Revitalizar de manera escénica la obra de un artista tan comprometido con una causa social y política de semejante magnitud permite bucear al espectador en los curiosos hilvanes que se tejen a lo largo de la historia de los pueblos.
Reflexionar, respaldado por la crudeza de los hechos representados, los alcances reales de la épica de aquel sueño libertario,
Encarnar en vivo tanto la palabra como la acción (pensada en términos de lucha y, por qué no, de revolución), de Víctor Jara, otorga otra densidad a la trascendencia de una figura icónica, inscripta en el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, a principios de los años setenta.
Ese hombre que cantó, defendió sus ideales y fue desaparecido y asesinado por la dictadura de Pinochet, nos habla e interpela como ciudadanos de este espacio y tiempo a través de la interpretación del actor y director trasandino René Rojas mediante la puesta “Víctor tiene sentido y razón”, con la cual ha recorrido América Latina durante diez años.
Y como bien advirtió el propio René al final de la función concretada el pasado viernes en el Club Sarmiento, “no se trata de reivindicar una postura partidaria, sino de reconocer a aquellos que tuvieron el valor de cantar y contar lo que sucedía a su alrededor, porque los artistas somos eso, mensajeros de nuestros pueblos y tenemos que asumir esa responsabilidad más allá de los obstáculos”.
En tren de diálogo con el público, el joven director se disculpó por una evidente disfonía que, de todos modos, no le impidió esforzarse para desarrollar varios personajes secundarios, poner el cuerpo a extensos y complejos textos basados en memorias del cantautor y testimonios de amigos y sobrevivientes, como también para entonar canciones emblemáticas de Jara como “El derecho de vivir en paz”, interpretada al final por todo el público a coro.
Asimismo agradeció a los colaboradores locales (como Georgina y Jeanette Monti, quien en el epílogo recreara a la viuda de Víctor, Joan Turner, y Anselmo Cunill en guitarra, entre otros), por sumarse a la propuesta.
Juan Ramón Seia