Marcando parámetros en zonas urbanas, el mayor índice promedio de accidentes con lesionados lo marcan las colisiones de motos y bicicletas con taxis y utilitarios. Sin dudas, en este indicador influye el número de horas en que son utilizados estos rodados, que es mayor en un 50% respecto de un vehículo particular.

@Motos, las más peligrosas

Pero, cuando de accidentes se trata, todas las estadísticas son superadas ampliamente por las motos de baja cilindrada (las que van de 50 a 100 cetímetros cúbicos).
El motociclista corre 20 veces más el riesgo de perder la vida que un automovilista ya que, en caso de accidente, se encuentra totalmente desprotegido, sufre con su propio cuerpo gran parte de los impactos y desaceleraciones, que en el vehículo son absorbidos por la carrocería.
El casco, entonces, se convierte en el único elemento vital de protección, reduciendo los riegos.
Y curiosamente, el motociclista es el conductor que más vulnera los derechos de circulación, no respeta las normas de tránsito y carece, en un 70% de los casos, de documentación, seguro y carné de conductor.
También el 70% de las motos chequeadas han sido modificadas o no tienen el mantenimiento necesario en cintas de freno, amortiguación, cambio de relación peso-potencia con índice de incidencia (cubiertas) o revoluciones-freno. Circulan, además, sin bocinas, espejos, luces y guiños.
Los datos revelan que por su reducido tamaño los conductores pasan por lugares peligrosos haciendo maniobras osadas. Producto de la baja adherencia de los neumáticos y la diferencia de masa/potencia, más la acción del freno produce el derrape sobre sus ruedas, situación muy difícil de resolver, especialmente con superficie mojada o con arena.
Como resultado, las lesiones son importantes en extremidades, las quebraduras expuestas dejarán consecuencias de difícil recuperación o de por vida.
La falta de conocimiento del peso máximo permitido o tara total en un ciclomotor es hasta 75 kilos. Sin embargo encontramos que en una moto circula una pareja con uno o dos niños, es decir, entre 150 y 200 kilos, o sea con un sobrepeso de entre el 100 y el 300% más de lo permitido. En el caso de una maniobra evasiva, la masa supera ampliamente la adherencia y la potencia, terminando irremediablemente en siniestro.
Otro factor que contribuye a aumentar el riesgo de accidentes es la sobreabundancia de motocicletas asiáticas, seriadas sin el chequeo en bancos de prueba serios por ahorro de costos, los motores mal regulados, los cuadros desbalanceados, los accesorios con vibraciones y cubiertas sin características adherentes.

@Total,… ¡voy en bicicleta!

Para la Ley nacional de Tránsito 24.449 la bicicleta es un vehículo como cualquier otro y debe cumplir con todas las reglas y normas de tránsito vigentes ya que estos rodados participan en el 10% en los accidentes.
¿Qué reglas y normas debe observar un ciclista? Circular por la derecha, ir en sentido de la circulación, nunca por el sentido contrario al tránsito, respetar los semáforos, llevar casco, tener la bici con los elementos de seguridad y en perfecto estado como frenos, espejo, timbre.
Otros datos importantes: los menores de 12 años no pueden transitar en bici por la calle; está totalmente prohibido circular por autopistas y autovías; en caso de que existan bicisendas o ciclovías, éstas deben obligatoriamente circular por allí, ya que son de circulación exclusiva.
Obligatoriamente, los ciclistas deben usar casco, ya que es la única protección en caso de caída y el mayor índice de lesión en extremidades y cabeza. También debe utilizar calzado que afirme los pedales (no ojotas y chancletas).
En caso de transportar a un niño, debe utilizar el asiento especial, cuyo peso no ponga en peligro la maniobrabilidad y estabilidad de la bicicleta. La bicicleta debe contar con guardabarros sobre ruedas y señales reflectoras.

@Bueno, pero soy peatón…

Las estadísticas nos rebelan que el peatón esta involucrado en un 4% de los accidentes, éstos caminan -en la mayoría de los casos- distraídos, cayendo en zanjas, tropezando con desniveles.
Muchos, en su marcha, hablan por teléfono, leen o escuchan música, aislándose de los peligros que lo rodean.
El mal cruce de las calles, en cualquier parte de la misma, cuando el único paso habilitado son las esquinas o sendas peatonales; el movimiento zigzag entre vehículos; la espera de stop al tránsito fuera del cordón de la vereda, son todos factores que lo ponen en riesgo, como los son también el cruce en diagonal, el no respetar el semáforo habilitante, las caídas por calzado inadecuado, los saltos evitando obstáculos (pozos, charcos) y los niños jugando distraídos en las calles.

@Alcohol, peligro constante

Estadísticamente se ha revelado que en el 95 % de los siniestros son por errores humanos.
Entre los factores más agravantes se encuentra el alcohol, en un 65; el cansancio, fatiga crónica o distracción 35%.
Los reflejos de un automovilista alcoholizado o cansado son inferiores a los de un automovilista que no ha ingerido una gota de alcohol.
Un conductor que no ha ingerido alcohol, desde que percibe el peligro hasta que frena por completo el vehículo standard recorre 49,5 metros.
Un conductor con una ingesta de 0,8 gramos por litro en sangre se extiende a 82,5 metros.
Entre enero y febrero últimos en las rutas de la costa Atlántica de 7.700 personas sometidas al examen de alcoholemia 1.484 tenían alcohol en sangre.
Alarmantemente creció un 50 % con respecto al año pasado, que en 5.159 controles 797 habían sido positivos.
El galardón lo ha logrado la Policía Caminera de la provincia de Córdoba, con una fuerte presencia en rutas, reduciendo en 50% los accidentes con respecto a los años pasados. Esto hace pensar que debemos estar vigilados para cumplir las normas; cuando en verdad tendría que estar impresa en nuestra psiquis, como educación personal, social y estatal.
No existe a nivel internacional una concordancia de pensamiento con respecto al límite de alcohol en sangre, lo que sí está claro es un punto, que las imprecisiones en las maniobras y los tiempos de reacción descienden con mayores dosajes de alcohol en sangre.

Para la Ley nacional de Transito, la tolerancia es 0. No se admite alcohol en sangre para los choferes de transporte de carga y pasajeros. Según datos de la Gendarmería Nacional la mayoría de los profesionales que manejan alcoholizados son camioneros, quienes manifiestan síntomas de cansancio y fatiga por largas horas de conducción.

Como se revela los riesgos son reales, visibles y de tal magnitud que exige actuar con máxima severidad en campañas de prevención y controles más estrictos, así podríamos revertir una tendencia que está causando daños irreparables en nuestra sociedad.
Pero el primer eje del problema es la falta de conciencia individual, en la que todos somos parte.
¡La irresponsabilidad mata!


Fernando Marcelo Tisera
Dip. en Criminalística. Pto. Exp. en Armamento