Las redes sociales y principalmente los perfiles vinculados a clubes de rugby vieron ayer viralizar distintas frases e imágenes que recordaba a tres amigos inolvidables, en un nuevo aniversario de sus fallecimientos.
Precisamente ayer, se cumplieron 30 años del accidente que cobrara la vida de Alejandro Daniel Mié, Richard Edwin Santoni y César Armando Citto, cuando en media de una densa niebla, colisionaron contra un camión, sobre ruta nacional 9, a pocos kilómetros de esta ciudad.
Aquella mañana del 24 de junio de 1985, los tres jóvenes retornaban desde Buenos Aires, a donde habían viajado por un doble propósito: uno, presenciar el partido que jugaron Los Pumas ante el seleccionado de Francia; el otro, una transacción comercial.
César Citto tenía 31 años, estudiaba los últimos años de Abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, y había tenido una activa militancia política en el radicalismo, siendo estrecho colaborador del exlegislador José Parola. Su inquietud por la política, había hecho declinar su pasión por el rugby, aunque el San Martín RC seguía siendo una parte importante de su vida.
Alejandro “Cacho” Mié, tenía 26 años, y era socio y propietario de dos comercios céntricos dedicados a la venta de autos y los artículos del hogar. Hacía poco tiempo se había radicado en la capital provincial. Colaboraba activamente en el cuerpo técnico del San Martín RC, que dirigía Raúl Franco, entrenando al grupo de jugadores que, por razones de estudio, permanecían durante la semana en Córdoba.
Richard “Ricky” Santoni, tenía 23 años, estaba radicado en Córdoba, estaba casado y era empleado bancario. Era jugador de la primera división del “Tricolor” y desde los 8 años de edad se había vinculado al rugby, a tal punto que muchos referenciaban que “había nacido con una guinda debajo del brazo”.
“Eran tres hijos de la institución”, expresaba aquel día un parte de prensa emitido por el San Martín RC que mostraba una gran congoja por la irreparable pérdida.
En la edición de EL DIARIO del 25 de junio de 1984, que reflejaba el trágico accidente quedó una frase que sintetizó el recuerdo de los tres jóvenes: “El rugby era, indudablemente, la pasión de los tres y una camiseta”.