Perseguido y encarcelado por la dictadura cívico militar mientras estudiaba Abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, el villanovense Carlos Zannini buscó el aire nuevo en la Patagonia, donde encontró la mano que le ofreció Miguel Pichetto, la misma que luego lo acercó a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández.
En aquella fría geografía se comenzaba a templar una relación de amistad, pero en la política, basada en pilares fundamentales para el que entonces se denominaba “peronismo de izquierda”: la soberanía (en todas sus acepciones y en todos los campos) y la lealtad. El cordobés, “el Chino”, llegaba desde la margen izquierda, pero subía al peronismo por el muelle del movimientismo.
El navío atravesó cuatro décadas, las tempestades; sus tripulantes tuvieron que soportar arena en la garganta en más de una oportunidad, en alguno que otro naufragio, pero finalmente amarraron hace casi 12 años en el puerto de Buenos Aires. Desembarcaron y “tomaron” la Casa Rosada con unos pocos sables que les confió el 22% de los electores.
Desde entonces, como secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Zannini puso a la firma de Néstor y Cristina leyes y decretos “pesados”. Créase el Museo Nacional de la Memoria” en la exESMA, Déjase sin efecto el contrato con TyC por sus incumplimientos y póngase el fútbol a disposición de todos (la empresa amenazó con juicios, iba a trabar embargos..., pero no pasó nada), Rescíndase el contrato con Repsol para que YPF regrese al Estado (los españoles iban a contratacar con insospechadas derivaciones, pero terminaron aceptando la indemnización)... Y así con los trenes y con otras muchas resoluciones que no han tenido vuelta atrás.
Anoche, el precandidato a la Presidencia Daniel Scioli hizo una demostración más de que no pretende “sacar los pies del plato”: le ofreció al hombre fuerte del kirchnerismo, al que siempre estuvo en la “mesa chica” de Néstor y también en la de Cristina (que no es necesariamente la misma mesa) que integre su fórmula.
Las crónicas se repitieron en todos los portales:
“El gobernador bonaerense y precandidato presidencial del Frente para la Victoria (FpV), Scioli, confirmó esta noche que le ofreció al actual secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, ser su compañero de fórmula.
Scioli lo confirmó en diálogo con el canal C5N, donde detalló que ya ofreció el cargo al funcionario nacional y también que lo "conversó" con la presidenta”.
Luego surgieron las voces que, a modo de coro, empezaron a alinearse. Habían comprendido rápidamente: si Cristina avala esto, no hay más que hablar. El peronismo seguirá unido al kirchnerismo y el kirchnerismo seguirá siendo en buena medida peronista; ambas ideologías con-fundiéndose, potenciándose; es decir, una misma cosa de cara a las elecciones de octubre.
Ahora restará saber si Florencio Randazzo entendió también el tenor de la “jugada”, si le asigna el mismo valor que se plantea desde esta columna, y acota su mirada y su horizonte a la Provincia de Buenos Aires.
Es que en tiempos de definiciones, Scioli tomó una que sobrepasa las fronteras de la interna del Frente para la Victoria. Ha dicho que está totalmente decidido a entrar en Balcarce 50. Adentro ya está su compañero de fórmula desde hace doce años.
