La honorabilidad de los hombres está probada en sus actos. Y si bien es difícil que uno ponga "las manos en el fuego" por otro, sí se puede dar cuenta de su accionar.

La experiencia propia de quienes integramos el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de la Provincia de Córdoba (Cispren) Seccional Villa María, nos marca que conocemos bastante bien al inspector Jorge Maldonado y podemos dejar en claro cómo actúa.

A la hora de realizar una inspección, los dirigentes del gremio gestionan el pedido ante el titular de la Delegación, quien asigna al inspector la tarea. En nuestro caso, Maldonado es contactado el día del relevamiento y desde la primera vez, hace casi 10 años, nos pide que no le digamos ni siquiera a dónde vamos, para evitar que se lo acuse de avisar a la empresa que será relevada y haga retirar o esconda a sus empleados en situación irregular.

Es apenas una muestra del accionar de los hombres.

Pero además, debo confiar que en muchos casos hemos recurrido a Maldonado para poder inspeccionar lugares de trabajo en horarios extraños, sin pedir nada a cambio.

Y en esa misma línea, realizando la tarea periodística, he sido testigo de haber recibido maltratos, apretadas, agresiones hasta mediar y exponerse en el caso de un carnicero que lo tomó del brazo para sacarlo del local cuando intentaba hacer su tarea. Como también en interceder, junto con varios gremios en pos de salvar las fuentes de trabajo, como en Agrotransportes SA de Etruria, en Agromaní de La Laguna, en el restaurante La Casona, a la par de las trabajadoras y trabajadores del City Hotel, en una fábrica textil, una obra en construcción y más.

Pero además, más allá de los esfuerzos de los inspectores y de los dirigentes de los gremios, hay una constante de vulnerabilidad, de sometimiento de los trabajadores y sus derechos, que no deja ver la explotación y el pisoteo que sólo corre por cuenta del patrón.

 

Franco Gazzoli

Secretario gremial - Cispren Villa María