A la vera de la autopista que une a las ciudades de Córdoba y Villa Carlos Paz (ruta 20, kilómetro 12), funcionó uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más importantes del país: La Perla. Desde hace seis años, el lugar es oficialmente un espacio para la memoria, mostrando al visitante los horrores cometidos por la última dictadura militar. El objetivo es ayudar a despertar conciencia, y a no olvidar. Elemental ejercicio que, por suerte, emprendimientos como este vienen a potenciar.
El paseo por La Perla (que se realiza de forma libre y con ayuda de la cartelera explicativa y otros dispositivos de comunicación) emociona y estremece en partes iguales. Se trata de un recorrido que lleva a conocer los rincones claves de la antigua guarnición militar, generando en cada observación intensas reflexiones.
La visita comienza, como no podía ser de otra manera, por el llamado ingreso al campo. Ese era el sitio elegido para ingresar a los secuestrados, siendo arrojados como especies de “paquetes humanos”. De allí eran trasladados al sector de las oficinas, donde comenzaban los interrogatorios y las primeras torturas per se. La mayoría pasaba a las denominada cuadra, un lúgubre espacio común en el que las víctimas del cautiverio eran apelmazadas casi como animales.
Después aparece la zona de los baños y duchas, la única zona de la cárcel que posibilitaba a los detenidos conversar (al menos por segundos y a los susurros), y sacarse las vendas que cubrían sus ojos. El galpón de automotores, por su parte, muestra el punto que servía para reparar los tristemente célebres Falcon verdes y otros vehículos, y donde era depositada la ropa y demás pertenencias de los apresados.
Con todo, el lugar que probablemente despierte mayores sacudidas al espíritu sea el de las salas de tortura. Sobran las explicaciones para definir las atrocidades allí cometidas, por casi todos conocidas y por casi nadie extraviadas.
El museo
Una vez caminadas y sentidas las áreas que hacían al centro en sí, llega la hora de conocer el museo. Más elementos para descubrir verdades e historias, para hacer sucumbir el adormecimiento de la memoria. En se sentido, destacan las salas presentes (un “homenaje y reconocimiento a las personas que pasaron por este campo” según los organizadores), sobre vidas (una muestra de objetos que pertenecieran a los reclusos), pequeñas y grandes rebeldías (que exhibe las particularidades de los movimientos culturales que dominaron la década del 70), jóvenes embarazadas de Córdoba (rescata las historias de las muchas mujeres que dieron a luz en La Perla, y cuyos hijos fueron robados) y peregrinos (homenaje a padres y madres de desaparecidos).
También hay que subrayar ámbitos como la “sala juicios de lesa humanidad” (que desmenuza los diversos juicios realizados contra algunos líderes de la dictadura en nuestro país), “represores” (área que justamente se sumerge en la vida de éstos, analizando los crímenes cometidos por cada uno), el “memorial manos a la memoria” y el espacio cultural “habitar la memoria” (que acoge muestras artísticas varias).
Dónde: Ruta 20 kilómetro 12 (entre Córdoba capital y Villa Carlos Paz).
Cuándo: De martes a viernes de 10 a 17 horas.