Lleva grabados alrededor de 300 temas en 14 discos publicados. Lo que se dice un “grabador serial” de canciones y siempre de manera totalmente independiente.
Antonio Morel, conocido como “la voz del alma”, es uno de los músicos más prolíficos de nuestra ciudad quien, con su indudable ímpetu, ha desterrado aquel axioma que reza que los años deterioran el afán de mantenerse vigente y con nuevas producciones bajo el brazo.
Desde finales de los 90, cuando estableció lazos con los hermanos Juárez para dejar registro de su indiscutible “gola”, hasta pocos días atrás, cuando sacó a la luz su álbum “Caricias del alma”, Morel ha lanzado prácticamente un disco por año.
En diálogo con EL DIARIO, el artista cuenta ahora en broma lo que le respondiera al histórico difusor de tango local, Dyber Bocco, apenas editara su primer casete: “Voy a seguir haciendo discos, si Dios dispone”.
Típico y característico
“Caricias…” es una suerte de continuación de “Brotes del ayer”, un álbum realizado en 2011 con su eterno socio musical, Juan Carlos Bertorello, y el maestro ucachense Oscar Capra, pianista de Simplemente Tango. “En aquel entonces -rememora Antonio-, yo quería hacer temas que escuchaba en mi juventud, cuando iba a los bailes. Es decir, los dos estilos: el típico, ligado a la música ciudadana, y el característico, ligado a lo bailable. Por una casualidad me entero de que Capra era originalmente acordeonista antes de dedicarse de lleno al piano. Aunque no quería saber nada, le insistí tanto que terminó grabando entre otras piezas: dos tangos, dos valses, dos rancheras y dos fox trot. Y por ejemplo, la versión que hicimos de “Dos amores”, que ni chances le daba en ese momento, lo piden frecuentemente en la radio Villa Nueva”.
En rigor, la flamante producción recupera aquella experiencia con los mismos músicos junto al violinista riocuartense Ceferino Papierniuk. Además, en el repertorio se incluyen como detalles una rumba (“Para Vigo me voy”) y la “Sinfonía 40” de Mozart.
Buenas compañías
En su derrotero profesional y discográfico, Morel ha destacado algunos hitos que lo marcaron a fuego.
En los albores de los años 2000 trabaría vínculo con el trío de Osvaldo Scaglia, quien fuera el responsable de bautizarlo artísticamente (su nombre real es José Antonio Moreyra), en honor al gran Roberto Morel. “Hay varios Morel en el tango, incluso una mujer”, acota el artista.
También haría buenas migas con el destacado guitarrista Juan Carlos Guzmán a quien homenajeara en el disco “Lamento violero”. “Un viernes habíamos grabado en el estudio de Luis López el octavo tema de un disco que se iba a llamar ‘Abrazos del alma’ o algo por el estilo. Al día siguiente Guzmán fue al cumpleaños de Nelly Alvarado y a otro evento. Ya venía sintiéndose mal. Luego de terminar de tocar, se descompensó y falleció al poco tiempo. Posteriormente, y en su memoria, agregamos cuatro temas más a la placa”, subrayó.
Del mismo modo editaría el álbum “Corazoncito”, con Rogelio “Choli” Soria, padre de “Kuki” Soria”, en su casa-estudio de Almagro, Buenos Aires, mientras que años después junto al sexteto Mayoral (formación reducida de Simplemente Tango), alumbraría el celebrado disco “Reliquias de oro” en 2012.
Un año después, un prodigioso instrumentista de Almafuerte, Daniel Adaro, quien acompañara al payador uruguayo Gustavo Guichón, recayó en su casa con la intención de plasmar una producción compartida. El resultado fue “Suspiros criollos”, con inclusión de requinto y guitarrón en el acompañamiento.
Hacia el folclore
En materia de presentaciones, Morel pone en primer plano una serie de presentaciones en Tucumán (gracias al aval otorgado por Alberto Clementi de Radio Nacional Córdoba) y a la inolvidable gira por Valparaíso junto a Simplemente. Por supuesto, en un rincón de su corazón, todavía late la algarabía de haber obtenido el segundo puesto en el certamen nacional de Baradero en 2002, representando a Córdoba. “Fue una noche mágica. El reconocimiento del jurado y del público fue impresionante. Y que el ganador me diga ‘te lo merecías vos’, fue inmejorable”, añadió.
A pesar de todo, Morel mantiene el deseo intacto: “Quiero hacer un disco de folclore y presentarlo en la peña de la Agrupación Folklórica, donde me invitan año tras año”.