Escribe: Claudio Marcelo Caroli, MP: 10-12043-5
Hoy por hoy el dinamismo en el que se encuentra inmerso el mundo del profesional en Ciencias Económicas, sumado a la necesidad de mejorar esfuerzos, recursos y eficiencia de la fuerza laboral, hacen que deba actualizarse en forma permanente para optimizar su tarea en el seno de la sociedad actual.
Los claustros universitarios forman graduados que están capacitados para diagnosticar y evaluar problemas relacionados con la actividad económica, financiera y patrimonial de empresas públicas, privadas y Organizaciones No Gubernamentales. Por ello, deben dar validez y credibilidad a una información que, luego, será utilizada por los distintos interesados en la situación y funcionamiento de los entes económicos.
Sin embargo, en los últimos tiempos han llevado a los profesionales contables a transformarse en meros informadores de datos. Idea, ésta, que no fue la inicialmente elaborada como impulsora de los planes de estudio de la carrera de contador público. Pero la realidad nos ha llevado a ser meros informadores hacia los centros de recaudación y otros organismos.
¿Y, entonces, qué sucede? Los contadores nos adaptamos a estas realidades, pero también pretendemos ser partícipes, en alguna medida, de esos cambios y no ser meros espectadores de ellos.
Para eso, los responsables de llevar a cabo esos cambios deberán trabajar en forma conjunta con nuestros Consejos para que puedan tener un efecto positivo en el tejido social, en general, y en la profesión, en particular.
En innumerables oportunidades nuestros Consejos Profesionales, o la misma Federación de Consejos, debieron intervenir para solicitar prórrogas o cambios a fin de que las normativas inconsultas emanadas del poder de turno no se transformen en letra inviable e inaplicable.
Hoy la profesión atraviesa por muchos cambios y desafíos que son motivados por una evolución constante del mundo económico. Como actores importantes de este mundo no podemos dejar pasar la oportunidad de adaptarnos al desarrollo y a la innovación, y tener siempre en cuenta que la adaptación y las mejoras nos permitirán responder y cubrir, con más armas, las necesidades de la sociedad en la que vivimos.
En el futuro inmediato, el proceso electoral que ya estamos viviendo puede ser una oportunidad para que los actores involucrados se sienten junto a una mesa a debatir una importante y fundamental reforma tributaria para todos los niveles del Estado.
Como corolario, debemos poner énfasis en la necesidad de que todos los colegas debamos adaptarnos a las transformaciones que se van dando, para así mostrar una profesión con vigencia temporal, seria y responsable y, por sobre todas las cosas, al servicio de todos aquellos que necesitan de ella.
Espero que estos sinceros deseos pronto se hagan realidad. Saludo a todos los profesionales de Ciencias Económicas en su día y, en especial, al contador Juan José Crespo.