Queremos recordar que hace 60 años, entre el 30 de marzo y el 9 de abril de 1949, se realizó en la ciudad de Mendoza, el Primer Congreso Nacional de Filosofía. Fue una iniciativa de la Universidad Nacional de Cuyo, a través de una resolución de su rector, el doctor Irineo Fernando Cruz, del 18 de diciembre de 1947, en la cual se encomendaba al Instituto de Filosofía de esa universidad la convocatoria y organización del mismo, como celebración del primer aniversario de la ley universitaria, al cumplirse cinco años de la creación del Instituto de Filosofía de la Universidad y diez años de vida de la Universidad convocante.
El decreto Nº 11.196 del 20 de abril de 1948, suscripto por el presidente Perón, amplió las pretensiones iniciales. En los considerandos del mismo se puede leer: "Que su temario relativo a la persona, educación y convivencia humana, revisten interés capital para la doctrina nacional..." y "Que el Poder Ejecutivo Nacional en la persona del primer mandatario, tendrá a su cargo la conferencia final y la presidencia de la sesión plenaria del Congreso". En la parte dispositiva del decreto se otorgaba carácter nacional al Congreso, y se lo pasaba a designar como Primer Congreso Nacional de Filosofía. Se establecía como fecha de realización del 25 al 29 de octubre de 1948. Posteriormente se trasladaría a su fecha definitiva entre el 30 de marzo y el 9 de abril de 1949 establecida mediante decreto presidencial Nº 34.283 del 4 de noviembre de 1948.
Los asistentes extranjeros provenían de: Italia, Francia, República Dominicana, Estados Unidos, Alemania, México, Suiza, Brasil, España, Perú, Venezuela, Guatemala, Portugal, Chile. De estos representantes podemos citar a celebridades como Nicola Abbagnano, Gastón Berger, Guido Calogeero, A. Carneiro Leao, Víctor García Hoz, Antonio Millán Puelles, Hugo Sipiritu y Fritz Joachin Von Rintelen.
Otros enviaron comunicaciones escritas, filósofos de la jerarquía de: Maurise Blondel, Benedetto Croce, Martín Heidegger, Karl Jaspers, Gabriel Marcel, Julián Marías y Bertrand Russell.
Entre los asistentes argentinos, que presentaron trabajos escritos, podemos citar, entre otros, a: Enrique Aftalión, Rodolfo Agoglia, Coriolano Alberini, Nimio de Anquin, Carlos Astrada, Alberto Baldrich, Hernán Benítez, Carlos Cossio, Octavio Derisi, José María de Estrada, Luis Farré, Luis García de Onrubia, Luis Juan Guerrero, Francisco Maffei, Jaime María de Mahieu, José Enrique Miguens, Rodolfo Mondolfo, Alberto Palcos, César Pico, Alfredo Poviña, Diego F. Pró, Eugenio Pucciarelli, Ismael Quiles, Angel Vasallo, Miguel Angel Virasoro, Rafael Virasoro, Francisco Vocos y Juan Carlos Zuretti.
La sesión inaugural del Congreso tuvo lugar el 30 de marzo con discursos de apertura por parte del rector de la Universidad doctor Cruz y del ministro de Educación Nacional, doctor Oscar Ivanisevich. Los temas que se trataron en las sesiones plenarias fueron los siguientes: 1) La filosofía en la vida del espíritu; 2) La persona humana; 3) El existencialismo 4) La filosofía contemporánea. Informes sobre direcciones filosóficas actuales en diferentes países; 5) La filosofía y la ciudad humana; y 6) Conmemoraciones en los centenarios de Francisco Suárez, Wolfgang Von Goethe y Enrique José Varona. Homenaje a la memoria de Feliz Krueger, Guido de Ruggiero y Martin-Grabman.
