Se llevaron a cabo en esta ciudad las Jornadas Lecheras organizadas por la empresa TodoAgro.
La apertura estuvo a cargo de José María Iachetta, director de la firma organizadora; Germán Cassetta, decano de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional Villa María (UNVM); Daniel Carignano, secretario de Ganadería de la Provincia de Córdoba; y Rubén Brechbuhl, director nacional de Planificación Estratégica Sectorial (Lechería) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
“¿Que nos dicen los números de nuestra lechería?”, fue la pregunta-desafío que planteó el doctor Javier Baudracco -investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y asesor privado- en la primera de las disertaciones. Ofreció datos certeros “para saber cómo estamos y qué cosas podemos hacer para seguir mejorando en esta actividad tan apasionante que es la lechería”, complementando una verdadera radiografía de la situación actual (productiva, condiciones laborales, infraestructura), como también los números de los sistemas lecheros innovadores.
Su exposición es resultado del trabajo de campo con productores desde la UNL y de experimentaciones y el centro de atención fue el resultado económico.
Baudracco trazó tres líneas de acción. Primero, el negocio lechero y la necesidad de hacerlo sustentable para que haya muchos productores en Argentina; segundo, la infraestructura y sus falencias y la consecuente necesidad de mejoras permanentes, pues las máquinas utilizadas tienen una antigüedad promedio de 11 años (“no veo a los agricultores cosechando sus granos con cosechadoras viejas”, apuntó); pero el acento se puso en el tercer ítem: ¿qué está pasando con la gente en el tambo?
En primer lugar, citó la rotación de personal, ubicada en 50% cada dos años, “y eso es carísimo porque limita nuestra eficiencia”, dijo. “Entre el libro y la computadora y lo que pasa en el tanque de leche está la gente”, acentuó. En esa dirección Baudracco arengó a los más de 500 asistentes: “Por favor, cuidemos a la gente, que la gente va a cuidar nuestras vacas”.
Las vacas no tienen la culpa
“¿Qué nos están diciendo las vacas?”. Desde ese punto partió el doctor Carlos Sola, exponiendo las conclusiones de 20 años de datos del Control Lechero oficial de la Regional Centro de la Asociación de Criadores de Holando Argentino (ACHA).
Sola exhibió con contundencia cifras de vacas en ordeñe, ubicándolas en un 82%. El dato disparó una pregunta que impactó en el auditorio, especialmente en los empresarios: “¿Estamos bien con un 18% de gente de vacaciones en una empresa? Entonces, ¿qué podemos esperar si hacemos las cosas bien?”.
Sugirió registrar todo lo que pasa, tanto en el tambo como en la empresa, y a esos datos transformarlos en información que luego servirá para tomar decisiones. “El tambo genera muchísima información por día. Así tendremos el control de nuestro rodeo y podremos hacerlo eficiente”, advirtió.
El semen sexado hace la diferencia
El doctor Alfredo Castro, brasileño radicado hace años en Estados Unidos, abordó la cuestión de tecnología y genética. Explicó cómo es el proceso de separación del semen, demostrando los estándares de pureza, el control de calidad morfológico, acentuando los consejos básicos para aprovechar beneficios y abundando en recomendaciones.
Entre los puntos positivos señaló que el método “incrementa la bioseguridad al disminuir la entrada de animales en otros rebaños y disminuye los problemas de parto”.
Si bien el auditorio estaba dominado por productores lecheros que buscan tener más planteles de hembras para hacer crecer su producción lechera, Castro ofreció un dato interesante de la producción de semen sexado: actualmente, Brasil compra muchísimo semen macho para direccionar su producción a novillos.