La madre de un convicto que está alojado en el Establecimiento Penitenciario Nº 5 denunció públicamente a las autoridades del penal villamariense porque retiraron todos los calentadores que utilizan los internos de los pabellones 10, 11 y 12.
A través de una carta que acercó ayer a la Redacción de EL DIARIO, la mujer expresó su malestar por la situación ocurrida el pasado 21 de junio luego de la visita dominical.
En su manuscrito, la denunciante (cuya identidad se mantendrá en reserva) responsabiliza por dicha acción al director de la cárcel, Gustavo Molina, aunque hace extensiva la acusación a otros funcionarios del Servicio Penitenciario de Córdoba que cumplen tareas en el establecimiento de barrio Belgrano.
Al presentarse en la sede de este matutino, la mujer se identificó debidamente con su documentación personal, pero solicitó de manera expresa que su nombre o DNI no aparezca en la nota para evitar que su hijo sufra represalias dentro del penal y ella misma al concurrir a visitarlo.
“Soy una madre que tiene a su hijo privado de la libertad y debo decir que con el señor Gustavo Molina no se puede dialogar”, comienza diciendo la denunciante en su misiva. Y añade que “el domingo pasado, después de las visitas, entraron a los pabellones 10, 11 y 12 el director y los oficiales Santiago Ateca, Pablo Altamirano, Adrián Cuello y Pablo Oviedo y retiraron todas las resistencias y los calentadores que usan los internos para hacer la comida a los visitantes”.
Cabe aclarar que las resistencias son eléctricas y se utilizan para calentar agua, mientras que los calentadores son a querosén y son empleados tanto para cocinar como para calefaccionar las 12 celdas que hay en cada pabellón.
Añade que “los internos les solicitaron que por lo menos les permitieran tener los calentadores, pero el director, el subdirector Diego Ayala y el jefe de Seguridad, Pablo Valdez, les respondieron que coman la comida del ‘rancho’ (la que se elabora en el establecimiento) y los amenazaron con alojarlos en las celdas de castigo y suspenderles las visitas semanales”.
“Hago pública esta denuncia para que se conozca lo que sucede dentro de la cárcel local, pero no puedo dar mis datos personales por temor a represalias con mi hijo, quien está cumpliendo una condena por un error que cometió y no tiene por qué ser condenado doblemente”, concluyó.