Dos de los tres hermanos de Enrique José “Kike” Espósito (52), el comerciante asesinado a balazos el 17 de junio de 2011 en barrio Costa de Oro de Villa Nueva, coincidieron ayer en que la acusada Nora Lilian Abelleira (57) tuvo actitudes “sospechosas” pocos días después del hecho y les ocultó la venta de un campo perteneciente a la familia que estaba a su nombre.
Jorge Aníbal y Mauricio Alberto Espósito declararon amplia y detalladamente sobre la relación personal y comercial que mantuvieron con la concubina de “Kike” desde que la conocieron, a mediados de los años 80, y sobre todo en relación al manejo de los bienes de la víctima, muchos de los cuales también eran propiedad de todos los hermanos.
El comparendo de ambos testigos, sumado al de Carlos “Toto” Ayala (exdirector de Tránsito de la Municipalidad de Villa María durante la gestión de Miguel Angel Veglia), se produjo en el marco de una extensa jornada de deliberaciones que comenzó apenas pasadas las 10 de la mañana y concluyó poco antes de las 18.30.
Extensa declaración
De los tres testimonios, el del músico y compositor porteño Jorge Espósito fue realmente maratónico: empezó a declarar apenas iniciada la audiencia de debate y lo hizo ininterrumpidamente por espacio de una hora y 20 minutos. Luego respondió a una gran cantidad de preguntas formuladas por el fiscal, el querellante y los abogados defensores, además de los camaristas. Incluso debió esperar hasta la tarde para concluir su exposición, ya que se vio interrumpida por un cuarto intermedio dispuesto sobre el filo de las 13.
A lo largo de las tres horas y 40 minutos que estuvo sentado frente al tribunal, Espósito contó que se enteró de la muerte de Enrique por su hermano Mauricio y que en un primer momento pensó que se había tratado de un homicidio en ocasión de robo.
“Parecía un asalto”
“Era probable esa hipótesis, porque el 29 de diciembre de 2010 (casi seis meses antes del crimen), ellos habían sufrido un robo en su casa” de Villa Gesell 178. “Por eso parecía que era un asalto”, precisó.
Señaló también que la última vez que habló con Enrique fue el 11 de junio de 2011, cuando lo llamó por teléfono para saludarlo por su cumpleaños, y le dijo que lo visitaría en pocos días más.
Jorge Espósito destacó también que era nieto de Natalio Alba, un productor agropecuario que a fines de la década del 20 comenzó a trabajar en la industria lechera en la zona de Arroyo Algodón y con el correr de los años la empresa familiar llegó a tener 5.560 hectáreas de campo, una fábrica de quesos, 2.000 cabezas de ganado y cuatro tambos.
En el año 2002 se vendió casi todo y quedaron dos campos, uno de 112 hectáreas y otro de 136, pero con una enorme deuda impositiva. Fue entonces cuando los Espósito, incluido el comerciante asesinado, decidieron transferir uno de los campos a Abelleira para evitar embargos.
Según relató el testigo, el predio rural de 112 hectáreas fue vendido por la mujer a espaldas de los hermanos de su concubino, que están radicados en Buenos Aires.
En tanto, en abril de 2011 Enrique Espósito le vendió a la Municipalidad de Arroyo Algodón dos lotes -de 5 hectáreas en total- en la suma de 1.160.000 pesos, que la comuna de la vecina localidad pagó con 15 cheques de poco más de 75.000 pesos cada uno.
Cabe reiterar que en la causa que se le sigue a Abelleira y a José Alberto Deheza, el presunto sicario que habría contratado para dar muerte a su pareja, la viuda de Espósito también está acusada de haber hurtado esos valores.
“Teatralizaba el dolor”
En otro momento de su declaración, Jorge Espósito se refirió a las actitudes de su cuñada pocos días después del asesinato. Dijo que cuando vino a Villa María para el velatorio y la sepultura de su hermano, notó que Abelleira hacía una “teatralización del dolor”.
“Tenía una forma muy rara de actuar ante la gente”, señaló. “De pronto estaba de muy buen ánimo conmigo y su hija, y cuando la llamaban por teléfono cambiaba la voz y se mostraba compungida por lo que había pasado”.
“Muchas mentiras”
Agregó que durante los 15 ó 18 días que permaneció en la ciudad, con motivo del deceso de su hermano, se percató de que Abelleira les había ocultado cuestiones relacionadas con los bienes familiares. “Hubo muchas mentiras de por medio hacia nosotros”, aseguró, y tras cartón refirió que se había enterado que Abelleira le dio un poder a su hija Verónica Volpe (va a declarar hoy) para que vendiera el campo de 112 hectáreas a un productor agropecuario de la zona de Marcos Juárez, apellidado Dichiara.
En esta parte de su declaración el testigo incorporó al debate el nombre del conocido abogado local Juan Antonio Rusconi, sobre quien el lunes, en la primera audiencia de este juicio, se dijo que era amigo del comerciante asesinado y que estuvo asistiendo legalmente a Abelleira ni bien fue detenida, en la primera etapa de la investigación.
