Adriana Torriglia es una villamariense que está radicada en Córdoba capital desde hace un puñado de años y que actualmente preside la Fundación Desafiarte, una ONG que nació en 2003 mediante la cual se persigue posibilitar el desarrollo de las personas con discapacidad mediante los lenguajes artísticos.
Desde ese lugar lucha por los derechos de las personas con discapacidad. Habla rápido y con un festival de entonaciones dentro de una misma frase. Se la percibe apasionada.
“En la discapacidad, lo que pasaba hace más de diez años es que todas las actividades artísticas quedaban adentro de los espacios educativos, entonces lo que hicimos fue inventar un formato para que esto salga afuera. El afuera significa para todos, significa la visibilidad”, recuerda y menciona sobre el Festival Desafiarte, evento que desarrollará este año su 13º edición y que fue el motivo que la trajo a la ciudad, ya que Villa María por primera vez fue subsede.
Se trata de derechos
“La discapacidad no es un tema de un poquito o un ratito, ni una bondad caritativa, se trata de derechos”, enfatiza Adriana, antes de comenzar a exponer sus opiniones acerca de cómo la política maneja la temática: “Cuando los políticos vayan a prometer, prometan que cuando tengan que poner un número en el presupuesto para discapacidad, lo vayan a hacer, prometan que van a implementar el sistema Braille que tanto necesitamos, rampas en los escenarios, piensen que los lugares públicos tienen que tener baños adaptados”.
Adriana considera que hay que apelar a la experiencia para trabajar en pos de facilitarle la inclusión a las personas con discapacidad desde los gobiernos. “Estos son temas para hablar con expertos, está bien que uno tenga una secretaria de Desarrollo Social que intenta saber, pero cuando hablás de la discapacidad tenés que tener gente con experiencia”.
Además, aprovechó para hacer referencia a la polémica que se generó en torno a una decisión que había tomado el Ministerio de Educación de la provincia de dejar de otorgar, a partir de este año, títulos secundarios con validez nacional a los alumnos de escuelas especiales de toda la provincia, de gestión estatal o privada, y luego se dio marcha atrás.
“Siento que estamos en un momento de tensión porque parece que sólo estuviera involucrada Educación, pero los otros miran de costado, acá se tienen que sentar también las carteras de Trabajo, Desarrollo Social y Salud, por lo menos. Porque lo que no hace uno lo va a tener que atender el otro”, consideró al respecto.
“Generalmente los programas de evolución y desarrollo están pensados en un tiempo corto, que son los tiempos de gestión, no en los tiempos del sujeto. Acá hay que pensar en el sujeto, en qué necesita, porque en algún momento esa persona tiene que seguir su vida más allá de su papá y de su mamá”, agregó.
Festivales e inclusión laboral
“Hay algo que hago comúnmente: entro a un lugar y pregunto ¿cuántos son acá? Y seremos 20, responden. ¿Y cuántos son con discapacidad? Nadie. Entonces no se cumple con la ley. Tenemos que tener incorporado el 5%”, graficó Torriglia.
“Hay que tomar conciencia. En tu trabajo, ¿cuántos discapacitados hay? La empresa que más nos ha ayudado y que más adhiere a nuestras campañas es Arcor, y ellos en menos de cinco años puso el 5% de sus trabajadores para cupos para discapacitados. Imagínense si todas esas grandes empresas lo cumplen. Porque detrás del trabajo está la dignidad, el sueño de poder tener una pareja, una casa, cualquier sueño, son sujetos de derechos y de sueños”, afirmó.
Para Adriana, en la sociedad existe la idea de “yo no soy, a mí no me tocó” en torno a la discapacidad, y es una problemática que “hay que incorporar de manera personal y colectiva”.
“Las conquistas sociales son colectivas. Por ejemplo, Córdoba tiene muchos festivales, y Villa María es un festival importantísimo. Por favor, en los festivales que tienen esa magnitud a nivel televisivo y difusión, que esté la población nuestra. Como guías, como cantantes, como bailarines, hay eventos mundiales donde ya están incluidos los nuestros. Y cuando hablo de los nuestros me refiero al colectivo social de personas con discapacidad”, pidió.
Además, instó a que “cuando piensan eventos para la ciudad, que estén los nuestros; hay locutores, están los que cantan, los que tocan el bombo, los que pueden explicar algo, eso va a ayudar para mover el paradigma del encerramiento de exclusión instalado para con la discapacidad”.
Por último, opinó que “las sociedades más inclusivas se construyen con un pedacito de cada uno, pero primero de todo sabiendo que al otro en algún momento se lo dijo discapacitado, incompleto, con esos prefijos, pero tiene otra parte que es la capacidad, que es la que entre todos debemos desarrollar”.
“No bastan las obras de teatro en la escuela, como ciudad le tengo que ofrecer lo mejor al discapacitado, el mejor escenario, los mejores micrófonos, porque en los discapacitados hay talento, y se tiene que desarrollar con el esfuerzo de muchos”, concluyó.