Referentes de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM), reiteraron el pedido de pago del aumento que se adeuda a los empleados facturantes del municipio.
“Desde la comuna, a sus empleados que figuran como monotributistas, no les está pagando la cuota de aumento que ya debieran haber cobrado el mes pasado”, subrayaron los gremialistas.
Según precisaron se trata de alrededor de 270 trabajadores que verán disminuido su sueldo dado que desde la AFIP se aumentó el 20% al impuesto que deben abonar cada mes y 38,62 % los aportes para la obra social. Lo que hace que un prestador de servicio de categoría B pagará un total de 519 pesos por mes.
Los cambios descritos regirán a partir del primer día del mes de julio. Lo que hace que la mayoría de los empleados municipales que facturan $5.500 pesos deberán destinar casi el 10% de su sueldo (9,43%) en impuestos derivados de su condición de precariedad laboral.
“La situación hace que en los hechos, de no recibir la cuota de aumento que el municipio les adeuda, en julio los trabajadores municipales facturantes sufrirán una baja real del salario de bolsillo”, advirtieron los sindicalistas.
“Es por ello que insistimos en que el intendente municipal disponga, de manera inmediata, el pago de la cuota de aumento que se les adeuda a los facturantes, a la vez que insistimos en que no puede continuar la situación de precarización laboral existente en el municipio de Villa María que llega casi al 60% de los empleados (604 trabajadores precarizados)”, enfatizaron.
Empleos precarios
“Recordemos que se define como empleo precario todo aquel que reduce, de manera significativa, la capacidad de los trabajadores de planificar y controlar su presente y futuro”, expresaron las fuentes consultadas por este matutino, antes de señalar que desde las ciencias sociales se plantean dos formas de precarización, que pueden darse juntas, como en el caso del municipio de Villa María. “Se puede estar dentro de la precarización por cobrar bajos salarios, lo que se denomina ‘precariedad de supervivencia’. Esto significa que el salario es tan bajo que no garantiza el sostenimiento adecuado del hogar. La otra manera de precarización deviene de la falta de estabilidad en el empleo”, apuntaron desde la entidad sindical que encabeza Jesús Chirino.
“Por otra parte debe decirse que la precarización laboral es una vía de expresión de aquello que en los noventa se denominó flexibilización laboral, es decir la adecuación del mundo del trabajo al mercado”, acotaron.
“Cuando esto se da en el empleo público, como el caso de Villa María, significa que el Estado en su propio seno deja de lado la legislación protectora de los trabajadores. Es decir como el Estado no puede apartarse de sí mismo, se ‘atonta’´ y lleva a su interior las reglas del mercado desprotegiendo a los trabajadores que deben, por ejemplo, pagarse su propios aportes jubilatorios. Todo esto no es posible sin mantener intacta la racionalidad neoliberal”, precisaron.
“Claro que en el Siglo XXI parece ser que los neoliberales se han acomplejado, o confundidos, a tal punto de no aceptarse como tales y entonces salen a gritar que son otra cosa. Pero allí está la realidad que los muestra negándoles derechos a los trabajadores y pretendiendo privatizar el trabajo estatal, no ya en manos de empresas sino en trabajadores individuales”, también dijeron.
“Y en el caso de Villa María con una política sostenida que ha llevado a los porcentajes actuales de precarizados, cuando en los años 2000/2001 se partió con menos de 70 facturantes, actualmente se está llegando a los 300 en un universo de 604 precarizados y un total de 1.070 empleados municipales”, concluyeron.