La sesión de clausura, como lo adelantara el decreto de nacionalización respectivo, estuvo a cargo del presidente de la Nación, que viajó a la ciudad de Mendoza acompañado de su esposa y del Gabinete en pleno, en palpable demostración de la importancia que se le daba desde el seno del Gobierno a tamaño acontecimiento intelectual, el 9 de abril de 1949, luego de los discursos del Dr. Alberto Wagner de Reyna en representación de los miembros extranjeros, y del rector de la Universidad Nacional de Cuyo y presidente del Comité Ejecutivo Dr. Cruz, el General Perón cerró las deliberaciones con una muy conocida conferencia que la posteridad conocerá como “La Comunidad Organizada”. Editada en 1952 por la Subsecretaría de Informaciones de la Nación con ese nombre.
Afirman quienes participaron activamente que la lectura de las Actas del Congreso, sólo nos dan una pálida imagen de lo que fue verdaderamente, sólo queda una publicación, en tres tomos realizada en 1950 por la Universidad Nacional de Cuyo, donde consta "un gran acontecimiento en la historia de la cultura filosófica argentina", como califica Coriolano Alberini, secretario Técnico del Congreso.
Son notables las diferencias entre la visión filosófica de “La comunidad organizada” anunciada por el General Perón en el Primer Congreso Nacional de Filosofía y las ideas de los filósofos materialistas, Hobbes y Marx, que dieron fundamento al modelo político, económico y social del mundo moderno y contemporáneo, que A. Podetti llama “La comunidad disociada”. Origen de la Civilización del Egoísmo Materialista.
La comunidad disociada y sus filósofos
“Pese a su profesión de fe científica y su abominación de todo saber no científico, es indudable que tanto en Hobbes como en Marx encontramos una filosofía; esto es, una concepción del ser, del hombre y sus fines, de la sociedad, del Estado, de la historia, que carece desde luego de toda fundamentación científica, pero es presentada como siendo la ciencia misma.”
“Sin duda es diferente la actitud de Hobbes y la de Marx frente al mundo y al hombre de la comunidad disociada y sus proyectos.”
“Pero más allá de estas diferencias, tanto Hobbes como Marx están totalmente identificados con las convicciones más profundas del nuevo orden ‘moderno’, de la comunidad disociada: el materialismo como filosofía, el egoísmo como motor de la conducta, el lucro, la competencia y la guerra como relaciones básicas y fundamentales entre los hombres, la glorificación de la actividad económica y técnica, la concepción de la vida humana y de la historia en términos económicos, el repudio de la filosofía y la sobreestimación de la ciencia físico-matemática, el ateísmo y la consecuente negación de un destino trascendente y de todo valor espiritual; la justificación de la expansión y de la explotación imperial; la degradación de la naturaleza, convertida en presa de los apetitos y objeto de guerra entre los hombres; un hombre que al mismo tiempo es degradado de su dignidad en cuanto mero ser económico y puesto por encima de la naturaleza como una cosa a la que se debe someter y explotar.”
“Y para ambos, todo en el hombre se determina o se explica por apetitos económicos: el sentimiento religioso, el amor a la Patria, los lazos familiares, la virtud, la lucha secular de los hombres por su dignidad, por la justicia, por la libertad, por la felicidad y la grandeza, sólo son armas camufladas de la guerra de todos contra todos por la posesión de las riquezas.”
“Marx cuestiona el individualismo, pero en realidad socializa al individuo egoísta de Hobbes: la lucha de clases es la socialización del homo homini lupus.”
“En suma, Hobbes y Marx son la expresión más desnuda del espíritu de la comunidad disociada, sus proyectos y sus valores.”
Premonitoriamente (1950), en el Mensaje a los Argentinos del año 2000, el General Perón, afirma: “El mundo ha fracasado”, nos interpela: “Mas este fracaso ¿será tan absoluto que no deje un mínimo resquicio a la esperanza?”, luego impulsa esa esperanza: “Posiblemente podamos mantener el optimismo con la ilusión de que el avance de la humanidad hacia su bienestar es tan lento que no lo percibimos, pero de cada evolución queda una partícula aprovechable para el mejor desarrollo de la humanidad. El avance es invisible y está oculto por sus propios vicios a que antes he aludido, pero no por eso deja de existir”.
