Con 19 años, Eduardo “Lolo” Bello se prepara para jugar el Mundial M-20 de Rugby junto al seleccionado argentino Los Pumitas. No son muchos los villamarienses que han logrado llegar a competir en un mundial junto a un seleccionado nacional por equipos y eso hace que el logro del pilar formado en San Martín cobre mayor dimensión.
Para el rugby será el sexto jugador local que se calce la camiseta celeste y blanca, con el jaguareté estampado en el pecho. Juan Pablo Frúgoli, Osvaldo Acosta, Nicolás Ferreyra, Francisco Chiaramello y César Fruttero (todos del Jockey Club), han vivido la inolvidable experiencia de jugar un Mundial. Ahora se suma Eduardo Bello, formado en San Martín y actualmente en Atlético de Rosario. Será el primer “tricolor” en jugar un torneo de ese nivel, aunque antes jugaron torneos de nivel sudamericano Eugenio Morra y Diego Beletti.
Lolo fue entrevistado por EL DIARIO, a horas de viajar al Mundial de Italia, que se jugará entre el 2 y el 30 de junio.
¿Cómo vivís los días de una experiencia que, imaginamos, será única?
“La verdad que es así. Será una experiencia única. Te soy honesto, siento que todavía no termino de caer y siento que uno todavía no sabe dónde está parado. Creo que una vez que lleguemos a Italia tendré una dimensión de lo que es todo esto. Se me pone la piel de gallina de saber que vamos a jugar ante Irlanda, contra Nueva Zelanda, que se nos van a poner al frente y nos harán el ‘haka’, que luego jugaremos ante Escocia. Son todas potencias mundiales. De pasar a seguirlo en televisión ahora lo viviré en carne propia”.
Uno de los partidos que todos quieren jugar es ante Nueva Zelanda.
“Es así. Va ser un partido difícil, pero no es imposible ganarles. Como potencia, en toda la dimensión de la palabra, Inglaterra y Sudáfrica son los que vienen saliendo campeones en las últimas ediciones. Los Baby Blacks no son ningunos cucos. Lo que me imagino del Mundial es estar parado frente a ellos y que me hagan el ‘haka’. Es una motivación extra. Igual para clasificar hay que ganar todos los partidos, no queda otra. Porque clasifica el mejor primero de cada grupo y el mejor segundo. En la otra zona está Australia, Sudáfrica, Namibia y Japón. A no ser que le ganemos por mucho a Escocia e Irlanda, ahí tiene que estar el mejor segundo. Los grupos se definen de acuerdo a la ubicación del Mundial anterior y como Argentina fue noveno, le toca una zona más difícil”.
¿Cómo has vivido todo este proceso con el seleccionado?
“Entré al Pladar en 2013, desde entonces vengo entrenando, yendo y viniendo a los entrenamientos a Córdoba, participando en seleccionados cordobeses. Hace un montón que vengo laburando y recién ahora se termina dando esta posibilidad. Estoy contento por eso. Hubo varias concentraciones, para probar gente. Al principio, en una de las primeras concentraciones en Rosario éramos como 45 ó 50 jugadores. Luego estuvimos dos semanas en Buenos Aires, otras dos en Rosario, donde jugamos ante Gimnasia y Esgrima (GER) y Duendes, ambos de esa ciudad. En cada concentración fueron cortando gente y yo seguí quedando”.
Hubo dos partidos claves que determinaron la lista definitiva.
“A esa altura del proceso la lista ya estaba más o menos definida. Había que pasar esos dos partidos duros, donde se puede lesionar, pueden pasar un montón de cosas. Desde el primer día que estuvimos concentrados para esos partidos, nos dijeron: “Al Mundial van 16 forwards y ustedes saben que son 16”. Pero había que pasar esos dos partidos, y quedar sanos y salvos. Fueron de los más exigentes que me tocaron jugar en mi carrera. Después de estos dos partidos que tuvimos siento que estamos para cualquier cosa. Si ganamos el primero empezamos bien y si lo perdemos, estamos complicados para clasificar. Y si perdemos un segundo debe caer mal anímicamente, supongo. Igual veremos qué pasa”.
