Que se retracte

Nobleza obliga contestar la carta publicada el día lunes 22 de junio de 2015, en ese diario, por la señora Ayelén Bejarano, DNI 35.224.362.

Lo hago como representante legal de la señora Natalia Sofía Romero y en forma personal, por los agravios hacia mi persona y a la investidura profesional que revisto.

En lo que se refiere al primer párrafo de la carta, le hago saber que el señor Pablo Aimar no es propietario de ningún comercio en la Terminal de Omnibus Villa María. Si dice haber trabajado, no sabe a ciencia cierta dónde trabajó y para quién trabajó, señora.

En contestación a los empleados que tiene, la señora Natalia Romero, propietaria de dicho establecimiento, le hago saber que están debidamente regularizados, señora.

Sobre el tema de que se cambian dólares con total impunidad, le comento que el cartel que reza en los vidrios dice “se reciben dólares”, o sea, va dirigido a los turistas extranjeros que pasan por nuestra hermosa Terminal y vienen con otra moneda, queriendo comprar alguna mercadería, de ninguna manera se compran o venden dólares, lo que usted refiere es una absoluta falacia.

En lo que se refiere al señor Maldonado, que representa al Ministerio de Trabajo, no tengo con el mismo ningún vínculo de amistad; quiero agregar que por comentarios de mis colegas abogados, goza de muy buen concepto y reviste carácter de funcionario público, por lo cual sus expresiones resultan sumamente graves, las cuales debería retractar; creo habérmelo cruzado en el Ministerio de Trabajo en dos oportunidades, nunca tuve audiencia con el señor Maldonado, dado mi carácter de abogado laboralista y nunca le pagué a nadie, como lo expresa la señora.

Por todo lo expuesto es que le solicito, por esta misma vía, que la señora Ayelén Bejarano se retracte de todos sus dichos; caso contrario hago reserva legal de presentar una denuncia penal por calumnias e injurias; además, hago reserva legal de iniciar una demanda civil, por daño moral, porque sus dichos han afectado mi buen nombre y honor.

Juan Carlos Miguel Aimar

Abogado 

 

PAMI y los abuelos olvidados

Hace 25 días que mi abuela está internada en la Sanatorio Marañón. Ingresó por una grave dolencia el 28 de mayo y los médicos que la asistieron fueron terminantes: “A su abuela hay que operarla de urgencia”,  y acto seguido programaron la cirugía para los primeros días de junio.

Ellos se encargaron de iniciar el trámite en el PAMI, dado que tienen que colocarle un estent que está totalmente fuera de nuestro alcance comprarlo. Nos aseguraron que la obra social de los jubilados provee los estent y con esperanzas aguardamos el día de la cirugía.

Estaba todo listo supuestamente para el 6 de junio, pero el estent no llegó. La reprogramaron para el 10, pero tampoco hubo noticias.

Fuimos al PAMI Villa María a averiguar, a pedir por favor que agilizaran el trámite, pero nos contestaron que el estent para mi abuela está en proceso de licitación. ¿Licitación? ¿Cómo hacen con los centenares de estent, prótesis y medicamentos de urgencia que requieren los afiliados del PAMI en todo el país? ¿Llaman a licitación para cada caso, como si fuera para hacer una obra pública y no para salvar la vida de un jubilado?

La verdad, es que nos cuesta entender esa explicación. Mi abuela sigue internada y creo que el PAMI ahorraría mucho si abandona la burocracia, porque los 25 días de internación que paga la obra social no serían necesarios y el estent hubiera llegado en tiempo y forma y mi abuela podría estar recuperándose en su casa. 

El médico que la asiste se compadeció de la situación y consiguió uno. Dijo que podría ponérselo a mi abuela y cuando llegara el del PAMI, lo devolvíamos; pero allí nos encontramos con otro obstáculo: en la Sanatorio Marañón no había respirador y entonces,  tenemos que seguir esperando hasta que se desocupe uno para poder operar a mi abuela.

Me emocionó escuchar al Papa cuando pidió a la sociedad que cuidáramos de los niños y de los abuelos. Pienso que en el PAMI se olvidaron de ese mandato. Están para eso, pero hoy, hay una abuela, mi abuela, que está esperando que el papel que tiene el trámite que puede salvar su vida dé vueltas en decenas de oficinas hasta que alguien ponga el sello correcto.

Ojalá que cambien las cosas, para que nadie más tenga que sufrir por la ineficiencia de un organismo al que aportamos todos.

Silvina Galetto

DNI 34.965.641