Desde hace 12 días, José Omar Andrada es el máximo responsable de la Policía en la ciudad al tomar el mando de la Unidad Departamental General San Martín que dejó vacante la partida de Rodolfo González.
Podría decirse que es el comisario inspector Andrada. O se lo podría caratular como el profesor en Psicología y Ciencias de la Educación que manejará la seguridad de la ciudad. Tampoco sería erróneo presentarlo como el licenciado en Seguridad y en Administración de Recursos Humanos que buscará tener una fuerza más capacitada. Y hasta podríamos titular que un estudiante de periodismo quedó a cargo de la lucha contra el crimen y los delitos en Villa María. Es que José Omar es todo eso. Muchas personas que convergen en la figura de una sola, un bellvillense de 45 años de hablar cansino y que siempre tuvo una sola preocupación, que explican el porqué de su abultado currículum académico: “De muy joven me dije que quería ser un policía distinto. Es la exigencia personal de querer estar a la altura de las circunstancias. A lo mejor no llego, pero lo intento. No hay un día en que no lea”.
“Siempre pensé que podían pasar cosas para las cuales, en el lugar o el estamento que me tocara, tenía que estar preparado para dar respuesta, eso es lo que pensé y sigo pensando”, recordó, y continuó justificando sus estudios: “Soy de la idea de que esto se mejora tratando de dar el ejemplo: si uno tiene algún inconveniente con la lectura o alguna otra cuestión que tiene que ver con el conocimiento, cómo queremos que el otro pueda responder si tal vez yo no sé qué pedir”.
Esa necesidad de sentirse capacitado para poder hacer frente a las más variadas circunstancias es la que quiere contagiar entre los efectivos que ahora tiene a su cargo. Por eso es que días atrás un grupo de policías culminó un curso de equinoterapia. “Uno es médico, otro psicólogo y otro adiestrador de perros e hicieron esto para poder llevar adelante un proyecto para que podamos trabajar con niños especiales”, detalló. Por eso es también que otro puñado de uniformados estuvieron recibiendo una capacitación en reconocimiento y manejo de serpientes.
Además, plantea otra iniciativa, para poner a la persona por sobre el uniforme, y en donde un grupo de psicólogos y médicos desarrollen un proyecto para atender al efectivo policial luego de pasar por situaciones de estrés: “Porque el policía, primero es persona, y después cumple una función como policía, queremos que el profesional pueda acompañar al efectivo en un proceso de búsqueda de equilibrio nuevamente en lo que tiene que ver con lo personal y lo individual luego de procedimientos e investigaciones, que generan mucho estrés”.
“Es muy importante entender que tenemos una misión, y que por más que no usemos el uniforme, somos policías siempre y la gente nos identifica como tales, nunca dejamos de serlo”, opinó Andrada sobre el rol de quienes eligieron ese camino.
Ser policía siempre expone al individuo. Andrada habla de la familia. Tiene una esposa y tres hijos que lo visitan de tanto en tanto, “o yo viajo dos o tres días para Bell Ville”, dijo.
-¿Su familia tiene o ha tenido miedo por usted y su profesión?
“No, porque siempre les dije que si te metés en cosas raras tenés que tener miedo, pero si tenés un buen pasar y una buena elección y conformidad por lo que sos, no hay ningún problema, descansás tranquilo, vas y venís, no tenés compromiso con nadie, que es lo que te permite trabajar tranquilo. Si no le debés nada a nadie, no te comprometiste con nadie, no inmiscuiste a terceros, no te relacionaste con cosas indebidas, no hay por qué tener miedo. Uno como policía tiene que tener en claro que con las actividades que realiza en forma individual arrastra también a la familia, al hermano, a los padres o al conocido y con una actuación inadecuada podés comprometerlos a todos”.
Luchar contra la inseguridad en conjunto
Andrada explica la forma en la que pretende que la Policía tenga presencia en los barrios, pero también dice abiertamente que necesita ayuda.
Contó que recibió a representantes del barrio General Paz, quienes a partir de distintos hechos delictivos que sucedieron en el sector se plantearon, al igual que otros vecinos, colocar alarmas comunitarias y cámaras. “Estoy de acuerdo en que tomen esa medida de instalar alarmas comunitarias o cámaras entre vecinos, porque la seguridad no la hace solamente la Policía, la seguridad es un fenómeno que tiene que tener interdisciplinaridad. Además, el vecino que toma acciones de este tipo, las toma en forma acertada porque conoce el terreno”, mencionó, para luego enumerar una serie de acciones concretas que tomó para ofrecer seguridad en el barrio mencionado, como presencia de caballería, perros y motos. Además, pidió: “Necesitamos más participación y compromiso de los centros vecinales, para tener la información de lo que ellos necesitan, para prevenir”.
“Donde vamos necesitando, vamos poniendo gente, donde sucede un delito hacemos un análisis de la modalidad, que tiene que ver con el horario, la forma, la entrada, la salida, lo que es el accionar, y todos los días vamos poniendo gente en distintos lugares como está indicado en ese cuadro”, subrayó Andrada mientras señaló un mapa de gran tamaño de Villa María, pintarrajeado con distintos colores que la dividen en desiguales porciones.
“Los operativos los vamos rotando, porque tratamos de que el efectivo policial esté en todos los barrios, a veces no hace falta que suceda una actividad delictiva para que vayamos”.
-Pero hay barrios que son más complicados que otros.
“Sí, son complicados, pero hay que llegarles de otra forma. Porque si no quieren al patrullero y te lo rompen, el patrullero no va a ir, pero iremos caminando y si no quieren eso iremos con guardia de infantería, si no con caballos. Pero no es que se deja de estar presente en un lugar porque a alguien no le guste que el patrullero pase y entonces te lo rompen. A la Policía hay que dejarla trabajar, porque si no el compromiso se empieza a diluir y no encontrás respuesta”.
Con respecto a la aparición de marcas y pintadas en hogares, Andrada trató de enviar tranquilidad a los frentistas al asegurar que “no hemos tenido ni un solo caso de una vivienda que haya sido marcada y que luego haya venido a denunciar robos”. De todas maneras, confió, “se hizo una actividad de observación del territorio en los casos que aparecieron, y no hemos visto actividad delictiva en viviendas con marcas”. “Tenemos que tener cuidado con los mitos”, lanzó.
-Hubo un período, semanas atrás, en el que se dio una seguidilla de hechos donde se baleaban entre vecinos de distintos barrios. ¿Tan fácil es para algunos acceder a armas? ¿cómo lucha contra eso?
“No creo que sea tan fácil acceder a las armas y tampoco creo que lo hagan por eso de la justicia por mano propia porque, como te dije antes, de esa forma se compromete a los integrantes de la familia. De hecho las situaciones que sucedieron han sido esclarecidas, han habido imputaciones, detenciones y secuestro de armas, y eso ha cesado desde hace tiempo. Pero la forma para enfrentar los conflictos que tiene cualquier barrio no es ni más ni menos que la comunicación, ir en búsqueda de la posibilidad de mediar, de negociar, para llegar a un acuerdo”.
Fotografías: 1) “La seguridad es un fenómeno que tiene que tener interdisciplinaridad”, opinó Andrada
2) Andrada es de Bell Ville, tiene 45 años, y es padre de tres hijos