en manos el fiscal Daniel Del Vö, aunque no se avanzó demasiado. Por cuestiones administrativas, el funcionario se apartó en septiembre de 2012 y la causó pasó a la Fiscalía de Atienza, quien el 18 de diciembre de 2012 ordenó la detención de ambos sospechosos.

Al día siguiente, Abelleira designó como defensor al abogado Juan Antonio Rusconi, quien había sido amigo de Enrique Espósito, e incluso la noche del crimen concurrió a la vivienda de barrio Costa de Oro ni bien se enteró del homicidio.

Rusconi ejerció la Defensa de la mujer hasta mediados de 2014, cuando asumió el cargo el letrado cordobés Gait Puga junto al villamariense Nicola.

 

“La rica era yo”

Durante su extensa declaración, Nora Abelleira afirmó que la casa de calle Villa Gesell, los autos, un camión, los campos y demás bienes que tenía la pareja estaban a su nombre. “La rica era yo y ‘Kike’ era el pobre”, dijo textualmente la mujer, quien de ese modo intentó desestimar la más grave imputación que se le atribuye, ya que está acusada de haber contratado a un sicario para asesinar a su concubino y, de ese modo, disponer libremente de la fortuna de Espósito.

Víctima de su estado emocional, Abelleira debió interrumpir su comparendo en varias oportunidades. Sin embargo, antes de concluir su relato, dijo que la noche del homicidio su casa estuvo “minada de policías”, en alusión a la gran cantidad de efectivos que llegaron al lugar tras el hallazgo del cadáver de Espósito.

“No eran seis o siete… ¡había más de 20 policías!”, enfatizó la mujer, dejando entrever que la escena del crimen había sido “contaminada”. Asimismo, dijo que llamó al abogado Rusconi, quien se hizo presente poco después.

Sobre la relación del letrado con Espósito, dijo que se habían conocido cuando su concubino “estuvo detenido un fin de semana por haber comprado leche robada”, tras lo cual entablaron una relación de amistad.

Antes de concluir su declaración, Abelleira hizo referencia a la “sensación de soledad y horror” que tuvo tras la muerte de su concubino, e incluso lanzó críticas contra Jorge Espósito, uno de los hermanos de “Kike”, al sostener que durante el velatorio le preguntó por unos cheques en vez de preocuparse por lo que había sucedido.

 

Breve y contundente

En tanto, la declaración de Deheza fue más breve, pero contundente: poniendo énfasis en las palabras, el hombre que está sospechado de haber matado a Espósito dijo que jamás lo había visto y que conoció a Abelleira después del crimen, cuando la mujer iba a la casa de su madre, quien también se dedicaba a tirar las cartas y se ganaba la vida como parapsicóloga.

La mujer en cuestión, llamada Marita (ya fallecida), era visitada asiduamente por Abelleira, quien estaba atravesando por un serio problema de salud. “Ella iba a la casa de mi mamá para que la ayudara a encontrar al asesino de su marido y para que le aliviara el cáncer que padecía”, señaló Deheza. Y con lágrimas en los ojos agregó: “Hasta dijeron que yo era amante de esta mujer, lo que pudo costarme el matrimonio con mi esposa… porque yo defiendo mucho a mi familia y a mis hijos”.

El juicio continuará hoy a partir de las 9.30.

 

UN DELITO CASTIGADO CON PRISION PERPETUA

José Deheza está imputado como presunto autor de “homicidio doblemente calificado, por uso de arma de fuego y por promesa remuneratoria”, un grave delito que tiene como única pena la prisión perpetua. En tanto, a Nora Abelleira se le atribuye la misma acusación, pero en calidad de “partícipe necesaria”. De todos modos, esta calificación legal también es reprimida con la pena máxima prevista por la legislación argentina.

 

FOTO 2: De izquierda a derecha, los hermanos Gustavo, Mauricio y Jorge Espósito. Detrás de ellos, Jorge Cabana

 

FOTO 3: José Alberto Deheza está acusado de haber asesinado a “Kike” Espósito de dos disparos

 

FOTO 4: Nora Lilián Abelleira está imputada de haber contratado a Deheza para cometer el crimen