¿Cómo evitar la banalización de una consigna que apela a un cambio socio-político profundo?
#NiUnaMenos se gestó así, después de un femicidio, y otro más, y otro… cuando ya la razón quiere escaparse de la conciencia porque es incomprensible la repetición de casos. Cada 30 horas, cada 36 o cada 32 ocurre una muerte, discutimos el tiempo que transcurre entre una y otra mujer desaparecida por las manos, las garras, la boca del hombre (?) la bestia patriarcal; en cualquier lugar, en cada conversación, se nombran las mujeres que ya no están.
Hasta ministros de Educación y de Salud de todo el país, en reuniones de sus respectivos consejos federales y en sus provincias, se manifestaron al respecto hace sólo unos días. En plena preparación de la marcha del 3 de junio siguieron ocurriendo (sábado 30 de mayo, dos casos más), en lugares distantes, en cada región geográfica; en todos los lugares.
Y así la marcha, desde y en todos los lugares, desde todas las banderas de partidos políticos, organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, pancartas institucionales, gremiales, movimientos universitarios o cualquier otra expresión se sumaron al repudio.
Lo que no debemos permitir
Quienes marchamos, no porque sea políticamente correcto, no por el hastío o lo intolerable de la situación, sino por el nivel de concientización asumido sobre las causas, el significado y las consecuencias de estos femicidios que no dejan de crecer; somos quienes no debemos permitir la banalización de la consigna.
Por el contrario, debemos promover, impulsar y no claudicar hasta producir el cambio cultural y socio-político al que esta marcha apela, interpela y obliga desde una concepción ética y humanista.
¿Cómo se gestó? Podría parecer que la convocatoria se construyó de manera “espontánea”, pero en la base hay un entramado de noticias, medios periodísticos y organizaciones, potenciados por las redes sociales.
De esos sectores es el mérito de la realización de la marcha, de todos será el mérito de que ocurra un CAMBIO que deberá traducirse en acciones y políticas concretas.
Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos de Villa María