¿Cuando Fernández Lobbe da la lista definitiva fue luego del segundo partido?
“Sí, nos juntó el sábado. Ya había dado de baja a un medio scrum y tenía que dar de baja un tres cuartos. Así que dijo ‘como hicimos el miércoles, el que queda afuera de la lista hoy es ‘tanto’, y el resto va al Mundial’. Después de escuchar esa frase uno siente una descarga (N. de R.: hace el gesto de un suspiro largo). Para mí fue algo muy lindo”.
Hoy no estás en San Martín, pero sos el primer jugador formado en ese club que llega a un Mundial. ¿Se vive distinto en saber eso?
“Me han llamado amigos, entrenadores, todos para felicitarme. Están todos muy contentos. Igual uno no tiene en cuenta la dimensión del significado de ser el primer jugador del club que juega un Mundial. El club tiene 80 años y yo soy el primero, está muy bueno eso”.
¿Cuándo viajás?
“El domingo (por la mañana) me voy a Buenos Aires y el lunes partimos para Italia. Nos vamos una semana antes, hay cinco horas de diferencia y para adaptarnos tenemos que estar al menos una día por cada hora que hay de diferencia. Por eso nos vamos una semana antes y para terminar con los entrenamientos”. (N. de R.: lo que se conoce como Jet lago descompensación horaria)
¿Te imaginás ya en el Mundial?
“Síííí, todo, todo. Hace seis meses que estoy carburando y me pasan las imágenes. Llegó el momento de vivirlo y disfrutarlo. Se labura tanto para eso y quiero disfrutarlo”.
¿Cómo se siente la posibilidad de ponerse la “celeste y blanca” con el jaguareté estampado en el pecho?
“La celeste y blanca todavía no la hemos usado. Cantar el Himno y vivir todo eso debe ser toda una locura. Lo he visto en televisión y estar uno ahí debe ser muy lindo”.
Durante la charla trasciende una curiosidad y un dato que cobra mayor dimensión. Cuando tenía 5 ó 6 años estuvo entrenando unos meses en Jockey Club, pero terminó dejando. Y luego, con nueve años, lo invitaron a entrenar al San Martín y nunca más dejó el deporte. El dato es que días atrás estuvo entrenando con el seleccionado senior de nuestro país y le aportó un orgullo a Gustavo Bello, padre del Pumita, que escuchó la entrevista junto a la mesa. “No es para tanto. Estuve trabajando en un par de scrum. Se había golpeado uno y estaba ahí y entré a la formación. Formé con todos los que están en el seleccionado”, comenta Lolo.
¿Has pensado qué vas a hacer luego del Mundial?
“No. Todavía no. Quiero llegar y jugar con el club el Súper 14. Todavía no hemos tenido partidos bravos. Cuando llegue, van a quedar tal vez ocho partidos. Ya he jugado, pero contra equipos menos poderosos. Quiero llegar y entrenar para jugar esos partidos, que deben ser una locura, poder enfrentar a Hindú, Newman, Cuba”.
YO SOY...
Nombre: Eduardo Miguel Bello.
Nací en: Villa María, el 27 de noviembre de 1995.
Juego al rugby: desde los 9 años.
Padres: Gustavo y Marisa.
Hermanas: dos, Catalina y Agostina.
Clubes: se formó en San Martín y desde comienzos de año juega en Atlético de Rosario.
Altura: 1,90 m.
Peso: 114 kilos.
Puesto: “En el club fui tercera línea, en el seleccionado de Córdoba me pusieron de segunda y en el seleccionado argentino, pilar derecho”.
En Los Dogos: 2012 y 2013 en M-18, y en 2014 en M-21, donde fui campeón argentino (con 18 años).
En la selección argentina: hace dos años formo parte del Pladar. Integro la lista de 28 jugadores que jugará el Mundial de Italia.