ENVIADOS ESPECIALES
Si no se puede ser feliz dentro de casa, hay que ganarse la vida afuera. Así lo entiende Alumni, que ayer mostró su rostro más simpático, el que deja la victoria, tras volver a ganar como visitante y enderezar el rumbo. No fue una victoria más. En Río Cuarto, el equipo villamariense derrotó 2 a 1 a Atenas, que llegaba invicto y con chances de ser líder de la Zona 12 del Federal B. Y los tres puntos le sirvieron a la formación de Raúl Maldonado pensar más en la pelea de arriba que en la de abajo, ya que comenzó el domingo en Zona de Descenso y lo terminó en Zona de Clasificación. Todo por un triunfazo.
Esos vaivenes se verificaron dentro de un mismo partido, ya que Alumni fue muy superior en el primer tiempo, pero sufrió innecesariamente en el complemento, cuando estuvo a punto de regalar una ventaja que había obtenido merecidamente.
Como había sucedido contra Juniors, en Córdoba, ayer el equipo del “Bocha” supo aprovechar los espacios que dejó su rival y generó situaciones con astucia, tomando protagonismo.
Si bien el inicio fue parejo, con demasiadas imprecisiones (el campo de juego se notaba poceado), Alumni leyó más rápido el partido y fue mejorando con la tenencia de la pelota, sumando gente por sorpresa al ataque, lastimando por afuera.
De todas maneras, el toqueteo en tres cuartos de cancha no encontró la finalización en la búsqueda de la profundidad, salvo cuando, a los 12 minutos, Leandro Martínez, tras un remate de Cristian Garraza que se desvió en un rival, se anticipó a su marcador y la tocó de zurda, pero sin fuerza, y la pelota quedó en manos del arquero Mariano Testa.
Atenas, que intentó neutralizar a los enganches de Alumni (Aimar-Valle) y al propio Martínez con marcas personales, no tuvo respuestas futbolísticas, fue un equipo largo y apenas se arrimó con un disparo de Funes que controló el arquero Rodrigo Valdez y una chilena espectacular que mandó desviada Guillermo Tambussi, aunque en posición adelantada.
Cartas de gol
Cuando Alumni vio que Atenas podía adelantarse desordenadamente, le aplicó sus mejores dosis de contragolpes veloces y pasó a ganar con autoridad.
Juan Aimar, con dos corridas fenomenales, y Leandro Martínez fueron las cartas de gol que nuevamente sacó el equipo en cancha ajena y significaron lo mejor de la tarde.
A los 21 minutos, el playosense recibió un pase largo, encaró en soledad por el carril derecho y se hizo un tiempo para acomodarse, ver el hueco y definir con remate bajo y cruzado; la pelota dio en el palo más lejano y se metió (1-0).
Alumni aprovechó el envión y Valle estuvo a punto de convertir el segundo, pero Testa se la desvió con un manotazo al lado del palo.
Mientras Atenas trataba de encontrar la brújula y adelantaba gente sin ideas, el segundo grito fortinero llegó por decantación: Martínez, de gran tarea como pivot, bajó hasta el medio y le dio un pase magnífico a Aimar, que corrió varios metros por izquierda, se metió al área y fue derribado por Bacaloni, en claro penal. ¿Conclusión? Gol de Martínez, desde los doce pasos, con tiro preciso y al palo izquierdo del arquero (2-0).
Diez minutos después, el propio Martínez estuvo cerca de concretar la goleada previo al final del primer tiempo, pero apenas recibió un pase de Maximiliano Villa, llegó ahogado a disparar y el zurdazo tenue terminó en las manos de Testa.
Alumni se estaba floreando y era consciente que Atenas iba a salir más alocado a buscar el segundo tiempo. De hecho, el entrenador del “Albo”, Hugo Magallanes, cambió en el arranque, dejando a tres defensores (uno de refresco que tomara a Martínez) para meter al picante Ivo Hong por afuera en el ataque, para acompañar a Tambussi y Miguel Romero.
Así, Atenas fue al frente, con más voluntad y movilidad, aunque sin claridad.
Lo dejó vivir
El problema de Alumni es que se complicó solo. Primero porque no liquidó el partido de contragolpe (Valle demostró que le cuesta terminar bien las jugadas y se devoró una réplica muy clara). Y después porque Hugo Yocca se quedó protestando ante una falta (que existió) y dejó escapar a Hong, que puso el descuento con un disparo al palo más lejano.
A partir de ahí, Atenas intensificó sus avances, muchas veces con centros sin destino que fueron bien conjurados por Nahuel Caler, mientras Quiroga colaboraba frente a la zaga central y el “Bocha” incorporaba a Gastón Kranevitter.
Atenas estuvo tres veces cerca del empate: a los 31’, Tambussi cabeceó solo, de palomita, y la pelota se fue apenas alta; a los 48’ Cuello envió una media vuelta en el área chica que Valdez la desvió pegado al palo. Y en la última jugada, un centro largo del propio Cuello salió apenas por arriba del travesaño. Después no hubo tiempo para más. Y Alumni terminó siendo el “visitante ilustre”.
La figura
Juan Aimar. El volante marcó el primer gol, en gran definición, y provocó el segundo con otra gran corrida, además de generar juego permanentemente. También se destacó el atacante Leandro Martínez, de gran esfuerzo.
El árbitro
César Ceballos. El cordobés tuvo un arbitraje sin grandes fisuras, aunque se equivocó en la falta que Hong le cometió a Yocca, previo al gol de Atenas. En lo disciplinario, amonestó al mismo Hong con una plancha sobre Rey que era para roja.
La frase
"Jugamos bien, no merecíamos sufrir al final. Ahora tenemos que ganar en casa para darle un premio a quienes nos van a ver" (Cristian Garraza).