En tres partidos, el delantero Leandro Martínez ya convirtió cuatro goles y dejó en claro que Alumni sumó con él un refuerzo de gran jerarquía.
Aunque a veces queda muy solo, sin ser abastecido como corresponde, y lo llenan de pelotazos largos (o llovidos), el ex-Crucero del Norte se faja con los centrales, las corre a todas, pelea en lo alto, baja pelotas y obliga constantemente. Y el domingo también demostró que, dentro de su función de pivot, puede asistir de manera perfecta.
En un solo movimiento, cuando Alumni ganaba 1 a 0, Martínez vio picar a Juan Aimar y, desde la mitad de la cancha, casi sobre la raya, arrastró la marca y dio un pase milimétrico para que el “Zapallito” hiciera el resto, que fue correr al área hasta ser derribado y generar el penal. Un penal que el propio Martínez se encargó de ejecutar con precisión para establecer el segundo gol.
“El arquero se quedó parado, pero creo que vio el penal del otro día”, contó después el goleador, exhibiendo incluso la inteligencia para leer esos detalles que muchas veces pasan desapercibidos.
Es que Martínez había convertido un penal en Plaza Ocampo (en la derrota ante Las Palmas), pateando fuerte y al medio. Y en Río Cuarto ejecutó con la cara interna del pie derecho, abierto, para colocarla al palo izquierdo del portero de Atenas.
Con ese tanto y otras ocasiones de juego que el equipo supo sobrellevar, Alumni ganó 2 a 1 en el “Imperio del Sur”, llegó a los 6 puntos y quedó en la pelea de arriba de la Zona 12 del Federal B.
“La verdad que hicimos un partido bárbaro, un primer tiempo fue perfecto, aunque en el segundo tuvimos un error, nos metieron un gol y, en estos casos, siempre es difícil manejar los últimos minutos cuando vas ganando”, comentó Martínez, consultado por la victoria.
En ese aspecto, recalcó: “Sumar era fundamental, sobre todo luego de perder de local, por eso digo que nos llevamos tres puntos muy importantes a Villa María”.
Justo en el día del padre, Martínez tuvo una tarde especial porque hace un poco más de dos semanas que tuvo a su segundo hijo.
“Estamos contentos, además esperamos que la gente haya disfrutado esta victoria después de lo que nos pasó el otro día”, puntualizó.
Claro que Martínez no se queda en la historia y prefiere mirar para adelante, motivo por el cual sabe que Alumni tiene una ciclotimia difícil de explicar.
Su diagnóstico al respecto fue el siguiente: “Creo que de local el otro equipo sale a esperar un poco y parece que nosotros sacamos ventaja cuando el rival sale a proponer”.
“El próximo partido (ante Alianza de Coronel Moldes) vamos a tratar de mejorar para ganar”, agregó.
Además, dijo que “la tendencia es que cualquiera le gana a cualquiera, de local o visitante, entonces trataremos de hacernos fuerte de local porque hay que sumar en casa y nos vendría bien darle la alegría a la gente que nos fue a ver y que se fue mal. Trabajaremos para eso”, finalizó.