Escribe
Pablo Luna Broggi
Ambos sabían que los plazos comenzaban a acortarse, y que para lograr la clasificación debían ganar estos últimos cotejos de la fase regular.
La intención de conseguir la victoria desde ambos planteles, hacía pensar que los presentes en la cancha de Colón de Arroyo Cabral (donde Unión hizo de local) vivirían varias emociones en 90 minutos.
En los primeros minutos fue Alem quien se adelantó en el terreno de juego y tomó la iniciativa. Apenas iban poco más de 10 minutos y Richard Moyano, a instancias de sus líneas, ya le había anulado dos goles a Martín Porporatto (en el segundo gol estaba claramente habilitado).
Poco después, en una jugada fortuita en la que chocaron Formosa y Diego Pedernera, Jonathan Zabala se encontró con el balón en sus pies, gambeteó al arquero rival, pero terminó rematando desviado.
Luego el uno visitante se vio exigido por un preciso tiro libre de Solís y un cabezazo de Reynoso que logró contener con pericia, y en la jugada posterior fue Morales quien salvó la caída de su valla tras taparle un mano a mano a Porporatto.
Promediando los 30 minutos de la primer mitad, el fondo villanovense volvió a fallar: Diego Pedernera quiso apurar la salida a través de un tiro libre y no hizo más que dejar a Zabala frente al arquero. El hábil delantero eludió nuevamente a Formosa pero volvió a definir mal. Minutos después, otro “regalo” de la última línea tricolor le posibilitó contar con otra clara opción de gol, pero el zurdo no hizo pie en el campo de juego y solo se cayó al suelo.
Unión estaba mejor, el mediocampo villamariense estaba ganando las pelotas dividas y la defensa rival temblequeaba. Sin embargo le faltaba el gol, y como dice unas de las máximas futbolísticas: “Lo que no se convierte en un arco se mete en el otro”. Así fue nomás que sobre el final de los primeros 45 minutos, un remate cruzado del zurdo Dichiara abrió el marcador a favor del conjunto dirigido por Diego “Catoca” Rivera y Agosto.
En el complemento, Alem salió más aplomado y con la tranquilidad de la victoria provisoria, más allá de un Unión que estaba al acecho y que en cualquier momento podía lastimar. Todo cambio cuando llegando a los 20 minutos, Jonathan Zabala la pisó por el sector izquierdo, se la tocó a César Contreras, “Teté” pivoteó con Delfino, el “Pato” se la devolvió a Zabala y el zurdo remató de tres dedos al ángulo izquierdo de Formosa para estampar el empate.
Dos minutos más tarde, un pelotazo profundo del mediocampo aurinegro enfrentó a Zabala con Marcelo González quien no pudo hacer nada para detener al hábil delantero e impedir que anote el 2 a 1.
Parecía que el triunfo viajaba hacia Villa María cuando la expulsión de Jonathan Moyano modificó el panorama futbolístico de la jornada cabralense. Con un jugador más en cancha, Alem fue en busca de la victoria, pero sabía que primero debía descontar.
El buscado tanto del “León” llegó a los 40 minutos luego de un tiro de esquina de Maximiliano Le Roux que Diego Pedernera logró cabecear entre miles de cabezas rivales. El reloj le jugaba a favor al “tricolor” y sin dudarlo fue a conseguir la victoria. Unión Central ya no tenía en cancha ni a Zabala, ni a Contreras, ni a Delfino, por lo cual estaba claro que le había cedido protagonismo a Alem y solo podía atinar a conservar la igualdad. Pero aguantó hasta donde pudo.
Un centro de Figueroa que nadie logró despejar encontró los pies de Diego Pedernera, y el central se vistió de héroe con un potente remate que decretó el 3 a 2 final.
Alem comenzó a meter presión en la parte final de la fase regular y avisó que dará pelea hasta el final. En tanto, las últimas derrotas calaron hondo en Unión, que comenzó lentamente a bajar los brazos.
La figura
Diego Pedernera
El central le dio el triunfo a Alem con dos goles sobre el final, cuando el León perdía y no encontraba el rumbo. Por el lado del local, Jonathan Zabala hizo dos goles en menos de cinco minutos y propuso todo el partido e inquietó a la defensa rival.
El árbitro
Richard Moyano
Mal partido. La falta de experiencia le jugó una mala pasada y el partido, por momentos, se le fue de las manos. Sin ayuda de sus asistentes, desacertó en varios fallos.