Con María, recordando a Mabel Spat
Los que tenemos la dicha de conocer en nuestro camino almas generosas y sencillas, almas devotas y ejemplares, podemos decir que encontramos una brújula, cuyo norte es el cielo.
El martes 19 de mayo, en la Parroquia de Luján de Villa María recibimos la última visita de Mabel Spat, no ya caminando y con su sonrisa serena y pura, sino en su partida a la Casa del Padre...
Y no puedo menos que mirarte, María Santísima, imitando a Mabel cuando te miraba, te cantaba, te daba a conocer...
Y me susurras al alma, Madrecita:
-Has escuchado la lectura del Evangelio, hija, donde Jesús dice que si el grano no muere, no da fruto... y Mabel fue una semilla que, muriendo a sí misma, se tornó árbol frondoso donde hicieron sus nidos muchas almas...
-Sí, Madre, Mabel fue una mujer que ha dejado una huella imborrable en quienes la hemos conocido...
-No te quedes sólo en el recuerdo, hija mía, no te quedes sólo en las lágrimas. Tú puedes honrar la memoria de tu amiga de una manera muy diferente y mucho más fructífera.
-¿Cómo, Madrecita?
-Pues, intentando que su ejemplo de vida no quede sólo entre los que la conocieron; hablando de ella a quienes no tuvieron la dicha de conocerla... Pero, por sobre todo, hija mía, deben honrarla imitándola... Imitando su perseverancia, día tras día, semana tras semana, acercándose a la parroquia y poniendo al servicio de los hermanos los dones que Dios le había dado en el Bautismo. Mabel descubrió sus dones y no los enterró, sino que los repartió a manos llenas, para gozo y alegría de tantas almas. Mabel se tomó el trabajo de decir al Señor: “aquí estoy, Padre, para hacer tu voluntad”.
-Sí, recuerdo los pasos de Mabel por la Parroquia de Luján y por la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, en Las Playas. Como lo dijo el padre “Pepe” al hablarnos de ella: “Decir Mabel y decir Parroquia de Luján es lo mismo; decir Mabel y decir catequesis es lo mismo”.
-Cuánto me alegro de que atesores estos recuerdos, hija, pero aún te falta recordar algo más. Mabel acompañó a mi hijo hasta el Calvario. Mi hijo compartió con ella parte de su cruz. Y así como Jesús, Mabel me miraba desde su dolor y yo confortaba su alma. Hoy, cuando cantaban en la parroquia “yo pongo mi esperanza en ti, Señor”, ten la plena seguridad de que acompañaban el canto de Mabel llegando a la Casa del Padre...
Ella llegó con sus manos llenas y perfumadas por tantas obras buenas. Ella recibió la gracia de una frecuente Confesión y Eucaristía en los últimos momentos. Ella mereció la gracia de partir de este mundo con sus cuentas arregladas con Dios. Ahora Mabel sigue cantando “Santo, Santo” con el coro de los ángeles, así que la próxima vez que vayas a la Parroquia de Luján, cuando el sacerdote diga “con los ángeles y los arcángeles, cantamos sin cesar el himno de tu gloria”, ten la seguridad de que Mabel se unirá a ese canto. Así, por la bendita Comunión de los Santos, tú rezas por su alma y ella reza por la de muchos, como siempre, ahora ya sin las limitaciones temporales de este mundo, ahora Mabel ve cara a cara a aquél por quien ofreció su vida, su esfuerzo, su alegría...
El cortejo fúnebre parte desde la Parroquia de Luján hacia el cementerio, mientras la Virgen Santísima camina serenamente con Mabel por los jardines celestiales, hacia el abrazo perfecto con Jesús.
Quise escribir estas líneas como homenaje a una mujer que, desde la sencillez de su vida, halló caminos de santidad. Desde su amor de esposa y madre, orando sin cesar por todos los que amaba para que fueran santos, Mabel hizo la voluntad del Padre.
Sí, ese es aún el deseo de Mabel y por el cual sigue suplicando al Padre, que todos los que la hemos conocido seamos santos...
