Escribe:
Juan Pablo Morre

Le costó como nunca pero le alcanzó con un cabezazo contundente de Marcos Berterame cuando el partido comenzaba a transitar su último cuarto. De esa manera, el líder Rivadavia derrotó en barrio Mariano Moreno por 1-0 a Central Argentino, que tuvo una digna actuación, pero se quedó con las manos vacías.
Para conseguir el triunfo el elenco de Arroyo Cabral debió lidiar bastante porque el planteo táctico del local no le permitió nunca desarrollar su juego con comodidad y todo le costó en demasía, a tal punto que prácticamente no contó con opciones claras de gol, a excepción del gol, por supuesto, y mediante la pelota parada, y una sobre el final del trámite (ya con la ventaja en el marcador) de Bolatti.
El resto, fue todo fricción en el mediocampo, errores, poca claridad, sin sorpresas y chocando una y otra vez contra el vallado defensivo del “expreso rojo”, que funcionó perfecto hasta que una acción en pelota parada y ya sin los más lúcidos para jugar (Casas, Delfino), por cansancio, derrumbó el estandarte y debió resignarse a la caída tras el tremendo sacrificio que realizó para sostener el cero en su arco.
Justamente, semejante voluntad para no pasar sofocones defensivos también le impidió mayor peligro en el arco rival, a tal punto que sólo generó una situación neta de gol y fue en su mejor momento (en el complemento, previo al gol de la visita), pero Tisera apretó justo la entrada de Casas, quien tras pared con Delfino, intentó definir.
En el inicio del partido el elenco de Sachetto mostró entusiasmo ante un intrascendente Rivadavia, que igual ante el terreno que le cedió su rival, tuvo mayor dominio de la pelota y territorial, pero igual comenzó a mostrar problemas y sus ataques no tuvieron profundidad.
Más allá de eso, al no poder desnivelar en la última línea del local con pelota en movimiento y a través de desbordes o sociedades, mostró otros argumentos, como los pelotazos frontales para las corridas de Bolatti o algún tiro de afuera. En dicho aspecto, Suárez estuvo cerca de marcar con un remate de larga distancia.
En contrapartida, el local sólo pudo generar en ofensiva con las muy buenas corridas de Casas por el sector derecho y, en una de ellas, contó con una buena chance, que no tuvo mayor peligro porque Prado (quien corrió a todas pero con problemas con la pelota en los pies) remató débil.
Con este panorama y por más que Ceballos se movía de un lado a otro para darle claridad a su equipo, Rivadavia, al no prosperar en sus avances, comentó a mostrarse incómodo por cómo se dio el trámite, y el nerviosismo, además de la entrega de los protagonistas del local, hizo que el partido se tornará aspero por momentos y sin luces para el resto de la primera etapa.
En el complemento, el partido no varió en cuanto a su tonalidad, ya que Central Argentino continuó cerrándole los espacios a la visita, que siguió sin mostrar variantes y centralizó mucho el juego, algo que no le trajo réditos.
No obstante, pese al equilibrio del partido, Central se mostró con más para avanzar sus ataques, y cuando pudo adelantó sus líneas y así generó una buena chance, pero Tisera le cortó justo la definición a Casas.
Sin embargo, el despliegue descomunal hecho en la primera etapa empezó a pesar en jugadores importantes del local, que suplantó a Casas, Delfino y Olmedo por jugadores con características ofensivas (o sea, delanteros, pero devenidos a volantes como Santunione y Pereyra), algo que le hizo resignar un poco de marca para tener más llegada, pero igualmente no inquietó en demasía, pese a que tampoco sufrió mucho en el fondo.
Todo ello, igualmente, quedó en la nada cuando a los 32 minutos el partido tuvo su primera y única emoción cuando César Rodríguez (entró en el segundo tiempo por el lesionado Crespo) tiró el centro perfecto para la entrada goleadora de Marcos Berterame, quien tras un cabezazo letal, logró la apertura del marcador.
Y con dicho gol, Central debió salir a buscar la igualdad pero no tuvo variantes para atacar y por lo pronto no generó peligro sobre Tisera, mientras que Rivadavia, con espacios, contó con alguna chance, como una aparición de Bolatti, pero su remate fue bien despejado por Garetto.
El partido dio su final para la alegría del “verde” cabralense por la obtención de los tres puntos más allá que no pudo desarrollar el juego que pretendía, mientras que el local se resignó a la caída pero consciente de haberle peleado mano a mano al candidato al título.
La figura: Marcos Berterame aportó la única emoción del partido y le sirvió a su equipo para ganar y continuar en la cima del partido. Además, fue uno de los más claros de su elenco, junto a Ceballos. En el local, buen trabajo de Franco Cipollone, correcto en los cierres y no se complicó.
El árbitro: Rubén Etchenique contó con una discreta actuación, con altibajos, pero igual no pasó mayores sofocones y supo llevar las riendas del encuentro. Contó con un buen primer tiempo y aplicó bien las tarjetas cuando el encuentro se tornó áspero, pero en el segundo tiempo mostró errores.