Los economistas del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas (CPCE) trabajan en una propuesta que permita administrar con más eficiencia los subsidios, recuperar el superávit fiscal y reducir el financiamiento a través del Banco Central.
Para ello, están armando un nuevo esquema que tiende a la simplificación tributaria para dotarlo de un perfil más progresivo que el actual.
Los economistas de distintas líneas concuerdan en que el gasto público argentino es “preocupante”, al punto que viene creciendo por encima de los ingresos y el rojo fiscal se ensancha hasta alrededor de 5 puntos del PBI.
Respecto de las cuestiones estructurales, plantearon que hay que avanzar no sólo en una reforma tributaria, sino también en una nueva ley de coparticipación.
Al respecto, el vicepresidente de la Comisión Asesora de Estudios Tributarios del Consejo, contador Diuvigildo Yedro, afirmó que “es absurdo que quien destina todos sus ingresos al consumo es el que más tributos paga”.
Por ello señaló que todos los esfuerzos están dirigidos a “corregir los efectos dañinos” del esquema tributario actual, en alusión a la cascada de impuestos, aunque para ello “es perentorio tomar el aspecto impositivo como parte de la política económica y de Estado”.
Por su parte, la economista Mary Acosta convalidó las expresiones de Yedro y agregó que, hoy, el tributario perdió en su participación en el total de ingresos nacionales, brecha que ahora se cubren con las rentas a la propiedad a través de los fondos del Banco Central y de ANSES.
Las cuentas del Estado revelan que se pasó del superávit alcanzado en 2007 a un déficit que, en los dos primeros meses de 2015, superó los 15.500 millones de pesos, dado que redujeron participación los intereses y aumentaron las transferencias y subsidios.
Para los economistas, “en la década del 90 la mayor proporción del gasto se la llevaron los intereses de la deuda, hoy el peso está en los subsidios” que, en 2015, crecieron el 59% interanual.