Ayer a primera hora, Nora Lilián Abelleira (57) presentó en la cárcel local un escrito para ser a su vez presentado en la Cámara de Crimen de esta ciudad, documento mediante el cual revocó todos los poderes conferidos a los abogados Tomás Gait Puga, de Córdoba, y el villamariense Gastón Nicola, ambos patrocinadores legales de la imputada.
En el mismo texto, Abelleira designa como su único defensor al letrado local Juan Antonio Rusconi.
El escrito fue inmediatamente presentado en el quinto piso de los Tribunales locales, que dio ingreso y curso a la petición de la imputada.
Alrededor del mediodía de la víspera, Rusconi se hizo presente en la Cámara del Crimen y asumió formalmente la defensa de Abelleira.
Cabe recordar que Rusconi ya había defendido en esta causa a la imputada, apenas ésta fue detenida en diciembre de 2012 y por motivos que no trascendieron abandonó esa defensa a mediados del año pasado.
Al parecer, más allá de la relación profesional, el letrado villamariense y la acusada tenían una relación amistosa.
Compás de espera
Con este nuevo escenario, el juicio se reanudará, como estaba previsto, el próximo martes, pero seguramente se interrumpirá a poco de iniciarse la audiencia en la que Rusconi solicitará la suspensión del juicio conforme lo establece el Código Procesal, para tomar conocimiento de lo actuado hasta el momento en las cuatro audiencias celebradas y para leer los expedientes que le permitan ejercer una cabal defensa.
Así, el proceso que enfrentan José Alberto Deheza y la propia Abelleira podría suspenderse por el término de unos 10 días.
Muy complicada
Cabe recordar que el jueves, en la última jornada del juicio, un testigo complicó seriamente la situación procesal de Abelleira, manifestando que la acusada le admitió haber contratado a un sicario para que asesinara a su marido.
Se trata de Franco Irigoita, quien señaló que la mujer le había dicho: “Yo armé todo y después no lo pude parar… pero lo hecho, hecho está”.
Así, este testigo que es considerado “clave” en la causa ratificó todas y cada una de las expresiones que había vertido durante la etapa de investigación realizada por el fiscal Gustavo Atienza y complicó seriamente la situación procesal de ambos imputados.
Es que Irigoita explicó que a partir de allí empezó a sufrir amenazas que terminaron por llevarlo a denunciar todo lo que sabía casi un año después del crimen.
A poco de comenzar su declaración, Abelleira lo trató de mentiroso a viva voz y luego comenzó a llorar desconsoladamente, a tal punto que por pedido de sus defensores fue retirada de la sala.
Penas graves
Nora Abelleira y José "Calladito" Deheza son juzgados desde el pasado lunes por la muerte del comerciante villanovense Enrique José Espósito, quien fue asesinado de dos balazos en la cabeza a última hora de la noche del 17 de junio de 2011, en barrio Costa de Oro de la vecina ciudad.
Deheza, está acusado de ser el autor material del hecho, en tanto que Abelleira es quien le habría encargado asesinar a su pareja a cambio de una suma de dinero.
Deheza está imputado como supuesto autor de “homicidio doblemente calificado, por uso de arma de fuego y por promesa remuneratoria”, un grave delito que tiene como única pena la prisión perpetua, mientras que la mujer está acusada de haber contratado sus “servicios” para ultimar a Espósito con el propósito de disponer libremente de una fortuna estimada en tres millones de dólares.
Por esa razón, Abelleira será juzgada como supuesta “partícipe necesaria de homicidio calificado por promesa remuneratoria”, calificación legal que también es reprimida con la pena máxima.