La idea de comunidad organizada
El General Perón, al saludar a los miembros del Congreso, antes de pronunciar la conferencia, precisa claramente su presencia en esas jornadas, diciendo: “No tendría jamás la pretensión de hacer filosofía pura frente a los maestros del mundo en tal disciplina científica...”; y en otro momento dijo: “He querido ofrecer a los señores que nos honran con su visita una idea sintética de base filosófica, sobre lo que representa sociológicamente nuestra tercera posición”.
La celebre exposición posterior consiste en fijar una concepción ideológica, el marco teórico, los principios fundamentales, los valores, etcétera, elementos filosóficos y sociológicos para edificar un nuevo sistema de poder, una comunidad organizada.
Obviamente, cabe otra lectura posible de ese texto, la “comunidad organizada”, nuevo sistema social, donde las personas y sus familias como pueblo organizado generan un poder político real.
También esa idea está enunciada más concretamente en las veinte verdades peronistas, que constituyen la matriz ideológica del peronismo, leídas y dadas a conocer por el General Perón en un acto desde los balcones de la Casa de Gobierno frente al pueblo que se encontraba en Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1950, en la decimonovena se afirma que: "Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre".
Según nuestra opinión, la idea definitiva de Comunidad Organizada la hace el General Perón, cuando con el pseudónimo de Descartes, en el artículo publicado por el diario "Democracia" del 29 de noviembre de 1951, titulado “Una Comunidad Organizada” afirma: "El justicialismo concibe al Gobierno como el órgano de la concepción y planificación, y por eso es centralizado; al Estado como organismo de la ejecución, y por eso es descentralizado; y al pueblo como el elemento de acción, y para ello debe también estar organizado”. “Los tres factores: gobierno, Estado y pueblo deben actuar armónicamente coordinados y equilibradamente compensados en la ejecución de la misión común.”
La vigencia de la Comunidad Organizada
Ante la disociación permanente de la comunidad, modelo político, económico y social del decadente mundo moderno, como hoy puede apreciar cualquiera, ha arribado a una crisis que podríamos calificar de terminal, lo que no significa el final de la humanidad ni mucho menos de la Argentina que todavía no ha cumplido la misión que cada Nación tiene desde que nace. Podríamos decir que es “el fin de ‘su’ historia” y la de sus pensadores. Es el fin de un modelo de ordenamiento político, económico y social.
La memorable disertación de 1949 y los textos referidos de 1950 y 1951, obtienen sentido actual para resolver los problemas políticos, económicos y sociales y se hace patente la vigencia de la idea de “Comunidad Organizada” tan hispánicamente nuestra, cuando se transforma en una propuesta política con validez universal, La Tercera Posición.
Valioso instrumento de pensamiento y acción frente a una civilización y una cultura fundadas en el materialismo y el egoísmo, globalizadas por la “modernidad” del norte, que por la progresiva negación y apartamiento de sus raíces cristianas ha desembocado en el desastre inmanejable -según su lógica- que presenciamos.
Fuentes:
* Primer Congreso Nacional de Filosofía por Alfredo Armando Aguirre. Artículo publicado con el título de "Hace 40 años en Mendoza", en el diario "La Reforma", de General Pico, La Pampa, Argentina, el 25 de marzo de 1989, Num. 20.986.
* Bosquejo de la idea de "Comunidad Organizada”, Alberto Buela.
* La vigencia histórica de La Comunidad Organizada, Ernesto Ríos.
* Las veinte verdades peronistas, Juan Domingo Perón, 17 de octubre de 1950.
* Una Comunidad Organizada, diario Democracia, 29 de noviembre de 1951.
* A los argentinos del año 2000, Juan Domingo Perón, 1950.
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