Jorge Espósito precisó que la venta de aquel campo se realizó en una escribanía de la localidad de Los Surgentes, en el sudeste provincial, a la que asistieron Volpe, Dichiara, un comisionista de apellido Sodero y el mencionado Rusconi.
En otro pasaje de su extensa declaración, el testigo dijo que Abelleira y su hermano se conocieron en Buenos Aires “allá por 1985 ó 1986” y que por entonces ella estaba “en situación precaria; los dos andaban muy mal económicamente porque estaban realmente secos”.
Poco antes de que concluyera su relato, a pedido de la Fiscalía y la Querella, se produjo un careo entre Espósito y la acusada a raíz de una contradicción en los dichos de ambos. El lunes, al prestar declaración, Abelleira había dicho que ella levantó unos embargos que pesaban sobre los dos lotes vendidos a la Municipalidad algodonense, mientras que su cuñado negó tal circunstancia.
Sin embargo, el careo no permitió aclarar la cuestión, ya que ambos mantuvieron sus dichos e incluso intercambiaron acusaciones sobre cuál era la labor de la mujer en el manejo de los bienes pertenecientes a su concubino y a los demás hermanos Espósito, la mayoría de los cuales están a su nombre.
Un amigo de ambos
El segundo testigo de la jornada fue “Toto” Ayala, quien compareció por espacio de no más de 25 minutos. Tras señalar que era “muy amigo” del comerciante asesinado y de su concubina, dijo que entre ambos había “una relación normal”, mientras que al ser preguntado sobre cómo era el vínculo entre los cuatro hermanos Espósito, respondió que era “muy bueno”.
Cabe señalar que, además de su relación de amistad con la acusada y “Kike”, Ayala es esposo de Nilda Edith Bustamante (también va a declarar hoy), la mujer con la que Abelleira se encontró la noche del crimen y cenaron juntas en un café del centro de la ciudad.
El tercer y último testigo de esta segunda jornada del juicio fue Mauricio Espósito, más conocido como “Mauro” entre sus familiares, un artista porteño que se desempeña como cantante lírico (es barítono).
El mayor de los hermanos Espósito declaró en términos muy similares a los expresados por Jorge, aunque en una hora y 20 minutos. Así, dijo que se enteró de la muerte de Enrique a través de un llamado de la hija de Abelleira, Verónica, y que luego de avisarle a Jorge, ambos viajaron en avión hasta Córdoba y luego en taxi a Villa María.
Señaló que mientras estuvo en la cuidad con motivo del velatorio y posterior sepultura de “Kine”, vio y escuchó “cosas sospechosas”.
Sobre el particular, coincidió con lo que un rato antes había contado Jorge respecto de los llamativos cambios de estado de ánimo de Abelleira (“cuando la llamaban por teléfono cambiaba la voz y se mostraba muy apesadumbrada, pero después que cortaba estaba como si nada hubiera pasado”, refirió), pero también dijo que a Verónica “se la veía acorde a la situación” de dolor que todos estaban atravesando por la reciente muerte de Enrique.
En otro pasaje de su testimonio, “Mauro” afirmó que con el paso de los días “comencé a sospechar que Lilian (como todos la llaman) nos estaba mintiendo”, y que luego confirmó tal hipótesis cuando se enteró de la venta del campo de 112 hectáreas realizada a espaldas de él y sus hermanos.
Asimismo, habló sobre cuándo y cómo se habían conocido su hermano y Abelleira: “Creo que ella trabajaba en un cabaret, ahí la conoció, allá por 1985 ó 1987”. Y agregó que “si bien Kike era muy reservado, tengo entendido que Lilian trabajaba de copera”.
Otra vez Rusconi...
En otro momento de su comparendo, Mauricio Espósito también mencionó al abogado Juan Rusconi: “Pocos días después de la muerte de Kike, se hizo el gracioso con un comentario cuando le pregunté si se podían encontrar huellas en el lugar donde fue asesinado mi hermano. Me dijo que había tocado un vaso. En definitiva, se ufanaba él mismo de haber ‘contaminado’ la escena del crimen”.
Finalmente, el testigo describió a Enrique como “una persona muy jovial, de buen humor”, mientras que Lilian “tenía un carácter complicado; por momentos estaba bien y a veces tomaba (bebidas alcohólicas) y se ponía mal”.
Fotografías: 1) Aballeira está acusada de haber encargado la muerte de su pareja para quedarse con una millonaria fortuna
2) Mauricio, el mayor de los hermanos Espósito, dijo que a los pocos días de la muerte de “Kike” empezó a sospechar que Abelleira les estaba mintiendo y confirmó su parecer cuando se enteró de que había vendido un campo a sus espaldas
3) Carlos “Toto” Ayala era amigo íntimo de “Kike” y muy cercano a Nora
4) José “Calladito” Deheza, el presunto sicario que habría contratado Abelleira para asesinar a su concubino
5) Abelleira y Jorge Espósito tuvieron un careo a raíz de expresiones contradictorias. Mantuvieron sus dichos