Martín Gill era entrevistado ayer en una emisora de radio de esta ciudad con motivo de que dos proyectos suyos habían avanzado en el Parlamento. Sobre el final del reportaje, el periodista quiso saber sobre si en el futuro inmediato “¿estará ligado a un cargo ejecutivo o seguirá en el ámbito legislativo?”.
El diputado nacional optó entonces por la diplomacia, para reiterar sus dichos acerca de que “sería un honor” que “el espacio” al que pertenece lo nomine para encabezar la lista local con la que intentará retener la Intendencia, o -como trascendió- postularlo como candidato a senador nacional por Córdoba.
Hasta hace un par de semanas, los aspirantes al Sillón de Viñas del oficialismo villamariense eran la exintendenta y diputada nacional Nora Bedano, el legislador provincial Héctor Muñoz, el jefe de Gabinete José Carignano y el propio Gill. Luego, al presentarse las listas para las provinciales, aparecieron los nombres de los dos primeros detrás de los de los postulantes a gobernador y vice, Eduardo Luis Accastello y Luis Eduardo Buenaventura.
El aparente apoyo de Accastello a su lugarteniente en el municipio y el de algunas agrupaciones como la Ministro José Ber Gelbard, hacía pensar que Carignano se “cortaba solo” y que “Martín está reservado para el escenario nacional”.
Lo cierto es que ahora, cuando los plazos electorales se están agotando, la plana mayor del accastellismo se apresta para analizar “la última encuesta”, que le habría sido encargada a Darío Poncio, consultor (y coordinador de los equipos técnicos) de “El Eduardo”, para tomar la decisión final.
Los dos están siendo medidos con Juan Carlos Zazzetti, detrás de cuya figura se encaramó el PRO de Darío Capitani, se reinventó el sector del juecismo alineado con Jorge Valinotto y se desdibujó en cierta forma el radicalismo (no habrá Lista 3 en esta ocasión en la tierra de Amadeo Sabattini).
“Se gana...”
Para el oficialismo los números son buenos. Fuentes de la primera línea aseguraron a EL DIARIO que “se gana con comodidad”, pero “hace falta saber cuántos puntos se saca con cada uno de los posibles candidatos”.
Dijeron que de esa forma “tal vez se pueda intentar una segunda vía para arrebatar el octavo concejal” (ver recuadro).
¿Cómo? “Es que si se polariza mucho, te podés llevar siete concejales y el otro se puede llevar cinco. Pero, según con quién, los números nos estarían asegurando que podemos armar una especie de ‘colectora’ como ya hicimos alguna vez con (Daniel) Climaco para mandar tres mil votos a otra lista y alzarnos con alguna banca más”, explicaron.
Así están las cosas. En días más, los villamarienses tendrán la definición del oficialismo, podrán conocer el postulante, para comparar su capacidad y sus propuestas con las de los adversarios. Después, a elegir libremente.
La segunda vía o “colectora” que el oficialismo villamariense podría intentar armar para sumar algún concejal más en caso que los números le sean favorables, aglutinaría a independientes allegados a la versión local del Proyecto Nacional y sindicalistas, además de “indignados” radicales que acusan a “caciques” partidarios de haber “entregado el partido a Capitani y Macri”.
“Todos unidos triunfaremos”, parece ser el lema de la oposición. Ayer, en la misma radio que entrevistó a Gill, Jorge Valinotto confió que mantiene conversaciones con Raúl Costa, quien le dejó entrever que el delasotismo y el schiarettismo no presentarán candidato a la Intendencia, para apoyar y fortalecer las chances de Zazzetti.