Escribe
Juan Manuel Gorno
San Lorenzo demostró en Ausonia que no sólo con los vaivenes de su juego colectivo puede ser el mejor. También suele alcanzar con la sapiencia para mantenerse enfocado cuando las cosas no salen y con el oficio de algunos jugadores de jerarquía en este nivel, como el caso del arquero Samy Suárez, que otorgó resoluciones claves en momentos propicios.
Esto quedó verificado en la victoria que consiguió para asegurar la clasificación en Ausonia, al vencer 2 a 1 a Juventud River, que hizo méritos para quedarse con algo, pero dilapidó muchas situaciones como para justificar “el castigo” de la derrota.
La “Juve” empezó arriba en el marcador durante un primer tiempo prácticamente impecable, jugando al ras del piso y dominando en la mitad de la cancha, con la recuperación y distribución de Claudio Grande. De hecho, en 15 minutos, San Lorenzo ni siquiera se había asomado al área contraria.
Sin embargo, la dominación de quien marcha último en la Zona Norte no se trasladó a la red porque Suárez, desde temprano, se hizo enorme tapando un remate de Márquez y después otro de Matías Moreyra.
En el otro arco, recién a los 18 m apareció Luciano Pereyra para neutralizar un disparo de Jonathan Silva, de contragolpe.
Las situaciones perdidas se hicieron carne en las apariciones de Ramiro Giraudo, quien tuvo un remate débil y luego un cabezazo, apenas desviado.
En tanto, cuando pudo salir de la presión rival, San Lorenzo estuvo cerca de lastimar con un remate alejado de Pedro Mancilla que reventó el palo.
Más allá de esta cuestión, desde temprano, la impotencia del conjunto de Amadeo Perossi (acostumbrado a otro juego) lo llevaba a cuestionar al árbitro José Martínez por las constantes infracciones cobradas para un lado, aunque la reiteración de faltas, en muchas ocasiones, era causada por el buen traslado de los volantes de Juventud y la descoordinación de algunos hombres del equipo visitante para recuperar la pelota.
Entre tantas faltas, Juventud aprovechó un tiro libre a los 30 m, cuando Márquez ejecutó de manera brillante, de zurda, y el esfuerzo de Samy Suárez no alcanzó para desviar el remate, pegado al palo.
Recién con ese 0-1 en contra, San Lorenzo reaccionó mejor y equilibró el partido en los últimos 10 minutos de la primera etapa, aunque el “Poroto” Bolatti no estuvo en su tarde. Primero mandó un cabezazo, apenas afuera, luego eligió mal en mandar un centro cuando se hizo el espacio para definir, y finalmente no salió al segundo tiempo por culpa de una lesión.
De entrada
A pesar de esa baja importante (que se sumó a la arrastraba con Tóffolo), San Lorenzo pegó en el inicio del segundo tiempo. Y de ahí en más, ratificó su condición de líder invicto de la Zona Sur.
Un centro pasado que fue cabeceado al palo más lejano encontró la aparición de Jonathan Coria, quien sólo tuvo que empujarla para establecer el 1 a 1.
Después quiso reaccionar Juventud, pero Samy Suárez le tapó dos veces el gol a Giraudo, una de manera fantástica, con manotazo para salvar el remate que se le colaba por el segundo palo.
Luciano Pereyra no quiso ser menos y, con el partido de ida y vuelta, también neutralizó un disparo del ingresado Facundo Bolatti.
Sin embargo, a los 15 m, la defensa de la “Juve” se durmió y Jonathan Silva marcó el 2 a 1, en soledad, para cambiar de dueño el partido.
Tras cartón, el propio nueve de San Lorenzo pudo haber ampliado el marcador, pero nuevamente tapó Pereyra. Además, Mancilla envió un disparo por encima del travesaño.
En el otro arco, lo de siempre: la falta de puntería de Giraudo impidió el empate, aunque la inmensidad de Suárez hizo el resto.
Para destacar aún más la actuación del portero villamariense, surgieron dos jugadas polémicas que terminaron en sus manos. Primero, Martínez cobró tiro libre adentro del área (porque le devolvieron la pelota al arquero y éste la atrapó), pero el remate fuerte fue conjurado por Samy. Y cuando la jugada siguió, el árbitro vio una mano de Scagliarini que casi nadie pudo ver. Penal.
Ante la queja generalizada de los hinchas perdiceños, Giraudo se hizo cargo de la ejecución y remató abajo, al palo izquierdo de Suárez, pero este se estiró como pudo y la desvió con la mano izquierda. Brillante.
En los instantes de cierre, Bolatti no pudo convertir el tercero y finalmente Suárez se quedó con los últimos tiros sobre su arco, como para completar una tarde casi perfecta. La tarde en la que San Lorenzo se convirtió en equipo de cuartos.
La figura
Samy Suárez
Además del penal atajado, el arquero sacó varias de sumo peligro y descolgó todos los centros. También se destacó Pedro Mancilla, en el segundo tiempo. En Juventud, bien Claudio Grande, y destacado lo de Moreyra, en el primer tiempo.
El árbitro
José Martínez
Cobró un penal que pareció inexistente (Scagliarini aseguró que le pegó con la cabeza) y eso causó la mayor polémica de la tarde. Se equivocó en algunas infracciones que eran favorables al visitante, aunque también le perdonó la vida a Samy Suárez cuando le festejó la atajada del penal.
Bien en la amarilla a Pereyra por una falta que no fue de último recurso. En lo demás, no tuvo grandes problemas, más allá de las protestas.
Presidente desafiante
Más allá de la victoria, la gente de San Lorenzo se retiró del estadio con fastidio por el arbitraje de José Martínez y porque la Policía despejó un lugar donde los ánimos se habían caldeado, en la zona del visitante.
Un dirigente le dijo a EL DIARIO que Martínez lo había amenazado con “seguir haciéndole la vida imposible” al equipo y que, por ello, iba a presentar una nota ante la Liga Villamariense. Pero mientras algunos manifestaban su fastidio con respeto, el presidente del club, Berardo Bartolini, se desubicó culpando a este medio, buscando fantasmas, desafiante.
A los insultos, Bartolini mostró lo peor de un dirigente deportivo: un perfil de barrabrava.
“Quiero ver qué vas a escribir mañana”, tiró el presidente del club, con tono amenazante, mientras un policía le remarcaba que había “hecho lío todo el partido”.
San Lorenzo va puntero, es líder y uno de los mejores del torneo. Ojalá que su máxima autoridad sepa disfrutarlo de otra manera.