Escribe
Pablo Luna Broggi
River y Alem empataban 1 a 1, cuando el partido debió suspenderse por graves incidentes que se iniciaron por agresión entre los técnicos, apenas finalizado el primer tiempo. El árbitro indicó “falta de garantías” y ahora resuelve el Tribunal de Penas. Mientras se jugó, Gagliese para el Millonario y Figueroa para el León convirtieron los goles
El fixture ponía cara a cara a River y Alem en un momento en el que ambos deben ganar para alcanzar la ansiada clasificación a play offs. El buen clima y el entusiasmo de ambas parcialidades hacían pensar en un gran encuentro.
Desde el comienzo, los dirigidos por Diego Rivera salieron a marcar el territorio con dureza: al minuto Facundo Martín ya había visto la cartulina amarilla. Sin embargo, River no se amilanó ante los “rugidos del León” y fue en busca de la apertura del marcador.
La lucha de Martín García, la velocidad de Tissera y las asociaciones entre Gaspar Bachanini y Dino Gagliese eran las armas del Millonario para vencer la resistencia del rival. Rápidamente, su empresa inicial llegó a buen puerto cuando, a los 8 minutos, Gagliese sacó de la galera un soberbio remate cruzado desde 20 metros que no pudo detener Formosa.
La “banda” se ponía en ventaja con celeridad y con el pasar del tiempo iba reafirmando su superioridad. El local dominaba la mitad de cancha con un gran trabajo de Sánchez y Aguirre, que cortaban el juego de Alem y manejaban el ritmo del partido.
El peligro acechaba una y otra vez el arco de Formosa. A los 16 minutos, Claudio Barengo estrelló un cabezazo en el travesaño y no pudo estirar el tanteador a favor de su equipo. Pero es bien sabido que con Alem no hay que descuidarse nunca y mucho menos darlo por muerto. A los 22 minutos, un mal despeje de Jacobo Bachanini cayó en los pies de Federico Figueroa que con un potente remate a ras del suelo emparejó el resultado.
Mientras el “León” festejaba la conquista, Martín García junto a otros compañeros corrieron hacía el árbitro Jorge Pucheta a reclamar que durante el despeje del uno millonario jugadores rivales lo habían “cargado” en el salto, algo que está prohibido según el reglamento.
Más allá de hacer “oídos sordos” a las protestas albirrojas (está en todo su derecho de hacerlo), el juez cordobés se equivocó muy feo al empujar a García hacia el suelo, lo cual exacerbó el ánimo de todo el plantel riverplatense.
Luego de cinco minutos de un gran tumulto entre los jugadores locales y el árbitro, en el que el evidente sentimiento de culpa hizo que el juez no muestre ninguna tarjeta, el partido prosiguió.
A los 27 minutos, Dino Gagliese quiso emular el remate que produjo el primer tanto del encuentro, pero el balón se le fue demasiado alto. Luego fue Gaspar Bachanini quien probó suerte desde larga distancia, pero el disparo se fue cerca del palo derecho defendido por Formosa.
Por su parte, Federico Figueroa se perdió el segundo gol por generoso, cuando en lugar de definir quiso asistir a su compañero y le permitió a Gino Tais despejar el peligro. Luego fue Coria quien no pudo definir con comodidad ante la apresurada y oportuna salida de Jacobo Bachanini.
Dos minutos más tarde vendría lo peor de la tarde.
Insultos, gresca y suspensión
Iban 45 minutos, pero nadie esperaba el pitazo final de la primera mitad porque teóricamente faltaba la lógica adición por el tiempo que estuvo detenido el encuentro.
River tenía el balón en posición ofensiva, cuando Diego Pedernera se tiró al suelo por una lesión muscular. Ante esa situación, el banco visitante reclamó aireadamente y con insultos que la pelota se tire afuera para que atiendan al defensor lesionado. Sin embargo, el árbitro decidió extrañamente culminar el primer tiempo en lugar de parar el juego y hacer atender a Pedernera.
Los insultos de Rivera hacia los jugadores locales caldearon el ánimo de Daniel Bachanini, quien fue a reprocharle dicha actitud. Los gritos y encontronazos de ambos iniciaron una gran pelea en la que hubo invasión del campo de juego para agredir a “Catoca”.
La batahola se hizo tan insostenible que el árbitro cordobés en lugar de tomar distancia y ver lo sucedido para informar, erró una vez más en su decisión y corrió a encerrarse en el vestuario mientras ambos planteles se seguían peleando.
Minutos después, Pucheta confirmó la suspensión del partido por falta de garantías (en contradicción a lo informado, extraoficialmente, por la Policía) y la expulsión de dos jugadores, uno por cada lado.
Sin embargo, ahora habrá que esperar el informe del árbitro y el fallo del Tribunal, teniendo en cuenta que el campeonato está en etapa de definiciones.