Por Federico Jelic
ENVIADO ESPECIAL DE EL DIARIO
Horacio Giménez y Martín Brizuela fueron los representantes de Villa María en la Copa América, alentando a la selección argentina. Anécdotas de dos personajes que se las ingeniaron para ver a Messi y, de paso, irse de ronda nocturna.
Dos personajes exportó Villa María a la portuaria ciudad de La Serena. Estos embajadores consiguieron de reventa unas entradas tras arduas negociaciones y viajaron en tres tramos para alentar a la selección argentina ante Uruguay. Los personajes en cuestión son Martín Brizuela (32 años), quien trabaja en Rentas, de Hernando de nacimiento pero ya instalado en Villa María. El otro es Horacio Giménez, producto genuino de la ciudad cabecera del Departamento General San Martín, tiene 27 años y trabaja en una empresa de venta de pasajes a larga y corta distancia.
“Acá estamos hermano, pedimos permiso en el trabajo, con algunos días de vacaciones, para ver a Messi y a la selección. Estamos chochos de contentos”, cuentan mientras beben cerveza en el hostal Kalycanto, y revisan permanentemente sus celulares, buscando alguna “presa” para la actividad nocturna.
Ambos tienen vinculaciones con el deporte: Horacio es amigo del alero de Atenas, Alexis Elsener, y tiene relación con el defensor ex-Instituto, Nicolás Delmonte (juega hoy en Indonesia). Martín en cambio es amigo del exdelantero de Belgrano, Lucas Melano. Pero según cuentan ellos mismos, con el deporte no dan pie con bola.
“Estuve 19 días en Río de Janeiro, para el Mundial, y esa experiencia me motiva a ir siempre detrás de la selección”, declara Horacio, mientras enumera aventuras, conquistas y jornadas recreativas en tierras cariocas. “Viajamos más de 40 horas para estar acá”-se suma Martín al diálogo-, “nos sorprende lo barato de los precios en electrónica y ropa, me parece que fundimos la tarjeta de crédito”.
A la hora de hablar de fútbol, fueron cautos por momentos con eso de no subestimar a los rivales, pero se tienen toda la fe del mundo: “Esto no es trámite, pero lo mismo a Brasil le tenemos que ganar. No jodamos, tenemos a los mejores del mundo y ellos se comieron 7”, expone Horacio. “Es un sueño cumplido estar acá. No vamos a estar en Viña del Mar porque debemos volver a trabajar, pero si llegamos más lejos, me pido una licencia, ojo” (risas).
Para terminar, los representantes de Villa María en la Copa América dejaron saludos: “Para Bruno Schiavi que lo mira por TV y que deje de prometer lo que no va a cumplir. Ah y para Carolina Jelinek, la chica más linda de Villa María”.
Abrazos, champán acompañando la ocasión, bandera en mano y camiseta en el corazón, dejaron su sello en el Estadio La Portada. El sello de Villa María.