Si tú, que lees estas líneas, has conocido a Mabel, me darás la razón. Si no la has conocido, que estas líneas sean para vos un canto de esperanza, un ejemplo de vida que nos dice que se puede alcanzar el cielo desde las pequeñas cosas, si ponemos en ellas todo nuestro amor y las dejamos siempre en manos de María, como Mabel lo hizo...
Gracias, Mabel, por tu ejemplo. Reza por nosotros, querida amiga, que tu oración será canto agradable a Dios y su eco resonará por siempre en nuestra Parroquia de Luján y en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús de Las Playas.
María Susana Ratero
Nota de la autora: este relato sobre María Santísima ha nacido en mi corazón por el amor que siento por ella.
Peronismo conservador
Si la figura de Carlos Menem es suficiente para retratar al peronismo conservador, que es al mismo tiempo liberal y ortodoxo, Eduardo Duhalde intentó vender en 2010 los espejos de colores de la década del 90, que terminaron trágicamente en 2001 con una treintena de muertos, un país devastado en lo económico, con 3,5 millones de empleos menos y U$S50 mil millones de deuda externa más.
Fue un modelo socialmente injusto y democráticamente rengo, cuya figura dominante no fue Menem ni Duhalde, sino Domingo Cavallo, quien de 1982 a 2001 y sponsorizado por la Fundación Mediterránea (Arcor, de los Pagani) llevó la voz cantante del ideario conservador. El economista cordobés ya no vive en San Francisco, sino en una mansión de U$S5 millones en Estados Unidos, porque el crimen no paga, pero la banca sí. La paradoja es que Cavallo, que nunca fue peronista, se convirtió en el pater familias del peronismo conservador, algunos de cuyos hijos dilectos fueron Menem, Duhalde, De Narváez y Solá.
El Partido Conservador no existe más porque su lugar fue ocupado, desde 1930, por los golpes de Estado y desde 1983 por el peronismo conservador, aunque arranca en los 70 en una parábola que va de Lacabanne a López Rega, de Lastiri a Celestino Rodríguez, de Otalagano a Ivanisevich, de Miguel a los gordos, de Juárez a Bergoglio y de Menem a Duhalde, pasando por los puntanos Rodríguez Saá, el misionero Puerta, el cordobés Schiaretti (exsecretario de Comercio durante la convertibilidad) y siguen las firmas.
¿Para qué querrían los conservadores un partido propio sin votos si pueden tener a su servicio un partido popular con votos? Conservadores avispados como los Alsogaray vieron a Menem como un apuesto riojano de ojos azules y ahora ven a Duhalde como un espigado líder del conurbano. El conservador popular Solano Lima, compañero de fórmula de Cámpora en 1973, fue su adelantado.
En la Argentina de todos los tiempos sólo hubo dos caminos a seguir: o impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas mediante un firme proceso de industrialización, tomando parte de la renta agraria -vía retenciones- para promover el avance de la producción, la obra pública, el conocimiento y la tecnología nacionales, apostando a una expansión simultánea del empleo, del consumo y del mercado interno (del que viven y dan empleo cuatro de cada cinco empresas argentinas); o apostar al enclave agrofinanciero con abultada deuda externa, importaciones masivas, desempleo generalizado y fuga de capitales... No hay tercera posición.
En la Argentina, si no hay industrialización, habrá ajuste; si no hay crecimiento del mercado interno, habrá déficit comercial; si hay déficit fiscal y pocas reservas, aumentarán la deuda externa y la fuga de capitales; si no hay paritarias, los salarios caerán. Si no hay recesión, habrá inflación. Es así, una y otra vez. Se sabe desde hace mucho tiempo. Massa lo sabe. O debería.
Pero alguna razón existe para que ningún sector de la oposición haya hecho pública todavía su propuesta económica... Una de dos: o no proponen nada a cambio porque no lo tienen (difícil de creer) o no lo dan a conocer porque sería piantavotos. Massa lo sabe.
Norberto Colominas