De nuestros enviados

Sergio Vaudagnotto y Juan Manuel Gorno

El Centro de Exposiciones Forja, de la capital provincial, era un hervidero. Se escapaban los detalles. La gente empujaba para ingresar por las puertas equivocadas y los controles no podían impedir algunas “filtraciones”. 

Héctor Bersano estaba al frente del operativo de seguridad y corría de un lado al otro. “Pusimos 4.800 sillas, hay otras 100 arriba del palco y 400 en el corralito para intendentes y otras autoridades, pero no alcanza, creo que ya andamos por las 7.000. Siguen llegando colectivos, están empujando”, le dijo a uno de los cronistas de EL DIARIO. 

Y las cuentas coincidían. Más tarde, cuando promediaba el acto, Eduardo Accastello, en el atril desde el que lanzó su enfervorizado discurso, elevó el cálculo a más de 12.000, pero ese número parecía elevado (a esa cifra la alcanzó allí Néstor Kirchner con todo el espacio habilitado y ayer había paneles y vallas que lo achicaban en algunos sectores).

Lo cierto es que cuando el presentador Claudio Orellano -aquel de Crónica TV hoy en Radio Nacional- anunció a las figuras centrales de la noche, el recinto pareció crecer con los cánticos y las banderas, ante un centenar de periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos.

El primero en hacer uso de la palabra fue el titular del justicialismo nacional, Eduardo Fellner, quien recordó que “en abril de 2003, en la cancha de River, en Buenos Aires, Néstor Kirchner y Daniel Scioli me permitieron hablar a la multitud en nombre de los pueblos del interior y hoy vengo a decir en nombre de los mismos pueblos, desde la Quiaca a Ushuaia, hay miles de argentinos que quieren seguir progresando, que ya no quieren volver al pasado ni escuchar hablar de apellidos como Cavallo”.

Lo siguió Buenaventura, quien reiteró que prefirió “dejar la comodidad para trabajar por los que menos tienen” y consideró que “puede ser una señal hacia el progreso que la primera visita del futuro presidente y el futuro vicepresidente sea a Córdoba”.

 

Un espacio “plural”

Fue entonces el turno de Accastello, quien en más de una oportunidad señaló a Córdoba Podemos como “un espacio plural”, “de peronistas y radicales que no quisieron girar a la derecha y entregarse al macrismo”.

“No quiero hacer promesas, como los demás; lo que quiero es comprometerme a bajar el costo Córdoba eliminando la Tasa Vial, derogando la ley que retrasa los aumentos a los jubilados, mantener el boleto estudiantil y obrero, pero también bajar el costo de los demás pasajes de 7,10 pesos a 3 pesos e industrializar esta provincia sobre la base de aquellas ideas del general Perón y el brigadier San Martín… 

Porque a Córdoba no la va a industrializar el que fue secretario de industria de Cavallo”, lanzó en directa alusión a Juan Schiaretti.

Enfervorizado y vitoreado, Accastello habló en muchos pasajes como si en verdad fuera el gobernador.

 

“Fórmula de unidad”

Luego fue el turno de Zannini, quien resaltó el “hermoso espectáculo de unidad que estamos dando”.

“Tengo que pensar mucho, porque no soy de esos candidatos a los que los medios van a proteger”, dijo, para pedir luego “un aplauso a la memoria de Néstor Kirchner”.

El villanovense conmovió cuando nombró a su madre “que salía a trabajar a casas de familia” y a su padre “trabajador de la construcción, pero también delegado de los gastronómicos, porque a la noche también trabajaba de mozo”.

“Soy un producto de la educación pública; hice la primaria y la secundaria en la escuela pública y trabajé en un frigorífico por las madrugadas para poder venir a estudiar a la universidad pública por las tardes. 

Me detuvieron por defender el Gobierno de Obregón Cano y me encarcelaron y me torturaron. Pero cuando el torturador se fue el primer día, con ‘el Chicato’, mi compañero de celda, nos abrazamos y nos juramos que íbamos a luchar siempre para que no hubiera más torturados en la Argentina… Y voy a seguir en la política mientras haya injusticia”, aseguró.

Luego elogió a Scioli, “el compañero de fórmula de Néstor”, habló del orgullo que siente por integrar “esta fórmula de unidad”.

 

Llamado a desalambrar

El candidato a presidente fue presentado con un video que cuenta su vida, en el que se repite la muletilla “acá está Daniel”.

El gobernador bonaerense fue menos enfático, pero también levantó aplausos. Sobre todo cuando llamó a “desalambrar” Córdoba para “acoplarla al Estado nacional y a un proyecto claro, en favor de los que menos tienen primero y de la producción y la industrialización, después”.

“Dicen los pesimistas que falta mucho. Y sí. Pero antes faltaba más. Faltaban los seis millones de puestos de trabajo que creamos, faltaba la Asignación Universal por Hijo, las 15 universidades que creamos y tantas cosas. Pero queremos ir por más. Tenemos con qué hacerlo. Tengo un compañero (por Zannini) con una capacidad reconocida por propios y extraños, con un conocimiento de Estado como pocos. Tenemos lo que hay que tener. Porque esto no es para cualquiera”, dijo.

Y tiraron papelitos y sonó la Marcha Peronista. Aplaudían el radical Leopoldo Moreau (en el palco), los diputados Martín Gill y Nora Bedano, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba, Sonia Torres; el excanciller y candidato al Parlasur, Jorge Taiana, funcionarios de Villa María, varios intendentes de la región como Guillermo Cavagnero y Héctor Baravalle; la presidenta del bloque de legisladores del Frente Cívico, Liliana Montero; el exintendente de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Telerman; el periodista y candidato Mariano Saravia y todos los demás postulantes… Hasta el jefe de Gabinete de Villa María, José Carignano.

Afuera, el humo invitaba. “A 30 los chori, muchachos; a 30 los chori…”, voceaban los puesteros.