Uno de los policías que trabajó en la investigación del homicidio de Enrique “Kike” Espósito” aseguró ayer que hubo “más de 70 comunicaciones” entre celulares que estaban en poder de los coimputados Nora Lilián Abelleira (57) y José Alberto Deheza (50), por lo que consideró “fundamental” el cruce de llamados telefónicos.
El comisario Lucas Germán Dagatti dijo que esos contactos se produjeron desde el 7 de mayo y hasta el 18 de junio de 2011 y al citar las fechas precisó que la primera comunicación se registró apenas tres días después que Deheza recuperara la libertad (estaba en la cárcel purgando una condena) y la última al día siguiente que fuera asesinado el comerciante villanovense.
Dagatti fue uno de los cuatro testigos que comparecieron en la octava audiencia de este trascendental juicio por jurados que se está llevando a cabo en la Cámara del Crimen local, que continuará recién el próximo lunes con la recepción de los últimos testimonios y luego se hará una inspección judicial en la vivienda donde se produjo el crimen, la noche del viernes 17 de junio de 2011.
Durante los 50 minutos que duró su declaración, el funcionario policial se refirió a la tarea que, como sumariante, desarrolló desde pocas horas después de ocurrido el crimen, luego que la Jefatura de la Unidad Departamental General San Martín lo comisionara para colaborar con el comisario Maximiliano Funes, titular de la División Investigaciones.
Recordó Dagatti que esa misma madrugada del sábado 18 de junio les tomó declaración a Abelleira y a su hija, Verónica Volpe, quienes hicieron especial hincapié en que Espósito “tenía algunas deudas y estaba jugando mucho”.
También le receptó testimonio al vigilador que por entonces custodiaba las calles del barrio villanovense Costa de Oro, Carlos Alberto González (ya fallecido), quien le comentó que cuando la mujer llegó a su casa, alrededor de la 1 de la mañana, “sacó algo del buzón que había en la entrada y supuso que era una llave”, pero no pudo confirmarle tal hipótesis.
Las sospechas de la parte acusadora se centran en que Abelleira podría haber retirado la llave con la que habría ingresado a la vivienda el sicario que le dio muerte a Espósito de dos balazos en la cabeza, aunque esa circunstancia no está probada.
Citando los dichos de González, Dagatti agregó que la mujer “entró, subió a la planta alta y pegó un grito” cuando encontró a su concubino tirado en el piso. Instantes después llamaron a la Policía, al 107 y al abogado Juan Antonio Rusconi.
El investigador policial también dio cuenta de que Verónica Volpe le mencionó “a un tal Fuentes”, al que supuestamente Espósito le estada debiendo mucho dinero. Al respecto señaló que se investigó al sospechoso, pero no se obtuvieron elementos de prueba que lo incriminaran.
Dagatti sostuvo que “el caso empezó a esclarecerse cuando el policía (José Manuel) Roldán me dijo que el testigo Franco Irigoita le había contado que sabía quién estaba detrás del crimen de Espósito”.
Cabe recordar que Irigoita es, para la acusación, el “testigo clave” en la causa, ya que según declaró reiteradamente (incluso durante el juicio, en la cuarta audiencia), Abelleira le confesó que ella había “armado todo” y que después “no pudo parar” al sicario que había contratado para asesinar a su pareja.
Fue así que Dagatti entrevistó a Irigoita, quien le manifestó sospechar seriamente de la viuda luego que ella le pidiera que le entregara un paquete con dinero a un hombre que lo iba a estar esperando cerca del Hogar de Ancianos, más precisamente en la esquina de Sarratea y prolongación de bulevar Alvear.
El investigador policial señaló ayer que, según una estimación del testigo, “dentro de ese paquete había entre 10 mil y 20 mil pesos”, y agregó que se llegó a Deheza porque la esposa de Irigoita, Claudia Farinone, dijo que lo había visto en la cárcel.
“Yo mismo les tomé declaración -continuó el funcionario- y los dos me dijeron que tenían mucho miedo de que les pasara algo, sobre todo porque Deheza ya había amenazado a Irigoita una vez que lo encontró frente al Hospital Pasteur”.
