“El territorio del poder” es el título de una pieza de teatro, lectura y música que el destacado actor Leonardo Sbaraglia y el músico Fernando Tarrés presentarán el sábado, a las 21.30, en el Teatro Verdi.
Se trata de un nuevo espectáculo que comparten el actor (La Noche de los Lápices, Plata Quemada, Caballos Salvajes) y el músico cordobés, tras haber homenajeado al periodista y escritor Rodolfo Walsh en una obra que se llamó RW.
En este producto proponen “un recorrido oscuro y profundo a lo largo de 10 escenas que va desnudando y poniendo en evidencia un mecanismo de poder que opera continuamente sobre nosotros a lo largo de la historia. Pero el manejo del poder no se limita a las esferas de la política, la economía o la religión: lo invade todo, tiñendo las pequeñas actitudes cotidianas y privadas”, señala la gacetilla de prensa.
Con un magistral manejo de la forma, la obra conjuga con destreza situaciones que transcurren en tiempos y espacios diferentes -a veces separadas unas de otras por siglos- como partes de un sofisticado rompecabezas con una sola imagen final.
Para generar este viaje caleidoscópico, Sbaraglia y Tarrés junto a dos destacados músicos -el violinista Damián Volotín y el contrabajista Jerónimo Carmona- se valen de un dinámico encuentro entre música, imagen y palabra para extraer de un yacimiento de oscuridad una veta de luz y optimismo que nos devuelve la fuerza y la esperanza humana.
Los textos están basados en Focault y Elías Canetti (ganador del Nobel de Literatura en 1981 y de quien tomaron fundamentalmente su emblemático Masa y poder). "En relación a lo que va ocurriendo con la voz, los sentimientos, los pensamientos que se emiten de los textos, se va produciendo un efecto sonoro, que podría ser musical -detalla Sbaraglia-. Los músicos recogen esa textura y empiezan a dialogar y, al mismo tiempo, dialogo con lo que ellos me rebotan. De alguna manera hay algo en el ritmo, en la intensidad, que se va adaptando momento a momento en relación al diálogo".
Para el intérprete, de todos modos, "lo más importante es que se trata de textos muy valiosos, adaptaciones de tratamientos de pensamientos que hablan del cuerpo humano como lugar de disputa de poder". "Justamente hemos ido encontrando diferentes textos y adaptaciones que hablan de eso -apunta-. Desde el suplicio en la Edad Media, de la manera en que se castigaban a los cuerpos del ser humano, la manera brutal en que se lo abusaba y se demostraba frente al resto de la gente como castigo ejemplar, así como cuestiones que tienen que ver con el desarrollo, cómo se fue implementando el uso de la electricidad sobre el cuerpo humano, en sus diferentes formas. Por supuesto esto nos recuerda a hechos tremendos, pero en este caso particular es un documento histórico de un psiquiatra que cuenta cómo fue pasando de trabajar con animales a hacerlo con seres humanos y sus primeros experimentos. Después hay cosas que tienen que ver con el uso de los cuerpos en los campos de exterminio y en relación a una orden. O en relación a los chicos y las primeras órdenes que se reciben en los momentos de la infancia, de la educación, del trabajo".
-Remarcar el tema del poder sobre el cuerpo en las esferas de lo cotidiano promueve a una reflexión. El poder ya no como algo ajeno, sino cercano, tangible.
-"Algunos textos, dicen las primeras órdenes, fueron instauradas entre dos animales, uno más fuerte que otro, y eso implicaba una amenaza de muerte por un lugar de poder. El efecto de esa amenaza es la fuga de una de las partes, después esa orden se va domesticando en relación a lo que es el alimento".