El cruce de llamadas
Dagatti añadió que con esos elementos de prueba se inició una investigación focalizada en los llamados telefónicos que habrían mantenido Abelleira y Deheza, particularmente entre los celulares que tenían por entonces.
El comisario sostuvo que, del cruzamiento de llamadas, se estableció que los teléfonos secuestrados a los sospechosos durante los allanamientos realizados en sus respectivos domicilios cuando fueron detenidos (el 18 de diciembre de 2012), se habían comunicado en más de 70 oportunidades.
“El primer llamado de esa larga serie se produjo el 7 de mayo de 2011, es decir tres días después que Deheza recuperara la libertad, y el último el 18 de junio de ese mismo año, o sea al día siguiente de la muerte de Espósito”, puntualizó Dagatti.
El intendente Bertetti
Otro de los testigos de la jornada fue el intendente de Arroyo Algodón, Jorge Carlos Bertetti, quien entre otras expresiones reveló detalles de una sugestiva conversación telefónica que mantuvo con Abelleira pocos días después del crimen.
Bertetti dijo que la mujer lo llamó para pedirle que no les contara nada a los hermanos de “Kike” sobre el negocio que ella y su concubino habían hecho con la Municipalidad en abril de 2011, en alusión a la venta de siete hectáreas pertenecientes a la familia Espósito.
Ese terreno, que luego se loteó para la construcción de viviendas, fue adquirido por la comuna algodonense en 1.130.000 pesos, suma que se pagó con 15 cheques de poco más de 75.000 pesos cada uno.
“Mirá que se vienen las elecciones y yo manejo entre 10 y 15 votos ahí en el pueblo y la vez pasada perdiste por 3”, recordó Bertetti que le dijo Abelleira en aquella comunicación que mantuvieron pocos días antes de los comicios celebrados en la vecina localidad el domingo 26 de junio de 2011.
El intendente dijo que, sorprendido por la expresión de la mujer, hizo como que no le había entendido y puso el altavoz del teléfono, logrando así que la “advertencia” de Abelleira fuera escuchada por su yerno, Mario Colomino.
Un policía y un abogado
Los otros dos testigos que comparecieron en la víspera son el comisario inspector Fernando César Orellano y el abogado olivense Luis Augusto Nieto.
El primero compareció en la sala muy brevemente ya que, si bien fue instructor del sumario, aclaró que a las primeras testimoniales receptadas en sede policial las había tomado el comisario Dagatti, quien luego se explayó sobre ese aspecto.
En tanto, Nieto declaró sobre la relación comercial y profesional que mantuvo tanto con la víctima como con Abelleira, luego de señalar que conoció a Espósito en 1994 cuando le alquiló 290 hectáreas que “Kike” tenía en la zona de Algodón.
Asimismo, dijo que tiempo después fue abogado de la ya quebrada firma “Natalio Alba SA” por una serie de juicios que se tramitaron principalmente en Villa María, pero también en Río Tercero y en Bell Ville, e incluso que asistió legalmente a Espósito en dos hechos de “homicidio culposo” por sendos accidentes de tránsito que había sufrido a fines de los 90.
Nieto refirió también que patrocinó a Abelleira en una causa contra una médica local por una presunta mala praxis.
Cuarto intermedio
El juicio continuará el lunes con el comparendo de dos testigos (uno de ellos es José Roses, un ingeniero cordobés experto en telecomunicaciones) y luego se realizará una inspección judicial en la casa de Villa Gessell 170, en barrio Costa de Oro.
Las fotos
1) El comisario Lucas Dagatti se refirió minuciosamente a los cruces de llamadas entre Abelleira y Deheza
2) El abogado Nieto tuvo vínculos comerciales y profesionales con la víctima y su concubina
3) El fiscal Márquez revisa uno de los expedientes; lo miran el abogado Rodríguez y Dagatti
4) El intendente Bertetti recordó una sugestiva llamada telefónica que le hizo Abelleira
5) Defensores y acusadores intercambiaron opiniones durante un cuarto intermedio
6) El comisario inspector Orellano declaró muy brevemente en la víspera